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Daniel Yofra: “Ganar lo que le corresponde a un trabajador implica que los patrones ganen menos, y esa es la lucha que hay que dar”

El secretario general de la Federación de Aceiteros y Desmotadora de Algodón y Afines de la República Argentina, Daniel Yofra

Diego Genoud

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A días del anuncio del Gobierno sobre la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, el secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, Daniel Yofra, analiza el impacto de esa medida en los trabajadores. También manifestó su preocupación por las expresiones de los candidatos a presidentes de La Libertad Avanza, Javier Milei, y de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich; y llamó a hacer una “autocrítica” al peronismo y dirigentes gremiales. “Tener un 40% de pobreza siendo uno de los mayores exportadores de granos es realmente vergonzoso. De eso somos responsables nosotros, tanto los dirigentes sindicales como los políticos”, aseguró.

La actualización del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias va a impactar muy poco antes de que llegue la hora de ir a votar. Vos representás a trabajadores que siempre fueron de los más afectados por ese tributo, ¿ven como un triunfo este anuncio del ministro de Economía, Sergio Massa?

‒ Cuando nos dieron la buena noticia, que son muy pocas generalmente para el movimiento obrero, lo tomamos con mucha alegría. Nosotros venimos desde hace bastante luchando para que se saque ese impuesto al trabajo. Habíamos hecho una gestión a principio de año para que saquen algunos adicionales del cómputo, que lo logramos conjuntamente con las patronales, y era un ingreso más a los aumentos que ya veníamos consiguiendo. Entre los compañeros dirigentes hubo un estado de algarabía que hacía mucho no veía, porque el movimiento obrero en su conjunto venía pugnando para que se saque, se elimine o se suba el mínimo no imponible. Es lo mejor que puede pasar porque va a generar un mayor consumo; y por ende, más producción y mayor trabajo. No creo que sea la solución de fondo para lo que le pasa al país, pero sí para ese grupo de trabajadores y trabajadoras que son cerca de 800.000. Va a producir una inyección económica importante al país.

Cuando hizo el anuncio en el acto con los sindicatos en Plaza de Mayo, Massa pidió que se compren el autito y no vayan a comprar dólares. ¿Cómo interpretas ese mensaje? ¿Puede suceder eso? ¿O te parece que el Ministro cuando dice eso está mirando una escena que no pasa en la realidad?

‒ Hay trabajadores que le descuentan mucha plata. No hice el cálculo de cuánto van a percibir más en el año, pero me parece que Massa lo hizo como cuando uno festeja algo bueno y puede decir cualquier cosa. Ahí toman alguna declaración para tratar de estigmatizar una decisión a favor de los trabajadores. Es tanto el odio de algunos sectores hacia la clase trabajadora que cualquier buena noticia es mala para ellos. Entonces dicen cualquier cosa, quieren tratar de tergiversar.

Esta medida que empieza a regir a partir de octubre contrasta con la realidad de la mayoría porque tenés casi la mitad de los trabajadores en la informalidad con un salario mínimo que está que está muy rezagado. Desde aceiteros también tienen un planteo de fondo sobre la cuestión del salario mínimo que no fue escuchada hasta el momento. Es interesante que expliques cuál es ese planteo, que además los distingue entre los gremios porque no son muchos los que tienen ese tipo de de razonamiento o ese tipo de cálculo.

‒ Sí, la verdad que hay mucha desigualdad en nuestro país. Cada vez se hace más grande la brecha, incluso entre trabajadores. Antes eran trabajadores y empresarios, ahora hay sectores que han sabido aprovechar la herramienta de la discusión salarial de las paritarias para fortalecer su salario en función a las necesidades que tienen los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Nosotros desde hace 19 años que venimos discutiendo con una metodología del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM), de acuerdo a lo que establece la Ley de Contrato de Trabajo y el Artículo 14 bis de la Constitución, que lo quieren sacar. Nosotros hacemos un cálculo, que no son cifras de aceiteros, sino hay una cifra que da el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) de ponerle valor a las necesidades básicas. Lo único que hacemos es luchar por eso. O sea, no es que nosotros tiramos la idea y las empresas aceptaron y nos dieron. Nos costó lucha. Fueron 25 días de huelga en 2015 y 22 días de huelga en 2020. Tenemos que ponernos de acuerdo con los dirigentes sindicales para establecer realmente cuál es el verdadero salario que tienen que cobrar los trabajadores y las trabajadoras. Hoy, el SMVM, que arregla el Consejo del Salario, está por debajo de la línea de la pobreza, en 118.000 pesos. Es absurdo pensar que un trabajador es pobre, cuando hace 50 años buscaba empleo para dejar de serlo. Existe alguna estigmatización hacia el movimiento obrero. Pareciera que deben trabajar toda la vida gratis y no pelear por su salario, que es lo que plantean algunas agrupaciones que se postulan para presidente y que tienen la posibilidad de gobernar el año próximo.

