Daniel Menéndez: “Aunque mejoró algo la actividad, la foto social es tremenda”
Daniel Menéndez fue uno de los dirigentes sociales críticos del kirchnerismo que se sumó al Frente de Todos. En el tránsito que compartió con Victoria Donda, rompió con Libres del Sur, el partido de Humberto Tumini, y pasó a disputar el liderazgo de Barrios de Pie, una organización con base territorial en sectores pobres. De cara al segundo diciembre de Alberto Fernández en la Casa Rosada, Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración y Formación de la Secretaría de Economía Social, cumple una función clave en la política de control de daños ante la recesión acelerada por la pandemia. Advierte, no obstante, que la asistencia social es insuficiente para revertir la pobreza. Horas antes del acto que compartió en Moreno con Fernández por la entrega de un bono de $ 5.000 a 50.000 trabajadores comunitarios, Menéndez dialogó con elDiarioAR
¿Cómo llegan los sector de menores ingresos a este diciembre?
Fue un año muy duro. La pandemia multiplicó las angustias después de cuatro años en los que la gestión de (Mauricio) Macri generó un enorme incremento de la pobreza. Hubo un esfuerzo del conjunto de la sociedad y los sectores más humildes para construir un sistema sanitario que diera respuesta durante la pandemia, pero como daño colateral cayó la actividad, se esfumaron las changas y se multiplicó la pobreza. Se atendió el problema de la asistencia alimentaria en los barrios, pero ahora tenemos que retomar una política social que no puede ser la de marzo. Hay que volver a pensar un esquema para dar respuesta al problema del hambre asentado en la generación de trabajo. Si uno ve los últimos meses, va mejorando la actividad y eso derrama, pero no deja de ser una foto muy tremenda en términos sociales.
¿Cómo se refleja en los territorios la pobreza que marcan los números oficiales y los indicadores de la UCA?
Durante la pandemia hubo una multiplicación de la asistencia alimentaria nunca vista en la historia argentina en los barrios humildes, pero hoy lo que se ve es el incremento de la pobreza y trabajadores pobres que en muchos casos tienen empleo o actividad, pero no les alcanza. Hoy hay que generar mayor empleo, mejorar el ingreso por actividad y controlar la inflación de alimentos que dificulta el acceso a la comida. El costo de vida es lo que explica en muchos casos del crecimiento de la pobreza y el problema del hambre.
El problema es el déficit que tienen (algunas de) las organizaciones en no acumular poder y esquemas de representación procesen en la discusión política lo que se trabaja socialmente a diario".
Con la pandemia surgieron nuevos pobres que hasta por su manera de vestir o por su forma de consumo uno puede decir acaban de caer en la pobreza. ¿Cómo impacta la eliminación del IFE en los que están en el límite de la pobreza?
El Ingreso Federal de Emergencia (IFE) fue una respuesta al aislamiento y me parece que, con la vuelta a la actividad, hay que encontrar herramientas para darle respuesta al mismo espacio. Quizás no son esos 9 millones de personas, pero queda una cantidad de gente que requiere asistencia por ingreso y que requiere el desarrollo de lo que nosotros llamamos el Estado como último empleador. Los planes sociales fracasaron como política social. Hay un idea de la temporalidad del plan como respuesta provisoria para la gente que se cae del mercado formal y se creía que la asistencia era necesaria hasta que un ciclo de auge del capitalismo pudiera volver a incorporarla. Pero después de 20 años, está claro que sólo la transferencia de ingresos no resuelve y, lo que iba a hacer transitorio, quedó como algo estable. Por lo tanto, el Estado, al margen de transferir ingreso, lo que debe hacer es generar empleo vinculado a ese ingreso. Porque en la Argentina, el cambio estructural que se dio tiene que ver con un mercado formal que no genera el trabajo necesario para el conjunto de la sociedad.
Los planes sociales fracasaron como política social. Después de 20 años, está claro que sólo la transferencia de ingresos no resuelve y, lo que iba a hacer transitorio, quedó como algo estable.
¿Cómo se puede contener a esos sectores en este diciembre desde la escasez, con un Estado que tiene pocos recursos y tiene pendiente un acuerdo con el Fondo?
Me parece que hay una percepción de la gente desde hace un par de meses, hay un derrame de actividad en relación con las changas y el trabajo informal que mejora el ingreso. Es mínimo pero genera una sensación de mejora y me parece que la gente entiende que estamos en una situación difícil, que hubo un Estado que acompañó y que hay una perspectiva de mejora, por más que estemos en una sociedad rota y un escenario muy difícil en términos sociales. La red de contención ayuda a transitar sin mayores inconvenientes, por lo menos en términos de lo que siempre se discute a fin de año.
Hay dirigentes de la oposición, pero también de movimientos sociales, como Juan Grabois, que dicen que debería dar vergüenza a los funcionarios el aumento de la pobreza. Frente a la crítica sobre una política que parece de reducción de daños y de administración de la pobreza. ¿Qué responden?
Uno puede construir organización popular para hacer un parche en el marco de un proceso de acumulación que no transforme estructuralmente la realidad, o puede hacerlo para transformar, en un sentido de mejora social de esa realidad. Para nosotros, es lo segundo porque hay un modelo económico que va generando cada vez más un cuello de botella y vamos a una crisis y a una discusión de fondo. Hay un cambio de la producción a la acumulación financiera que genera cada vez menos trabajo y un problema de concentración que requiere un Estado fuerte que intervenga. En todo caso, el problema es el déficit que tienen las organizaciones en no acumular poder político y esquemas de representación en el debate público que procesen en la discusión política lo que se trabaja socialmente a diario.
DG
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