La fiebre del oro de Caputo y sus analgésicos para el dólar
A la velocidad de los tiempos que corren, el rapto chauvinista que invadió a Javier Milei y Victoria Villarruel en el entredicho con Francia por los cánticos racistas de la Selección viró a un pragmatismo in extremis que no duda en seguir enviando lingotes de oro del Banco Central a Londres ni en dejar flamear la bandera brasileña en una embajada argentina si lo cree necesario. Con la inflación a raya gracias a la recesión y al dólar clavado, Luis Caputo se aferra con uñas y dientes al “plan llegar”: este lunes despachará otro cargamento de lingotes hacia el Reino Unido y apuesta a que, entre los dólares que ingresen al país por el blanqueo y lo que pueda obtener al empeñar ese oro, las reservas alcancen para que el mercado no vuelva a doblarle el brazo como en 2018.
El problema es adónde llegar. Si es a que gane Donald Trump en las presidenciales estadounidenses de noviembre y a que vuelva a presionar para que el Fondo Monetario otorgue un nuevo préstamo al país en febrero o marzo, la advertencia del cubano-americano Mauricio Claver-Carone rompió la hoja de ruta. “Milei no es Macri. Trump fue socio de Franco, el padre de Mauricio. Con el presidente Trump nosotros apoyamos a la Argentina en un momento, pero había una confianza y una relación de más de 30 años”, le dijo el jueves al portal El Observador, con sede en Miami. El principal gestor de aquel crédito récord de U$S50.000 millones para Macri también acusó a Milei de estar “gobernando como un peronista” y opinó que “la situación económica se está convirtiendo insostenible para el pueblo”.
El Presidente reaccionó airadamente y adjudicó esos dichos al “encono personal” de Claver-Carone con Guillermo Francos. El encono es real. Cuando el actual jefe de Gabinete de Milei era funcionario del peronismo, hace apenas dos años, impulsó su destitución como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por una “relación impropia” que inició con una empleada del mismo organismo, Jésica Bedoya, a quien dispuso subirle el sueldo dos veces en cuestión de meses. Pero aquel entuerto, que terminó por costarle el puesto, no hizo mella en su relación con Trump, quien difícilmente se escandalice por algo así. “Es millonario, tiene su base de apoyo en Florida y sigue siendo súper influyente en la rosca republicana”, dijo a elDiarioAR un peronista de fluido vínculo con Washington. “Dudo que se largue a decir algo tan fuerte en forma espontánea”, agregó el director que designó inicialmente Macri en el Fondo, Héctor Torres.
La fibra que tocó Carone es sensible porque, de cumplir Caputo con lo que les juró a los traders que citó a Economía días atrás, el Central va a seguir perdiendo reservas. Ya se gastó U$S300 millones en intervenir para hacer bajar los dólares paralelos financieros y sacrificó U$S2.617 millones durante julio por vencimientos de deuda y pago de importaciones. Aunque sigue arriba de lo que tenía en enero, en lo inmediato solo le quedan las balas del blanqueo (espera que haga ingresar unos U$S2.000 millones) y del repo a cambio de los 7.000 lingotes que viajarán en total a Londres, contando los de este lunes (que aportaría entre 2.000 y 3.000 millones más). Los vencimientos de lo que queda de 2024 superan con creces la suma de ambos.
La tercera pata del “plan llegar” ya se cayó. Era un acuerdo con las grandes multinacionales acopiadoras para que liquidaran sus tenencias de granos a cambio de una letra dolarizada emitida por el Tesoro. Lo gestionaron ante la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) el secretario de Producción, Juan Pazo, y el nuevo secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, quienes hasta diciembre seguían convocando inversores para un fondo ganadero que en el mundillo agropecuario adjudican al mismísimo Caputo. “Si estás tan convencido de que la brecha se va a comprimir y el dólar oficial no va a subir, habilitanos una cuenta dollar linked para depositar los pesos de la liquidación y cubrirnos”, contrapropuso el jefe de CIARA, Gustavo Idígoras. Pazo le respondió que no.
En agosto y septiembre, advierten desde las acopiadoras, la liquidación va a ser mucho más baja que en julio. El desplome de la soja en Chicago empeoró todo. De 300.000 toneladas por semana que llegaron a entrar a los puertos rosarinos en junio, el ingreso cayó a menos de 20.000 esta última.
La licuefacción es un sueño eterno
Todos los demás dólares quedan demasiado lejos en el tiempo como para que Caputo pueda evitar que lo corra el mercado. Especialmente los que pueda aportar el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), incluyendo la megaplanta de licuefacción de gas que YPF y la malaya Petronas anunciaron su intención de emplazar en la localidad rionegrina de Punta Colorada, en vez de hacerlo en Bahía Blanca como se preveía hasta el año pasado. Es el proyecto que permitiría exportar como gas natural licuado (GNL) todo lo que pueda producir Vaca Muerta por encima de las necesidades de abastecimiento local. En YPF sueñan con que dentro de una década sume exportaciones por U$S30.000 millones al año. Otra Pampa húmeda.