Estos 118.000 pesos van a tener algunos aumentos más, según lo acordado en el Consejo del Salario, pero la canasta básica de pobreza está alrededor de 250.000 pesos, casi sin contar la devaluación. El SMVM es la mitad de lo que necesita una familia tipo que no paga alquiler para cubrir la canasta básica.

‒ Sí, por eso digo que tendríamos que sentarnos a discutir realmente qué es lo que un trabajador necesita para cubrir las necesidades y después ver quién lo puede pagar. O sea, no me sentaría a la mesa de los patrones para que ellos me digan lo que nos van a dar, el gobierno convalide eso y nosotros aceptemos como representante de los trabajadores y las trabajadoras. Pero bueno, son posturas que en algún momento vamos a tener que discutir, o por lo menos nosotros estamos buscando eso desde hace mucho tiempo en la CGT. Ganar bien para un trabajador o ganar lo que le corresponde para tener una vida digna implica que los patrones ganen menos. Esa es la lucha que hay que dar.

Estamos en medio de un proceso electoral. La medida que anuncia Massa beneficia, como decíamos, a 800.000 trabajadores. ¿Y qué pasa a nivel de las fábricas? En el sector aceitero hay trabajadores que votan a Javier Milei, por ejemplo. De esos sectores hay en todos lados. Pero, ¿qué está pasando entre los trabajadores mejor pagos?

‒ Sí, sí, sí hay. No, no son mayorías, pero seguramente hay un hartazgo de la sociedad hacia la clase política producto de la batalla cultural que dan algunos medios y que evidentemente no han tomado los recaudos necesarios. Me parece que se le fue la mano tanta mierda que le tiran al a la clase política y al sindicalismo. Hay sectores dentro de la política que no han hecho las cosas bien como para que hoy una persona como Milei sea candidato. Sin saber ni siquiera lo que es un pobre. Sin embargo, tiene posibilidades una persona que le dice a los trabajadores que le va a sacar el derecho que utilizamos para discutir salario, y hay compañeros que lo votan. Y más te diría. Hay dirigentes que evidentemente creen que van a seguir teniendo la libertad de de expresión y de que van a poder seguir haciendo huelga. No va a ocurrir si llega a ganar Milei o Patricia Bullrich. No es que lo estoy inventando, sino que lo dijeron. Es una tendencia entre la gente que no participa ni de la de la escuela, ni la cooperadora, ni un comedor escolar ni un merendero y que, aparte de trabajar, sólo mira la tele y le cree a la tele. Realmente no se entiende como un aceitero pueda llegar a votar a alguien que lo desprecia claramente.

Te lo pregunto porque, por ejemplo, me contaban una anécdota. En el sector automotriz, algunos ingresaron cuando comenzaron los años del kirchnerismo, otros que lo hicieron después. Hay un corte generacional, quizá la vieja guardia sindical, que son trabajadores que tienen 20 años o más, que está más identificada con el peronismo y el Gobierno; y las generaciones más jóvenes, que dicen “voy a votar a Milei”. ¿Vos ves algo así o ves que el voto a Milei puede estar en cualquier trabajador?

‒ Tengo 37 años de aporte ininterrumpido, y tengo 31 de aceitero. Tuve la suerte de que nunca me hayan despedido. Escucho el desprecio hacia la clase política y hacia los dirigentes sindicales desde hace muchos años. O sea, era chico y ya mi abuela puteaba en contra de los de los políticos y los sindicalistas, siendo que mi viejo era sindicalista y el hijo de ella también. En su momento utilizaban a los militares y un gobierno de facto. Hoy se postulan a través de un partido como el de Milei y ganan elecciones. Tenemos que empezar a convivir con eso dentro de la democracia y hacer otro trabajo. Nadie mide las consecuencias a la hora de poner un voto. Vos vas y metés el voto adentro de la urna sin pensar en qué es lo que pueden hacer y sin averiguar qué plan de gobierno tienen. Obviamente que en gran parte tienen la razón de las frustraciones que tuvieron durante estos 40 años de democracia. Aquello que vivimos de cerca con los militares y los derechos que perdimos todavía no lo recuperamos. Es una una deuda que tiene la democracia, pero tampoco hay que subestimar el voto ni echarle la culpa a aquellos que lo votan. A mí me parece que tenemos que hacer una autocrítica muy fuerte, porque hay sectores que están marginados. Tener un 40% de pobreza siendo uno de los mayores exportadores de granos es realmente vergonzoso. De eso somos responsables nosotros, tanto los dirigentes sindicales como los políticos.

Hay algunos dirigentes sindicales que ya empezaron a expresar el apoyo directamente a Milei, como es el caso de Luis Barrionuevo, que hasta hace poco tenía como candidato a Eduardo "Wado" de Pedro; y Gerardo Martínez que tuvo una reunión con él. En la plataforma de Milei señalan como un ejemplo a seguir el acuerdo que tiene la UOCRA con el grupo Techint, y que tiene con otras empresas. ¿Qué estás viendo con una facción del sindicalismo que ya se anticipa a decir que Milei no es tan malo o hay que apoyarlo directamente?

