La “doctrina Gordo Dan” inquieta al macrismo, al establishment y al G7
El brote de macartismo de esta semana encendió alarmas en los sectores menos pensados. Hubo mensajes entre embajadores de las principales potencias occidentales e importantes empresarios locales tras el despido de la canciller Diana Mondino y el giro autocrático que pareció insinuar el comunicado que lo anunció, junto a una “auditoría” del personal diplomático de carrera para “identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”. Cerca de Mauricio Macri, sin embargo, advierten una segunda intención: recortar la influencia del expresidente y afectar sus negocios. La sospecha pareció confirmarse por la intervención judicial de Grupo Concesionario del Oeste (GCO) y la anulación del contrato por el cual Guillermo Dietrich le extendió en 2018 la concesión del Acceso Oeste hasta 2030. Fue un inesperado gesto de continuidad con la gestión peronista, que había pedido antes lo mismo para su análoga Autopistas del Sol (Ausol), otra antigua socia del holding Macri.
La eyección de Mondino, si bien prevista desde hacía meses en el Palacio San Martín, cayó como una bomba en medio del Consejo Federal de Relaciones Exteriores, una reunión bianual que organiza Cancillería con los encargados de asuntos internacionales de las provincias. Esta vez era en San Juan y la había inaugurado el miércoles por la mañana el gobernador Marcelo Orrego con el vicecanciller Eduardo Bustamante, ungido en el cargo menos de un mes atrás contra la voluntad de la ahora exministra y por impulso de Karina Milei y Santiago Caputo.
El escrito en el que el Gobierno le solicita a la justicia la intervencion de GCO.
Cuando empezó a circular el rumor del despido, Bustamante se apartó del cónclave y habló por teléfono con Gerardo Werthein. “Se va a respetar la institucionalidad. Tenemos que seguir trabajando”, dijo al volver a sus colegas. Así confirmó tanto la salida de la vapuleada Mondino como su propia continuidad, que será anunciada oficialmente cuando el todavía embajador en Estados Unidos vuelva al país para asumir.
El ultraconservador Nahuel Sotelo también seguirá con Werthein al frente de la secretaría de Culto y Civilización (sic). Quienes dudan si siguen son los “macristas residuales”: el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Marcelo Cima, de buena relación con Mondino y a quien la hermana del Presidente le quitó la Agencia de Promoción de Inversiones, y el de Coordinación, Ernesto Gaspari, quien llegó a ‘la casa’ de la mano de Susana Malcorra tras haber trabajado 20 años en SOCMA.
Debajo de ambos, el personal de carrera teme que siga la razzia que se desató cuando Caputo y Karina Milei empezaron a hostilizar a Mondino. Lo anticipa el texto que dirigió dos semanas atrás el Presidente a todos ellos y que Sotelo pegó con cinta adhesiva en la puerta de su despacho: “Ningún funcionario de esta administración ni quienes representan a la Argentina en el exterior deben acompañar ningún proyecto, declaración, resolución, o documento que establezca violaciones al derecho a la vida, la libertad y la propiedad”, ordena la misiva, que también advierte a quienes no cumplan que “deberán dar un paso al costado”.
“Es la palabra de nuestro Amado Líder”, bromeó ante elDiarioAR un embajador que pasa por ese despacho a diario. Los que no cumplan con ella a rajatabla y que ya hayan pasado los 65 años (pueden seguir hasta los 70) serán jubilados de oficio cuando asuma Werthein. Otros, repatriados y asignados a destinos menos apetecibles, como siempre se hace para empujar a algunos al retiro. En este caso implicaría unir lo útil a lo agradable: serviría para disciplinar al personal de carrera, colonizar con los suyos los espacios más apetecibles y a la vez mostrar austeridad. Aunque el ahorro sea insignificante y aunque al mismo tiempo se produzcan desbordes presupuestarios como la fiesta de Halloween que organizaron en la residencia del cónsul en Nueva York para despedir a la agregada cultural, Noelia Dutrey.
