Crece la presión para que Milei desista del súper DNU: el radicalismo le pide que mande iniciativas por separado
El radicalismo puede ser un aliado clave del Gobierno en el Congreso pero en La Libertad Avanza al parecer no se dan cuenta de esto. Dirigentes de la primera línea del centenario partido ya avisaron que no están en desacuerdo con las medidas del súper DNU de desregulación de la economía que firmó el presidente Javier Milei pero que sí están en contra del instrumento: un solo decreto que establece 366 disposiciones de un plumazo, sin pasar por el Congreso, que además en este caso sólo puede pronunciarse por su validez, aprobación o rechazo, sin debatir su contenido. Les parece un montón.
Sin embargo, el presidente del bloque UCR de la Cámara baja, Rodrigo de Loredo, planteó una solución por demás amable con el gobierno de La Libertad Avanza: dijo que “si no evalúa enviar las leyes correspondientes al Congreso, que es el camino adecuado, pueden ayudar las aprobaciones parciales sobre gran parte de las propuestas, o bien que el Gobierno este dispuesto a remitir las reformas de forma segmentada en varios DNU para su tratamiento”.
La posición del diputado por Córdoba, aunque es más laxa que la que había planteado el presidente del partido, Martín Lousteau, sigue marcando la disconformidad del radicalismo con la decisión de legislar sobre centenas de asuntos con un solo decreto.
El radicalismo no es poca cosa: tiene 34 diputados nacionales, 13 senadores nacionales y cinco gobernadores, que tienen predicamento sobre los muchos de ellos. Es decir, pueden indicarles cómo deben votar. La gobernabilidad del presidente Milei y la suerte de las iniciativas que deban pasar por el Congreso sí o sí —como reformas penales y electorales, que no pueden legislarse por DNU porque la Constitución lo prohíbe expresamente— depende de los acuerdos que LLA haga con la oposición, y una parte no menor de la oposición son justamente los radicales.
Lousteau, senador por la Ciudad de Buenos Aires, había señalado el jueves que Milei “debería reemplazar este inválido DNU por una ley espejo que se pueda votar por capítulos, y convocar a extraordinarias para darle tratamiento urgente”, con el fin de que “las reformas positivas, que tendrán consenso, puedan sancionarse y las que no lo sean, evitarse”.
El presidente del Comité Nacional del partido dijo que con este antecedente “en cuatro años podría venir otro presidente y mediante otro mega DNU hacer exactamente lo contrario, lo que agregaría más incertidumbre e inestabilidad a la que ya padecemos”.
De Loredo completó la mirada de Lousteau este viernes: “Queremos que muchas de las iniciativas que se proponen en el DNU salgan y sean una realidad. Estamos para ayudar y cooperar con el nuevo Gobierno, estamos para que aquellas reformas que necesita el país se lleven adelante”, afirmó el cordobés.
Al igual que Lousteau, el diputado subrayó que es necesario “modernizar la legislación del trabajo, promover la competencia para mejorar los precios para los consumidores, terminar con regulaciones excesivas para simplificar procesos y eliminar burocracia, terminar con las trabas, declarar la esencialidad en servicios como la Educación y la Salud, brindar facilidades para trabajadores independientes con pequeños emprendimientos, darle libertad a los trabajadores para elegir su obra social, incentivar una política de cielos abiertos, entre otras”.
De los radicales Milei ya dijo que son “parte del problema y no de la solución”, que “traicionaron” a Patricia Bullrich y a Mauricio Macri en lo que supo ser Juntos por el Cambio, que con ellos “no hay afinidad de ideas” porque “son gente que adhiere a ideas de la izquierda o de centroizquierda” y que “es bastante difícil escucharlos y que no suenen parecido a lo que representan Sergio Massa (su exrival electoral) y el kirchnerismo”.
El 10 de diciembre, en su asunción, inmediatamente después de que le colocaran la banda y le dieran el bastón de mando, Milei les dio la espalda todos los diputados y senadores al trasladarse a las escalinatas del palacio del Congreso a dar su primer discurso como mandatario directamente “a la gente”. Y este jueves, en una entrevista radial, los trató de “grupo de burócratas” que creen que pueden “planificar la vida” de la gente. El 10 de diciembre también había despintado a los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y a los gobernadores que, junto a los legisladores nacionales, estaban todos dentro del recinto y habían ido especialmente a escuchar su mensaje. ¿Le harán pasar el superdecreto?
JJD
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