Máxima tensión en Córdoba: luz de ventaja del candidato de Schiaretti sobre Juez, pero cuestionan el lento escrutinio
La alegría se convirtió en pesadumbre en el búnker del peronismo cordobés cuando el reloj marcó la medianoche y el escrutinio provisorio en las elecciones de Córdoba seguía abierto: la diferencia entre Martín Llaryora y el opositor Luis Juez era de apenas tres puntos cuando restaban escrutar un 15 por ciento de las mesas. La diferencia es de casi 47 mil votos, faltando contar unas 1200 mesas. Una tendencia que parecía irreversible para la oposición, pero que se cargó de incertidumbre ante el demorado escrutinio.
Por eso la noche electoral se cargó de tensión. El candidato del gobernador Juan Schiaretti da por hecho que ganó las elecciones, pero culpó a la Justicia Electoral de demorar el conteo de votos. En el búnker de Juntos por el Cambio, con Juez acompañado personalmente por Patricia Bullrich, exigían los resultados completos.
“Los cordobeses no pueden ir a dormir sin tener la certeza del ganador de la elección. No podemos permitir duda alguna faltando escrutar el 20 por ciento de las mesas”, exigió vía redes sociales el radical Mario Negri, socio de la campaña del senador cambiemita.
“Le pedimos a la Justicia Electoral, siendo ya la hora que es, que apure la carga de datos. Le pedimos por favor que intensifiquen la carga de datos porque claramente nuestra mesa de testigos están indicando que hemos ganado esta elección”, replicó en una salida desesperada ante los medios desde el espacio de Llaryora el secretario de Gobierno y Gestión General de Gabinete de la municipalidad capitalina, Miguel Siciliano. El reloj ya marcaba más de las 23.
La incertidumbre bañó el lanzamiento presidencial de Schiaretti, que esperaba que una victoria cómoda de su delfín le sirviera de trampolín nacional. De hecho, estuvo siguiendo el cierre de la elección junto a su flamante compañero de fórmula, Florencio Randazzo.
“Juez nunca va a dar por perdida la elección”, apuró un vocero schiarettista a elDiarioAR. El recuerdo del 2007, cuando el opositor perdió por apenas 11 mil votos y encabezó una vigilia nocturna en la sede del Correo Argentino, era inevitable. “Hay una empate técnico”, cuestionaron desde el espacio de Juez a este medio. El epicentro de la demora en el recuento es la Ciudad de Córdoba, justamente donde Llaryora es intendente.
El búnker de Hacemos Unidos por Córdoba solo tuvo un momento de algarabía minutos después de las 21, cuando el escrutinio provisorio cambió de color: por primera vez en la noche, Llaryora pasaba al frente en el conteo, después de más de una hora de dominio de Juez, que busca por tercera vez hacerse de la provincia.
La foto fue por demás pareja. Con el 59.74% de mesas procesadas, el peronista superaba a Juez 42.46% a 40.90%. Nunca despegó del todo. La expectativa oficialista era estirar la diferencia hasta, por lo menos, cinco puntos, según recogió elDiarioAR. Menos que eso, la victoria no sería un gran espaldarazo para el actual gobernador.
Más allá de la polémica por el escrutinio, un dato de la elección fue la polarización entre Llaryora y Juez: sumaban más de 80 puntos. Otro destacado fue que el voto en blanco era la tercera opción del electorado, con 4.85%.
Córdoba no solo define el sucesor de Schiaretti, sino también el futuro del peronismo local, que lleva 24 años ininterrumpidos en el poder, desde aquella primera victoria de José Manuel de la Sota en 1999, cuando desbancó a la UCR que gobernaba desde el retorno a la democracia.