Propios y extraños
La pregunta relevante para el poder es a quién apunta realmente la purga. Si hay en marcha o no una “desmacrización” al estilo de la desestalinización de Nikita Kruschev, por ponerlo en términos de la guerra fría que parece querer revivir la ultraderecha. Además de Cima y Gaspari, quedan muchos funcionarios en las segundas y terceras líneas de Cancillería que responden al macrista Fulvio Pompeo y que ascendieron de la mano de Leopoldo Sahores, el vicecanciller que sacrificó Mondino a inicios de octubre creyendo que así sobreviviría. Uno de ellos era el embajador ante la ONU, Ricardo Lagorio, a quien la historia de la diplomacia recordará irónicamente como un fusible quemado por defender a Cuba del bloqueo estadounidense.
Daniel Parisini, uno de los referentes de las fuerzas paraestatales que atacan y amenazan a los críticos del Gobierno en las redes ―más conocido como “el Gordo Dan”― dio una pista en su programa del streaming ultraderechista Carajo!: “Hay que poner a los propios. Amigos, conocidos, que están con la ideología adecuada, que te dan la confianza suficiente para llevar a cabo una tarea que implica no traicionar la ideología del Presidente”, dijo allí. “Tiene que haber idoneidad pero también tiene que haber selección ideológica”, añadió, contra la prédica de Federico Sturzenegger. Y remató: “Tenés en el Estado sobrevivientes del kirchnerismo, del macrismo, del radicalismo, que literalmente son comunistas”.
Más que la inverosímil posibilidad de que partidarios de la revolución soviética hayan infiltrado al PRO, lo que preocupa a Macri es que estén pintando de rojo a los suyos para deshacerse de ellos. Así como por su orfandad de cuadros técnicos les pidió que sigan a muchos antiguos funcionarios de Sergio Massa y captó a varios para su campamento, Milei conchabó a una cantidad nada despreciable de veteranos de la gestión Cambiemos. ¿Son “propios” según la doctrina del Gordo Dan? ¿Inspiran la confianza suficiente al Amado Líder y su triángulo de hierro? ¿Se puede ser leal a Macri y a Milei a la vez?
Puesto a optar, Rodolfo Barra no dudó. Al procurador general del Tesoro la Justicia le había reclamado que confirme si la intención oficial de intervenir GCO seguía firme. Fue porque cuando Alberto Fernández denunció a esa empresa y a Autopistas del Sol (Ausol) por la escandalosa prórroga de las concesiones de los accesos norte y oeste que le firmó Guillermo Dietrich en 2018 hasta 2030, un error de Carlos Zannini hizo que una terminara intervenida y la otra no. Pero el 27 de septiembre, Barra pidió finalmente la intervención en nombre de Vialidad (con la venia de sus abogados, Ana Ortiz y Leandro Massera). Este jueves, el juez Walter Lara Correa, a cargo del juzgado Contencioso Administrativo Federal N°7, la concedió y dio un paso más: anuló aquella prórroga de Dietrich y prohibió que la firma reparta dividendos o sea vendida en todo o en parte.
La resolución judicial que ordena la intervención de GCO.
Eje del mal
Ausol y GCO son propiedad del grupo español Abertis, cuyo socio mayoritario es el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, y en el que participa el gigante italiano Benetton. En ambas tuvo acciones Macri hasta 2017, casi dos años después de haber asumido. La escandalosa renegociación de 2018 llevó a que la Justicia procesara a Dietrich y a Javier Iguacel, luego desprocesados por la Cámara Federal. Son los dos incondicionales que Macri, cada vez que puede, le reclama a Milei que ponga al frente de las áreas de transporte e infraestructura. Por ahora cayó en el mismo saco roto que su sugerencia de Leandro Cuccioli para la ex AFIP, donde Santiago Caputo optó por Andres Vázquez, antiguo alfil del kirchnerista Ricardo Echegaray.