‒ Me nombraste dirigentes. A Gerardo Martínez se lo veía muy contento apoyándolo a Massa. Hay cerca de 73.000 dirigentes sindicales en todo el país y que dos apoyen a Milei no me parece que sea trascendente. El problema no es que lo apoyen los dirigentes, el problema son las consecuencias que puede haber si Milei gobierna este país. Estamos en democracia y todas esas cosas en algún momento hacen efecto. Los trabajadores de Barrionuevo deberán tomar nota de que su dirigente apoyó a Milei, un candidato a presidente que desprecia a ese sector.

Hay una consigna en las redes sociales de la Federación de Aceiteros y Desmotadora de Algodón y Afines, que ustedes siempre repiten: “La inflación no genera los salarios”. No hay una etapa en la que quede más claro como ocurrió en los últimos años de Argentina. Con salarios muy rezagados durante el gobierno de Macri, y también en el gobierno del Frente de todos, sobre todo en el sector informal. ¿Por qué no se toma nota de eso? ¿ Por qué cuando se discute de inflación se vuelve a plantear que los salarios pueden ser inflacionarios? Cuando estamos asistiendo a la demostración más clara de que con salarios muy por detrás de la inflación, ésta sigue descontrolada.

‒ Sí, y con el 40% de pobres en que en su gran mayoría son trabajadores formales. Dicen que el salario genera inflación, pero que expliquen por qué también genera pobreza. Parecería que todos los males que tiene este país es producto de la clase trabajadora o de aquellos que luchan. Y nosotros tampoco salimos a dar esa pelea. ¿Cómo puede ser que el salario en el bolsillo de los trabajadores genere inflación y en el bolsillo de los empresarios no? Esa es la lucha eterna que vamos a tener con el capitalismo. A mí sinceramente me preocupa que los compañeros entiendan que podemos luchar por un salario tal cual lo establece la Ley de Contrato de Trabajo y el 14 bis para garantizar esas necesidades y así generar seguramente más empleo, más producción, más consumo. La plata queda en el país, porque no creo que ningún trabajador tenga una cuenta afuera como la tienen algunos políticos o algunos empresarios que se han llevado toda la plata para afuera. El el trabajador la invierte en nuestro país. Lo único que yo le digo a los compañeros de que nosotros vamos a seguir luchando esté quien esté. Obviamente que también depende de la política que se aplique. Cuando Bullrich dice que van a perseguir a Pablo Moyano no es para reírse, es para preocuparse, porque no es solamente Moyano y la figura de él, es hacia todos los dirigentes que peleen por sus trabajadores y trabajadoras. Y también yo le preguntaría a todos ellos que, ante una situación de crisis económica y social como la de nuestro país, donde tenemos el 40% de pobres, si piensan solucionar el problema sacándonos más derechos.

Te quiero preguntar por las elecciones en Santa Fe, porque aceiteros es muy fuerte. Acaba de ganar Maximiliano Pullaro, un candidato bueno que viene del radicalismo. Venimos de una derrota muy fuerte del peronismo que perdió votos de a cientos de miles en apenas cuatro años y de un candidato a gobernador ya electo que dice que lo va a apoyar a Milei en un eventual balotaje. ¿Qué pasó en Santa Fe? ¿Qué interpretación hacés de los resultados electorales y también de la dirigencia que salió electa?

‒ Los peronistas que apoyan a Milei o a Juntos por el Cambio son ovejas disfrazadas de lobo. Cuando pueden salir, salen y expresan lo que realmente sienten. Lo lamentable de todo eso es que se perdieron esas herramientas que tenía tanto el radicalismo como el peronismo de hacer plenarios de dirigentes y congresos donde se discutía, se debatía y se elegía al mejor candidato. Hoy parecería que es una tómbola donde se elige un candidato y sale y hay que seguirlo detrás. Yo no espero el mesías político que nos venga a salvar. Confío más en empoderar al movimiento obrero que todavía sigue teniendo poder de convocatoria y poder de fuego, en lugar de esperar a que venga un un político y nos diga que lo va a solucionar. Hasta ahora no estamos incluido dentro de los planes gubernamentales. O sea, la pobreza no está incluida, los maestros no están incluidos. Si nosotros no generamos herramientas para que esos trabajadores y trabajadoras estén mejor, van a pasar estas cosas porque están al alcance de la mano. No por nada se postula el Dipy, con posibilidades de ser intendente de La Matanza. Es un lugar que históricamente era del peronismo, pero que hoy tiene posibilidad de este muchacho. Nos tenemos que sentar y hacer una autocrítica, no podemos seguir sosteniendo un sistema cuando no nos favorece y menos los trabajadores.

Entrevista realizada por Diego Genoud en su programa Fuera de Tiempo (Radio Con Vos).

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