Con críticas kirchneristas a la Corte, el Senado dio media sanción al proyecto para reformar el Consejo de la Magistratura
En una sesión donde el kirchnerismo denunció a la Corte Suprema de querer llevar adelante un “golpe” para quedarse con la presidencia del Consejo de la Magistratura, el Senado aprobó por 37 votos a favor, y 33 en contra, su proyecto de ley que amplia el número de integrantes del organismo judicial y le otorga un carácter federal, aunque excluye al máximo tribunal. La iniciativa ahora debe ser aprobada por Diputados, a pocos días de que se venza el plazo ordenado por la propia Corte, que en diciembre del año pasado declaró la inconstitucional de la actual norma y le puso como fecha límite a la reforma el próximo 15 de abril . La parada en la Cámara baja es complicada para el Gobierno, que no tiene el número de legisladores necesarios para sancionar la ley.
Oscar Parrilli, senador oficialista de Neuquén y de estrecha confianza de Cristina Kirchner, marcó el tono de la discusión en el recinto al acusar a la Corte Suprema y a su titular, Horario Rosatti, de querer realizar un “golpe” para quedarse con la presidencia del organismo encargado de designar y sancionar a los jueces de todo el país. “Esta ley es para evitar este golpe inconstitucional”, aseguró Parrilli al defender el proyecto del Frente de Todos, que amplía de 13 a 17 el número de integrantes del Consejo (suma un juez, dos abogados y un académico o científico), pero que excluye al máximo tribunal del cuerpo.
“El 15 de abril se pronuncia el asalto al Consejo. No sé... llegará Rosatti con tanques o con qué. Va a llegar y decir acá estoy yo y mando”, agregó el legislador al remarcar la necesidad impuesta por el máximo tribunal de que haya una nueva ley antes del viernes de la semana próxima. “Quieren que Rosatti, que fue aconsejado por el profugado Pepín Rodríguez, sea presidente del Consejo de la Magistratura. Es mas, dicen que va a asumir, casi como si fuera un golpe de Estado, en el Consejo”, dijo también el legislador.
Sesión tensa
Parrilli fue el tercer senador al hablar en una tensa sesión apenas comenzó pasadas las 14, aunque el oficialismo sumó 37 legisladores (entre propios y aliados) para dar quórum, lo que le aseguró contar con los votos para darle media sanción a su proyecto. En caso de que la Cámara de Diputados no logre sancionar la nueva norma, el Consejo retrocederá 16 años hasta su vieja composición de 20 bancas, con el agregado de ser presidido por el actual titular del máximo tribunal.
“No dejemos paralizada la Justicia. Cumplamos con nuestra obligación constitucional de legislar”, pidió al abrir el debate Guillermo Snopek, senador oficialista por Jujuy y quien presidió el debate en la comisión de Asuntos Constitucionales. Advirtió que si no hay ley, el organismo judicial quedaría paralizado: “No habrá más actos del Consejo de la Magistratura”.
Además de excluir a la Corte en la integración de la Magistratura –el punto en conflicto entre el oficialismo y la oposición–, el proyecto del Gobierno contempla cierta perspectiva federal y de igualdad de género: los 8 miembros que habrá de los estamentos de jueces y abogados deberán representar a cada una de las cuatro regiones en las que se dividirá el país (AMBA, Norte, Centro y Sur) y el cuerpo deberá sesionar al menos una vez por trimestre en alguna de esas cuatro regiones. Además, el representante del Poder Ejecutivo tendrá que alternarse entre un hombre y una mujer por períodos de un año.
La vicepresidenta del bloque del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, opinó que con su fallo de inconstitucionalidad del Consejo, la Corte Suprema creó “un conflicto entre dos poderes del Estado, entre el Judicial y el Ejecutivo”. Y acusó al máximo tribunal: “Le molesta la democracia y la división de poderes”.
“El proyecto del oficialismo no garantiza el equilibrio demandado por la Constitución Nacional”, acusó, a su turno, la senadora Beatriz Ávila (Juntos por el Cambio – Tucumán), la primera en defender el proyecto de la oposición que ubica a la Corte al frente de la Magistratura: “Las funciones de la Corte y del Consejo son complementarias, tiene que ver con la función y el servicio de justicia a la sociedad”. “No poder integrar a la Corte Suprema dentro del Consejo de la Magistratura está fuera de lugar”, concluyó.
“Esta discusión es parte del fracaso de la política”, destacó el formoseño Luis Naidenoff, jefe del bloque radical. Al cerrar la discusión del proyecto durante la sesión especial agregó que “la discusión es cómo se planta la política ante la Justicia”. Naidenoff mencionó que el Frente de Todos “considera que la política tiene que tener el control de todo” y exclamó: “No aprendieron nada. Lo que se pretende desde el Consejo es un brazo ejecutor del pensamiento político. Estamos frente a otro fracaso del Senado porque sabemos que en Diputados este proyecto va a ser reformado”.
La grieta oficialista y con la oposición, en el debate
Ávila aprovechó su intervención para apuntar contra el oficialismo, al señalar que “hoy hay un gobierno quebrado, dividido, donde sus principales protagonistas no dialogan”, en referencia a la disputa abierta entre Alberto Fernández y su vice. En la conducción del debate dentro del recinto ya no estaba Cristina Kirchner, quien solo encabezó la sesión para su apertura y luego le cedió el lugar a Claudia Ledesma Abdala de Zamora, presidenta provisional de la Cámara alta. “Los argentinos sabemos cómo termina esta historia, ¿o acaso nos olvidamos de la Alianza?”, añadió la legisladora cambiemita. Y aseguró que JxC tiene el compromiso de “hacer todo lo posible para que el Presidente termine su mandato popular”.
Parrilli –que habló luego de Ávila– recogió el guante y le contestó en defensa del oficialismo, aunque no mencionó al mandatario, muy cuestionado por el cristinismo: “Nosotros sabemos cómo gobernar. Ya vamos a resolver los problemas que tenemos los argentinos. Agradecemos los consejos que nos dan. Cuando terminamos el mandato en 2015, Cristina se fue con la plaza llena. Nada más”.
Hoy hay un gobierno quebrado, dividido, donde sus principales protagonistas no dialogan
La propia vicepresidenta había marcado cierta tensión en el recinto, cuando les pidió a los senadores que no lean sus discursos, tal como lo establece el reglamento, después de que el senador de Juntos por el Cambio Pablo Blanco (Tierra del Fuego) leyó su posición respecto a un homenaje sobre los 40 años de la Guerra de Malvinas, antes del debate por el Consejo de la Magistratura. “No se puede leer, se ha charlado en Labor Parlamentaria y exteriorizado a los bloques. Les pido a los señores senadores que inserten lo que quieren decir pero no se puede leer”, fue el reto de Fernández de Kirchner.
Incluso cuando la senadora por Neuquén del FdT, Silvia Sapag, recordó la conmemoración del golpe de Estado de 1976 y dedicó unas palabras de solidaridad con la vicepresidenta por la reciente agresión a su despacho –cuando se debatió el acuerdo con el FMI–, hubo una discusión entre el jefe de la bancada oficialista, José Mayans, y el radical Luis Naidenoff, que reprochó la utilización del tiempo para mociones que no estaban acordadas previamente entre los bloques. “No están entendiendo cómo es el tema del juego parlamentario. Me extraña, no funciona así el tema. Hagan el quórum en las comisiones, hagan el quórum en el recinto, hagan el quórum en Labor Parlamentario y hagan lo que quieran, ¡qué problema hay!”, se quejó el senador formoseño.
MC/CC
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