Ana Lamas, subsecretaria de Ambiente, volvió a defender el cambio climático como una cuestión de mercado
Luego de una participación en la COP16 –la cumbre mundial sobre Biodiversidad– en la que dejó en claro que para el presidente Javier Milei el cambio climático es una cuestión de mercado, la subsecretaria de Ambiente, Ana Lamas, intentó explicar sus dichos y se quejó porque los países ricos imponen restricciones comerciales “bajo el pretexto de proteger ecosistemas forestales”.
“No es justo que en este contexto se impongan restricciones comerciales bajo el pretexto de proteger ecosistemas forestales en países emergentes, cuando muchos de los países que las imponen han alcanzado su desarrollo con la explotación de sus propios bosques”, expresó Lamas. Desde su perspectiva, “estas restricciones no protegen, sino que actúan como barreras comerciales disfrazadas de medidas de conservación”.
La subsecretaria habló este miércoles en el llamado Segmento de Alto Nivel en el que participaron jefes de Estado, ministros y líderes mundiales y que se está desarrollando en Cali, Colombia.Durante su intervención oficial en la reunión de negociación, Lamas reafirmó que la gestión de Javier Milei persigue una “firme integración de la biodiversidad en políticas públicas”, aunque incorporó ciertos reparos.
La delegada nacional apeló al “principio de soberanía nacional sobre los recursos naturales” para señalar que Argentina respeta las “responsabilidades comunes pero diferenciadas” de países desarrollados y emergentes. “Los países que construyeron su prosperidad explotando nuestros recursos naturales, pretenden ahora que los países más pobres no desarrollen sus economías,” resumió.
Lamas señaló que Argentina tiene “potencial para contribuir al mundo con minerales críticos y energías renovables necesarios para la transición energética, así como con prácticas agropecuarias amigables con la biodiversidad a un nivel de excelencia”.
Como contracara, pidió que se reconozcan los esfuerzos ambientales según las características de cada territorio. “Para nosotros, el desarrollo económico y social, hacer todos los intentos para sacar a la población de la pobreza, son prioridades supremas, y cualquier esfuerzo ambiental debe reconocer esta realidad, tal como establece el artículo 20 del Convenio de Biodiversidad”, finalizó.
El martes, en su único contacto directo con periodistas, la funcionaria afirmó que Milei entiende “todo el tema de cambio climático” como una cuestión “de mercado”. Según explicó, el presidente estaría dispuesto, por ejemplo, a respetar metas de reducción de gases de efecto invernadero para evitar barreras comerciales. En ese sentido, aclaró que no hay una “bajada de línea” desde el Ejecutivo para salir de acuerdos e instancias internacionales.
Y resaltó que el Gobierno argentino busca evitar créditos climáticos, como aquellos provistos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF). Solo las obras que están avanzadas en un 80% serán terminadas; el resto quedará cancelado. En este aspecto, la posición del gobierno contrasta con la de diversas provincias, cuyos representantes en la conferencia sí aceptan este tipo de financiamiento.
Ana Di Pangracio, directora ejecutiva adjunta y directora de biodiversidad de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) que también participa de la COP16: “Es un gran paso, pero no podemos quedarnos con un lindo texto conservacionista: hay que pasar a la acción, y que se movilicen los recursos humanos y dinerarios necesarios”, sugiere
FARN es miembro de la Comisión Nacional Asesora para la Conservación y Utilización Sostenible de la Diversidad Biológica (CONADIBIO), un ámbito de articulación interinstitucional para consensuar políticas públicas en esta materia. Como tal, integró los procesos participativos para la actualización de la Estrategia Nacional de Biodiversidad y Plan de Acción. Se espera que el documento final sea subido próximamente.
Respecto a las declaraciones oficiales sobre el cambio climático, Di Pangracio aclaró que estas no se alinean con el consenso de la comunidad científica. “Lamentamos ese tipo de declaraciones, así como el rechazo de créditos y proyectos en marcha, ya que son fondos provenientes del mundo desarrollado que, por su responsabilidad histórica, tienen el deber de apoyar a países en vías de desarrollo para hacer posible la lucha contra la pérdida de biodiversidad, la crisis climática, la contaminación y la desertificación”.
Di Pangracio también subrayó que Argentina posee una amplia legislación en materia ambiental, así como diversos convenios internacionales ratificados por ley nacional que obligan al país a comprometerse seriamente con la preservación ecológica. Comentó que, generalmente, solo una pequeña parte del presupuesto nacional se destina a este asunto urgente, mientras que existen incentivos y subsidios perjudiciales para la biodiversidad, como los dirigidos a los combustibles fósiles y las plantaciones forestales exóticas.
En relación con las declaraciones sobre bosques de Ana Lamas, la vocera de FARN recordó que entre 2006 y 2007 Argentina atravesaba una de las mayores crisis de deforestación de su historia. Gracias a la presión de la sociedad civil, se logró una política pública para frenar esta tendencia: la Ley de Bosques de 2008.
“A pesar de los desafíos de implementación, la Ley de Bosques creó una base sobre la cual construir. No es algo para destruir o retroceder. Debemos identificar áreas de mejora y avanzar en el derecho ambiental,” explicó.
Asimismo, enfatizó el principio de progresividad que rige las problemáticas ambientales. “Se debe ser cada vez debe ser más tuitivo con el ambiente, más ambicioso, no regresivo, construir sobre lo logrado”, resaltó.
Por último, destacó la necesidad de que el país asegure que toda producción, tanto para consumo local como para exportación, esté alineada con la protección ambiental. “Debe asegurarse que la producción no se corresponda con sucesos de deforestación y vaya de la mano con la conservación, el uso sostenible y la restauración. No hay producción ni vida posible con ecosistemas degradados”, sintetizó.
Este artículo contó con el apoyo de la Fellowship impulsada por Earth Journalism Network para cubrir la COP16.
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