El demorado recuento contrastó con la rapidez para votar –en la provincia no hay PASO y se utiliza la boleta única de papel–. Fue un comentario generalizado entre electores a los que consultó elDiarioAR durante el día. En una misma aula de escuela podían encontrarse en simultáneo dos urnas diferentes y los tiempos de espera no superaban los diez minutos. Pese a la agilidad del sistema y al buen clima, hubo menos participación que elecciones pasadas: 68%, según datos oficiales. En toda la provincia hubo 2.984.631 personas habilitadas para votar (8,69% del padrón nacional), un 40% concentrado en Córdoba capital, actual bastión peronista.
Siendo Llaryora el actual intendente de la ciudad principal, en el peronismo había temprano un aire de optimismo para ganar las elecciones, pese al desafío de que por primera vez no estuvieron los apellidos de Schiaretti y De la Sota en las boletas. El cambio generacional es inminente para el poder local. El actual mandatario tiene 74 años, mientras su delfín, 50, y el retador cambiemita, 59. Por eso será interesante conocer no solo el resultado final, sino también la diferencia que haya entre los dos candidatos.
Bocas de urnas y nacionalización
“Venimos bien. Los boca de urna que tengo nos dan arriba”, compartió antes del cierre de urnas a elDiarioAR un vocero en el búnker de Hacemos. Según recuentos extraoficiales a los que accedió este medio, los números previos eran distintos a los que marcó el escrutinio provisorio: 13 puntos de ventaja de Llaryora sobre Juez, mientras otros lo estiraban a 20. En JxC dejaron ver cifras mucho menores, e incluso cortes de mesas testigo favorables al actual senador.
“Hay encuestas de todo tipo y color. No se puede confiar mucho ahora”, aseguró al filo del cierre de urnas una importante dirigente del PRO cordobés. Pasadas las 16, fue ella misma a recoger a Bullrich al aeropuerto internacional Ing. Ambrosio Taravella. La ex ministra llegó en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, acompañada de su principal armador federal y ahora precandidato a diputado nacional por CABA en el tercer lugar de la lista, Damián Arabia. También viajó con la diputada Sabrina Ajmechet y la dirigente de Pro Laura Alonso.
“Patricia viene a acompañar a sus dirigentes de Córdoba, más allá de cuál sea el resultado”, apuntó la voz consultada sobre la expectativa de la visita de Bullrich. Hay sondeos presidenciales que marcan que su precandidatura hace buen pie en la provincia, quizás por el legado de Macri, que supo ganar en 2015 gracias al férreo sentimiento antikirchnerista en la provincia. Eso explicaría su visita, buscando sacar ventaja de su rival en la interna. “Horacio no es bienvenido”, acotó la fuente macrista a elDiarioAR.
“No necesitamos tutores del puerto”, escupió en ese sentido esta mañana Juez, al ir a votar. Lo hizo acompañado de Rodrigo de Loredo, el diputado radical y candidato opositor para las elecciones municipales. La ciudad de Córdoba elegirá su nuevo intendente el próximo 23 de julio. “No hay excusa para no ir a votar. Hace un día espectacular; hay que hacer que la gente vote. La apatía es funcional a la continuidad de los modelos”, dijo alentando a los electores para que se acerquen a las urnas.
A su turno, también Llaryora instó a acercarse a las escuelas. Además de la elección provincial, en Córdoba también se vota en unos 200 municipios, donde se estima que la gente concurrió más a las urnas. “El clima es muy lindo para venir a votar y luego disfrutar de las plazas y parques. Cumplimos 40 años de democracia y hay que sostenerla con el voto popular”, apuntó el pupilo de Schiaretti, a quien le hizo un guiño explícito por su lanzamiento en la carrera nacional: “Tenemos la oportunidad de que Schiaretti sea presidente del país. El modelo de Córdoba sacaría a la Argentina del atraso”.
Ese es el deseo de Schiaretti para este domingo: junto a su ahora precandidato a vice, Florencio Randazzo, buscará levantarle la mano a Llaryora para que su victoria le sirva de vidriera y poder así “nacionalizar” su gestión. Se espera que, pasadas las 20, las urnas le den el veredicto.
MC
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