Como el Paraguay no hay
En la tapa de su último número, la revista Americas Quarterly nos propone el “imperfecto” pero edificante ejemplo de Uruguay. A toda América Latina, aunque la resonancia del modelo uruguayo siempre encuentre un eco o un retintín mayor del otro lado del Río de la Plata, en la República Argentina. Durante décadas, la República Oriental podía parecer el ejemplo hecho realidad a los ojos del radicalismo argentino. Una nación con seguridad social asegurada por el Estado. Pero “sin el hecho maldito en el país burgués”, al decir de John W. Cooke. Sin peronismo. Algo tarda, pero no mucho, la revista AQ en reconocer en el Uruguay la cualidad de los auténticos modelos elevados: son todos inimitables.
La erosión de la singularidad uruguaya
Como el Uruguay / no hay, rima desde hace años un slogan publicitario de nuestro turístico vecino balneario. Con los años, hay que decirlo, esa unicidad de la alguna vez colegiada Suiza de América se ha ido erosionando. El más que centenario bipartidismo que enfrentaba al partido Blanco (o Nacional, más rural, más católico) y al Colorado (más urbano, más masónico, más unitario en un Estado unitario) desapareció. Así como en Brasil el gran estadista y dos veces presidente Fernando Henrique Cardoso logró reducir a la irrelevancia a su partido el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), en Uruguay el gran estadista y dos veces presidente colorado Julio María Sanguinetti logró reducir a la irrelevancia al Partido Colorado.
Desaparecido de la escena el Partido Colorado, hoy el Uruguay político se parece más al resto de América latina. Su dinástico presidente, el Luis Lacalle Pou, triunfó en el balotaje del 24 de noviembre de 2019 sobre Daniel Martínez, del Frente Amplio (FA). Hijo del ex presidente Luis Alberto Lacalle, Lacalle Pou sucedió a Tabaré Vázquez, también del FA, en su segunda presidencia. El FA ya había repetido dos veces presidentes (el otro, el Pepe Mujica) y en el Partido Nacional la herencia presidencial pasó esta última vez de padres a hijos. La composición de los linajes uruguayos ya empezó a parecerse bastante más a la del resto del continente. Inclusive, o muy especialmente, a la de la aborrecida contraparte ultraplatina.
El excepcionalismo paraguayo
En cuanto a singularidades, las del Paraguay siguen siendo más resistentes al cambio que las del otro activo y ultra comercial socio menor del Mercosur. Primer importador mundial de whisky y primer exportador mundial de energía eléctrica, el Paraguay es un país sin segunda vuelta presidencial. Ni balotaje ninguno. El 30 de abril serán elegidos presidente, vicepresidente, 80 diputados, 45 senadores y 17 gobernadores a simple pluralidad de sufragios.
Como no existe reelección, el presidente Mario Abdo Benítez no puede postularse. El candidato del oficialista Partido Colorado (o Asociación Nacional Republicana, ANR) es Santiago Peña. El viernes 3 de febrero, una encuesta publicada en tapa por el diario paraguayo La Nación le daba una ventaja de 20 puntos. Ex ministro de Hacienda de Horacio Cartes y economista del FMI, Peña perdió ante Abdo Benítez en las primarias del partido de 2018. Aunque era el candidato respaldado por Abdo Benítez, Peña es el delfín de Cartes. El ex presidente (2013–2018) es el líder del Partido y ha sido incluido en la lista negra del gobierno de los Estados Unidos por acusaciones de corrupción, que alcanzan a otros altos funcionarios del Partido Colorado, incluido el vicepresidente actual, Hugo Velázquez.
Peña, colorado desde 2016, se enfrenta al tres veces candidato Efraín Alegre, quien fue ministro bajo el Presidente Fernando Lugo (2008–2012) y es miembro de su ex partido, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). Alegre ganó en diciembre las primarias de la coalición opositora Concertación.
Otro competidor es el candidato externo y suspendido senador “Payo” Cubas del partido Cruzada Nacional, conocido por sus posiciones provocativas como apoyar la pena de muerte por corrupción.