Más allá de las chicanas que intercambiaron Javier Milei y Axel Kicillof por esa decisión, la pregunta es si finalmente la planta se hará. Por ahora no tiene proyecto ejecutivo, plan financiero, socios nacionales productores de gas ni compradores externos asegurados. Con el riesgo país en 1.600 puntos, es poco más que una expresión de deseos. Tampoco está el gas disponible para que licúe ni hay previsto financiamiento para el gasoducto que lo llevaría hasta el Golfo San Matías, justo al lado de la Península Valdés.
El propio dueño de Techint, Paolo Rocca, confesó haberse apresurado a contar los pollitos antes de que nazcan. “Probablemente fuimos demasiado optimistas con Milei al pensar que esto podría hacerse en el corto plazo”, dijo esta semana en una conferencia con inversores de Tenaris, según publicó Bloomberg. “Argentina va a recuperar credibilidad y acceso al mercado, pero eso llevará un poco más de tiempo”, agregó. Fue tras presentar un balance que decepcionó a nivel global, que hizo que su acción cayera un 9%.
Lo que sí está más maduro es el plan de Panamerican Energy (PAE) con la noruega Golar para traer el año próximo un barco licuefactor capaz de producir 2,5 millones de toneladas anuales de GNL, una décima parte de lo que aspira a escupir la megaplanta de YPF y Petronas. El buque va a requerir entre 10 y 11 millones de metros cúbicos diarios de gas natural, una cantidad que sólo podría recibir durante los siete u ocho meses más cálidos del año, cuando los gasoductos desde Vaca Muerta tienen capacidad ociosa. Aunque también mira a Río Negro, la compañía de los Bulgheroni no confirmó aún dónde anclará.
Lo difícil es proyectar cuántos dólares llegarán realmente al país. Como todos los proyectos de GNL podrán presentarse como vehículos de proyecto único (VPU) sujetos a los beneficios del RIGI, las compañías no tendrán la obligación de liquidar sus exportaciones en el país. Distinto es el caso de las exportaciones de petróleo, cuyos pozos igual se iban a perforar. Desde Economía ya avisaron que ahí el RIGI no corre.
Sí gozarán de sus beneficios la australiana BHP y la canadiense Lundin Mining, que esta semana anunciaron una operación conjunta para adquirir la mina Filo del Sol, en la provincia de San Juan, por U$S3.250 millones. La inversión ya se había anunciado varias veces –la última en 2021– e iba a hacerse tarde o temprano. En términos impositivos no cambia tanto porque la Ley de Minería del menemismo –que el kirchnerismo nunca modificó– funciona desde hace 30 años como un RIGI sectorial. Lo que les da el nuevo régimen son dos ventajas más: las exime de liquidar las divisas en el país y les habilita enjuiciar al Estado en tribunales extranjeros en caso de que en el futuro consideren afectados sus intereses.
Empobrecedores
Mientras se cuecen esas habas, el drama social se agudiza. El viernes, el INDEC publicó las bases de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). De ellas se desprende que, en el primer trimestre del año, la pobreza saltó del 45,2% al 55% de la población. Son los primeros cuatro millones y medio de pobres íntegramente atribuibles a la gestión de Milei, porque la cantidad de personas pobres en todo el país llegó a 25,9 millones. Lo calculó la consultora ExQuanti, que también informó un salto de la indigencia del 14,6% al 20,3%. Los que pasan hambre son 9,6 millones de argentinos, 2,8 millones más que quienes lo sufrían en diciembre.
La pobreza es casi exactamente la que había estimado en mayo el equipo de Agustín Salvia en la Universidad Católica Argentina (UCA), pero ahora confirmada oficialmente. El salto de la indigencia es aún peor que cualquier proyección previa. El empobrecimiento fue tan vertiginoso que se rompió su estacionalidad: en los trimestres impares suele bajar siempre por efecto del aguinaldo, aun cuando muchos no lo perciban. Esta vez no.
Es la contracara de la Argentina del RIGI, de los vencimientos de deuda que se pagan puntualmente y de la quimera de Caputo para clavar el precio del dólar aun a costa de empeñar el oro que le queda al Central. También es el reverso del balance de Mercado Libre, que duplicó sus ganancias en el segundo trimestre y reportó una utilidad neta de U$S531 millones justo para su cumpleaños número 25. Un balance contra el que refunfuñan los bancos locales, que le encargaron a la ortodoxa FIEL un estudio sobre la regulación del sector que concluyó que hay “sobrerregulación” en la normativa bancaria, que eso perjudica la expansión del crédito y que “persisten asimetrías regulatorias que desnivelan la cancha” con las fintech como MercadoPago.
No son los únicos. Con menos eco pero también patalean quienes venden a través de la plataforma, que le pagan a Marcos Galperin un 15,5% de comisión por cada venta y un sobrecargo de $900 si el producto vale menos de $10.000. Un fee que no distingue entre quienes cayeron bajo la línea de pobreza y quienes todavía se mantienen a flote en el paraíso libertario del magnate que se radicó en Uruguay para pagar menos impuestos y todavía no volvió a poner su plata donde está su boca, como se dice en inglés.
AB/DTC
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