Si el fundador del PRO decidió hacer a un lado su preocupación por “las formas” ―como dijo al destacar la “autenticidad” de Milei luego de que el Presidente expresara su deseo de “meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina adentro”― es porque todavía abriga esperanzas de una fusión entre su fuerza y La Libertad Avanza. Pero el oscurantismo oficial y el pisoteo de las instituciones republicanas sí inquieta a los gobiernos del G-7, con quienes Milei procura mostrarse alineado. Un síntoma de esa inquietud fue la declaración conjunta ‘Diplomáticos por la diversidad’ que firmaron representantes de 30 países a días de la Marcha del Orgullo de este sábado, donde pidieron “protección a personas LGBT+ e igualdad de derechos”.
Un enviado de una de las potencias firmantes ―que se reunió esta semana en Buenos Aires con cuatro ministros de Milei― tomó nota de las quejas de las ONGs que también pidieron verlo. “En temas de género estamos alineados con Rusia”, le advirtieron. El enviado se sobresaltó. Su país es uno de los que más recursos destina a asistir a Ucrania.
“Va a haber más de esos pronunciamientos conjuntos de las embajadas. Todas trabajamos con gente que defiende a las minorías, a las diversidades o que pelea por más transparencia. Y todos nos transmiten quejas y denuncian persecuciones”, dijo a elDiarioAR una fuente diplomática europea. Las alarmas se extendieron cuando, poco antes de su eyección, Mondino terminó votando contra el ‘Pacto del Futuro’ en la ONU no solo con Rusia sino también con Irán, Corea del Norte, Bielorrusia, Siria, Sudán y Nicaragua.
Pactos e intrigas
El dueño de Techint, Paolo Rocca, también le reclamó a su manera a Milei que abandone sus cruzadas anacrónicas y que se ponga del lado de Occidente en la guerra fría realmente existente hoy, contra China. Difícil que lo haga justo antes de que Karina viaje a Shanghai y él mismo a Beijing, como ya anunció que hará. En cualquier caso, tanto esa exigencia como la de levantar el cepo son salvedades de un apoyo muy categórico que Rocca sigue brindándole a Milei tanto en público como en privado. Y que Milei retribuye con medidas que le permitieron a su petrolera Tecpetrol, por ejemplo, incrementar un 398% en términos reales su ganancia en el primer semestre del año.
“La obligación de ustedes es hacerse ricos”, le había dicho en diciembre, apenas asumido como ministro del Interior, Guillermo Francos a Rocca y a quienes le compran acero en el seminario ProPymes que organiza cada año. La suerte del magnate no fue la misma que la de sus clientes, azotados por la recesión. No todos pudieron convertirse en petroleros. Fue el mismo Francos quien le respondió ahora a Rocca que “no va a haber una Argentina proteccionista”.
El péndulo de la política económica desde la vuelta de la democracia es la razón que más citan los empresarios cuando explican por qué invierten tan poco en el país. Por eso los más grandes procuran tener llegada a todos. A veces lo logran a través de donaciones como las que pide por estos días Francisco Caputo, hermano del todopoderoso asesor sin cartera, para el lanzamiento de la Fundación El Faro, el sello que armó la ultraderecha para recaudar para la campaña 2025, tal como reveló Florencia Donovan en La Nación.
Desde el Instituto Patria avivan el rumor de que Axel Kicillof también tendió puentes con el mundo corporate de cara a 2027. Y que por eso decidió enfrentar a Cristina. Incluso mencionan a los cotizados consultores Emmanuel Agis y a Nicolás Arceo, colaboradores suyos cuando era ministro, como gestores de un acercamiento simultáneo con José Luis Manzano y Marcelo Mindlin. Los dos hombres de negocios lo desmienten categóricamente.
Que se haya suspendido la elección interna del PJ no evitará que esas peleas sigan. No parece ser un problema programático. De hecho, así como Máximo Kirchner le reprochó veladamente a Kicillof ese supuesto acercamiento con Mindlin en un discurso reciente, ‘Wado’ De Pedro le recriminó todo lo contrario. “Teníamos un ministro de Economía que no hablaba con los empresarios”, dijo en la Universidad Austral evocando 2015. A veces los propios dejan de serlo, como diría el Gordo Dan.
AB/DTC
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