Los desencantados y el posible faltazo de los jóvenes tiñen la participación en las urnas

La participación esperada para las PASO de este domingo es de alrededor del 70% del padrón electoral, cinco puntos porcentuales menor que en las primarias del 2019. Algunos analistas estiman incluso un nivel de concurrencia menor, con una concurrencia de aproximadamente el 65% del padrón. 

Según analistas, un alto ausentismo electoral podría perjudicar en gran medida a la oposición, que tiene un votante más “joven” -quienes muestran un mayor rechazo a la política-, aunque otros consultados aseguran que los sectores de menor nivel socioeconómico son los que no concurrirán a votar, lo que impactaría directamente en el voto de Unión por la Patria. En las últimas horas el crimen de la niña de 11 años Morena Domínguez y una serie de episodios violentos agitaron las aguas del escenario político, generando más desprestigio de la clase dirigente, aunque es difícil anticipar cómo impactará en la participación electoral.

En las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 2019, en unas elecciones que no tuvieron nada de “suspenso” (los dos partidos más competitivos, Frente de Todos y Juntos por el Cambio, presentaron candidatos únicos en sus boletas) la participación fue del 76%. En las anteriores PASO presidenciales, llevadas a cabo en el 2015, la participación fue del 72%, y en las primarias del 2011, del 81%. Lucas Romero, director de Synopsis, asegura que para estas elecciones se espera que la participación se reduzca un 5 puntos porcentuales respecto de los últimos comicios presidenciales y que ronde el 70-71%. 

De cumplirse estas predicciones, 2023 registrará el porcentaje de concurrencia más bajo a unas primarias presidenciales desde la inauguración de este sistema en 2009 , a pesar de lo atractivo de la contienda dentro del espacio de Juntos (Bullrich-Larreta). Las PASO legislativas siempre registran una menor participación, con un 66% de concurrencia en 2021.

Cristian Buttié, de CB Consultora, anticipa una participación todavía menor a la que estima Romero, de alrededor del 65%, diez puntos menos que en las primarias del 2019. Buttié asegura que el antecedente de Córdoba, donde la participación pasó de ser del 72% en los comicios provinciales del 2019 a ser del 68% en las últimas elecciones, es ilustrativo del nivel de participación que habrá en las elecciones nacionales de este domingo. 

Las proyecciones hechas por los analistas toman en cuenta la concurrencia de los ciudadanos a las urnas en las elecciones provinciales que se llevaron a cabo a lo largo de todo el 2023. Tucumán fue la provincia con una mayor participación, con casi un 85% del padrón que votó el 11 de junio para elegir a su gobernador, y Córdoba y Rio Negro las de menor participación, con un 68% de concurrencia a los comicios provinciales -en las PASO de Mendoza la participación fue del 66%, y las generales todavía no se llevaron a cabo-. En el resto de las provincias la participación en las elecciones para cargos provinciales osciló entre el 70 y el 76% del padrón: Salta 70% de participación, Misiones y Tierra del Fuego 71%, San Juan y La Pampa 73%, Jujuy 74%, Formosa 75% y Neuquén 76%. 

Hay sin embargo quienes son un poco más optimistas. Gerardo Schleris, investigador del CONICET y Director del Observatorio Electoral del Ministerio del Interior en 2018-2019, espera una concurrencia un poco mayor, de alrededor del 75%. “Hay una tendencia estructural en la Argentina hacia un descenso paulatino y sostenido en la participación electoral. Si en los años ‘80 las elecciones generales mostraban porcentajes arriba del 85%, ahora se espera para las elecciones de octubre una participación de entre el 77% y el 81% del padrón, y para las PASO un 5% menos de participación, como históricamente sucede”, añade. 

Para Schleris, no necesariamente el aumento de ausentismo que se registró en gran parte de las provincias se replicará en las primarias. “Hay un aumento del llamado ‘desencanto’ con la política, pero no está claro cuánto de este desencanto impactará en el porcentaje de participación”, añade. 

Nadie puede precisar todavía cómo impactará el crimen de Morena Domínguez, la niña de 11 años que murió tras ser asaltada y atacada por motochorros cuando llegaba al colegio en Lanús, en la participación electoral de los comicios de este domingo. “Yo creo que impactará en la participación, aunque es difícil de anticipar como”, sostiene Juan Negri, doctor en Ciencia Política y director de esta carrera en la Universidad Torcuato di Tella. Romero, en cambio, cree que no habrá grandes cambios de tendencia en materia de participación. 

Impacto en los partidos  

Los analistas consultados coinciden en que el sector con mayor “apatía” y menor propensión a concurrir a las urnas es el de los jóvenes de entre 18 y 25 años y en particular los adolescentes de 16 y 17 años, cuyo voto no es obligatorio. Este último segmento etario representa el 3% del padrón electoral a nivel nacional. En este marco la Universidad de Buenos Aires (UBA) lanzó, días atrás, una campaña para promover el voto joven que recibió críticas por una de las piezas difundidas. “Yo voto por bronca y sin ganas, pero voto”, era la consigna de la imagen que se difundió.

Para algunos analistas, una baja participación joven impacta casi de lleno en los votos de Juntos y de La Libertad Avanza. “Cuando la participación es baja, se ve con mucha claridad el aparato electoral constituido por los intendentes peronistas del conurbano bonaerense y los gobernadores de algunas provincias del NOA comprometidas con Unión por la Patria como Tucuman”, sostiene Buttié. Esa estructura, ante la falta de participación del voto más “espontáneo” de la oposición -en gran parte constituido por sectores jóvenes-, podría lograr achicar la diferencia que muchos sondeos marcan entre Juntos y Unión por la Patria, haciendo el oficialismo así una elección muy competitiva. “Si contra los pronósticos el voto joven crece, Javier Milei podría superar la barrera de los 20 puntos”, agrega Buttié. 

Romero, sin embargo, apunta que además de un “riesgo etario” (el hecho de que quienes menos se acerquen a las urnas sean los adolescentes de 16-17 años y los jóvenes de 18-25 años) también hay un “riesgo socioeconómico”. “Estimamos un menor voto de los sectores más jóvenes y también de los segmentos de más bajos recursos. En 2021 esto último se vio muy claramente en zonas del Gran Buenos Aires con circuitos electorales constituidos por población de niveles socioeconómicos muy bajos, donde se produjo una muy baja concurrencia a las urnas”, sostiene Romero. Para el director de Synopsis, como hay una ya muy demostrada correlación entre nivel socioeconómico bajo y voto al peronismo -a menor nivel socioeconómico, más propensión al voto de un candidato peronista-, una menor participación impactaría en los votos de Unión por la Patria. 

Negri coincide con Romero. “Los segmentos peronistas son los que tienen más dudas respecto a ir a votar, lo que tiene que ver con su frustración con el actual gobierno de Alberto Fernández y su resquemor hacia Massa como candidato, por su carácter centrista”, sostiene. “Estos votantes peronistas, a la vez que están enojados con el gobierno, están recelosos de una vuelta de Juntos por el Cambio. Entonces, prefieren no ir a votar”. 

AS/DTC