El Partido Colorado también busca retener sus mayorías legislativas. En el Senado ocupa actualmente 17 de 45 puestos y el Liberal le sigue con 14. El Partido Colorado también ocupa 43 de 80 puestos en la Cámara de Diputados.
Paraguay, el país único pero bi
Según señaló Carlos Alberto Pusineri Scala, maestro de historiadores paraguayos, la República del Paraguay es el único país del orbe cuya bandera presenta dos caras con imágenes diferentes. El único con dos escudos (uno estrella, palma y oliva; otro león de testa cubierta por gorro frigio). En el escudo, hay dos lemas: Paz y Justicia. Como también han sido dos los lemas en la historia política del Paraguay independiente desde 1811, cada uno de dos palabras: “República o Muerte”, “Vencer o Morir”. El Paraguay es el único país que celebra dos fechas de independencia, el 14 y el 15 de mayo. El único que celebra una renovada vida democrática con dos fechas, las que elige para recordar el golpe que derrocó al “dictador elegido” Alfredo Stroessner, entre el 2 y el 3 de febrero de 1989, en la noche de la Candelaria. El viernes se ha cumplido un nuevo aniversario.
Paraguay es el único país de América que desde su origen fue bilingüe, el único donde los conquistadores adoptaron la lengua de los conquistados. Como lo señala el más trivial de sus historiadores profesionales, Efraín Cardozo, el guaraní se tornó el más pronunciado rasgo de diferenciación del Paraguay con respecto a las demás colectividades americanas, el más cohesivo aglutinante inmaterial que unió a sus ciudadanos en fuerte vínculo social. Para este intelectual paraguayo largo tiempo exiliado, tantas felicidades sociológicas no compensaron los infortunios que este mariage d’amour acarreó en el orden cultural. Según Cardozo, el nativo quedó encapsulado dentro de su rica y variada lengua, con la cual tan bellamente expresaba sus sentimientos, pero que de poco le servía para conocer y asimilar las glorias del espíritu humano, como no fueran las de índole religiosa. Si en la adopción del guaraní influyeron los sínodos que renunciaron al español para la prédica evangélica, un ciclo pareció completarse al ser un obispo-presidente, Fernando Lugo, el primero en décadas en no pertenecer al Partido Colorado, quien en 2011 estuvo al frente de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia.
El reparo de Cardozo había sido formulado, y lo seguiría siendo, de manera habitual ante las lenguas de los pueblos sin escritura, cuando éstos se enfrentaban a una “lengua de civilización”, es decir, europea. Pero a diferencia de lo que ocurría en la vecina Bolivia, donde la división lingüística se correspondía, y todavía se corresponde, con límites étnicos y regionales, en el Paraguay el “guaraní paraguayo” es lengua de la sociedad toda. Es una “lengua general”, como la llamaron los misioneros, en especial los jesuitas. El guaraní no era clasificado en esos primeros tiempos como “lengua indígena”: recién con la República comienza a hablarse en el Paraguay de “lenguas indígenas”.
China vs su Provincia Rebelde
En este país tan interior, sin embargo, el gran conflicto geopolítico de esta era, estos años, este mes, estos días, también desempeña un papel a todas luces protagónico. Efraín Alegre ha prometido deshacerse de las relaciones diplomáticas de larga duración de su país con Taiwán a favor de los lazos con Pekín y la República Popular China.
Paraguay es el único país sudamericano que aún reconoce a Taipei. El candidato colorado, por el contrario, ha prometido conservar intactos los profundos lazos con Taiwan. En la capital paraguaya puede verse una estatua monumental del ex líder nacionalista chino Chiang Kai-shek , el general que gobernó Taiwan desde 1949 hasta 1975. Y los edificios del Congreso del Paraguay que hoy funcionan en Asunción fueron un regalo de Taipei: son considerados, casi sin discusión, como una de las obras maestras de la arquitectura taiwanesa del siglo XX.
AGB
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