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Megaproyecto

Dura derrota para Milei: por falta de apoyo, se cayó la sesión y la ley ómnibus vuelve a comisiones

Oscar Zago, jefe del bloque La Libertad Avanza, sacándose una selfie. Minutos después, por falta de apoyo, tuvo que pedir que el proyecto del presidente Javier Milei volviera a comisiones.

Juan José Domínguez

6 de febrero de 2024 19:34 h

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El proyecto de ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos volverá a ser debatido en comisiones de la Cámara de Diputados. Es decir, vuelve todo el trámite parlamentario a cero, como si no se hubiera discutido nada en estas semanas, desde el 27 de diciembre, cuando la iniciativa ingresó formalmente por mesa de entradas. Es un fracaso rotundo para el gobierno de Javier Milei, que lleva casi dos meses como presidente de la Nación y todavía no tiene la ley con la que se propone realizar una transformación del Estado.

La vuelta a comisiones de la ley ómnibus la decidió en la tarde de este martes la Cámara de Diputados, tras lo cual el presidente del cuerpo, el riojano Martín Menem (La Libertad Avanza), declaró levantada la sesión, que había empezado el miércoles de la semana pasada, a las 10.30 de la mañana. No hay registros en la historia reciente de una sesión del Congreso tan larga. Y en este caso, para colmo, sin resultado alguno.

El pedido del diputado Oscar Zago, jefe del bloque LLA, de que el proyecto volviera a comisiones desnudó la falta de apoyo al articulado. Los votos nunca estuvieron firmes, sin perjuicio de lo cual el presidente Milei no ahorró críticas e insultos a los opositores, a quienes hasta llegó a acusarlos de coimeros, aunque sin presentar pruebas ante la Justicia que justifiquen tan grave acusación.

El articulado había empezado a votarse este martes, después de que el jueves pasado el proyecto fuera aprobado en general. La sesión caída y el regreso del proyecto a comisiones significa, en lo institucional, que el trámite empieza de cero (si es que empieza) y, en lo político, una muy dura derrota para el presidente de la Nación, que gobierna en hiperminoría.

Además, revela la incapacidad del Gobierno nacional de generar acuerdos con la oposición y abre interrogantes sobre el futuro de la gestión Milei.

Es que la ley ómnibus le otorgaba superpoderes en distintas materias para tomar decisiones desde la Casa Rosada sin pasar por el Congreso ni por los canales administrativos habituales y, además, permitía las privatizaciones de casi 30 empresas del Estado, uno de los caballitos de batalla del Presidente.

El proyecto original era muy ambicioso y por demás heterogéneo: tenía 664 artículos e incluía desde una profunda reforma electoral hasta fruslerías como el hecho de que los jueces usen toga. Su redacción (al igual que la del súper-DNU de desregulación de la economía, al que le llueven cautelares judiciales en contra) se atribuyó a Federico Sturzenegger, un economista que llamativamente no tiene ningún cargo formal en el Poder Ejecutivo actual pero que ya formó parte de los gobiernos de Mauricio Macri y Fernando de la Rúa.

De esa cantidad de artículos que tenía el proyecto de ley ómnibus quedaron 386 —una reducción del 42%— porque durante estas semanas de negociaciones la oposición forzó una gran cantidad de modificaciones y porque el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió hace dos viernes quitar del texto todas las medidas de índole fiscal. Sin embargo, la redacción aún mantenía numerosos puntos con los que la oposición dialoguista —sin cuyo apoyo el oficialismo no podría aprobar nada— seguía en desacuerdo.

De hecho, la moción de vuelta a comisión y el levantamiento de la sesión se produjeron después de un cuarto intermedio de 15 minutos (que terminó siendo de 45) pedido para negociar el capítulo de las privatizaciones y después de que varias votaciones de artículos salieran rechazadas por falta de apoyo.

El pleno había aprobado el otorgamiento al Presidente de superpoderes para gestionar la desregulación de la economía y profundizar el desguace del Estado que proponía su ley ómnibus. Pero a párrafo siguiente, a la hora de votar el detalle de esos superpoderes, le pusieron fuertes límites en materia económica, energética y de seguridad.

“Al oficialismo le pedimos que tenga alguna cuota de flexibilidad, le encanta seguir perdiendo. Traten de ver cómo receptar alguna propuesta y ganar. Hay que ganar, no hay que perder”, dijo Pichetto; todo un anticipo de la caída que sobrevendría minutos después.

JJD

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