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Recargado contra Milei, Kicillof rompe la moderación peronista y condiciona el diálogo con el Gobierno

Axel Kicillof encabezó este lunes el inicio de las sesiones ordinarias de la Legislatura bonaerense.

Mauricio Caminos

4 de marzo de 2024 17:18 h

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“Cuenten con nosotros para reuniones de trabajo, para encuentros destinados a solucionar problemas, incluso para debatir. Pero si se trata de encuentros para fotos y marketing… arranquen nomás si no llegamos”. Con esa frase que despertó rápidamente aplausos y ovación de los propios, el gobernador Axel Kicillof abrió este lunes las sesiones ordinarias en la Legislatura de Buenos Aires y le respondió directamente al presidente Javier Milei su convocatoria a un diálogo con las provincias en el afamado Pacto de Mayo.

El gobernador evitó en su discurso aclarar si asistirá a la cumbre que está empezando a organizar la Casa Rosada con los gobernadores, pero hizo explícito una serie de condiciones propias para participar en ese cónclave. Kicillof centró gran parte de su exposición para dar un mensaje con tintes nacionales, le hizo un guiño a los demás mandatarios y, en paralelo, buscó centralizar la oposición al oficialismo. A su manera rompió la moderación peronista que hasta ahora había generado el discurso de Milei del viernes.

Kicillof no solo escribió un discurso con frases punzantes contra el Gobierno, sino que hizo una puesta en escena pensada de antemano: fuera de la Legislatura hubo una manifestación de apoyo a la que se acercó a saludar y dentro del recinto sentó en las primeras filas a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. En uno de los palcos se mostraron sindicalistas como Hugo Moyano y el triunvirato de la CGT, y hasta Roberto Baradel, del gremio de docentes, justo cuando en otras provincias hoy no hubo clases por un paro. “No al cierre de Télam”, rezó un cartel colgado en las gradas. Entre los invitados estuvieron también los legisladores nacionales de Unión por la Patria, con Máximo Kirchner a la cabeza.

Milei debe dejar de extorsionar a los gobernadores para que aprueben sus leyes

Axel Kicillof

“El extravagante experimento al que está siendo sometida la Argentina exige acciones extraordinarias del gobierno provincial”, dijo el gobernador al inicio de su discurso. Rompió así el silencio al que se sometió desde el viernes a la noche, cuando se fue raudo del Congreso para evitar responder en caliente sobre la iniciativa presidencial de firmar un “Pacto de Mayo” en Córdoba, atado además a una convocatoria a todos los mandatarios provinciales a la Casa Rosada para discutir un nuevo pacto fiscal y la aprobación de la ley Bases. “Milei debe dejar de extorsionar a los gobernadores para que aprueben sus leyes”, fue firme en su posicionamiento Kicillof.

“El Presidente deberá aprender a convivir con los gobernadores. No se trata de aprietes o extorsiones, ni de fundir a quienes no están de acuerdo con su proyecto”, aseveró el gobernador, luego de calificar al Gobierno de conducir “una etapa sombría”. Kicillof buscó golpear a Milei con sus propias armas: “La democracia no es el Paradoja de Arrow ni se explica con el dilema del prisionero”, señaló. “El recorte y el ajuste solo producen dolor, desintegración, desigualdad”, afirmó y puntualizó contra funcionarios nacionales como los ministros Luis Caputo (Economía), Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Petri (Defensa) y Federico Sturzenegger, creador del mega DNU 70/30 y la ley ómnibus. “El Gobierno está lleno de los mismos de siempre que varias veces traicionaron al país”, apuntó. “No queremos ser Irlanda, queremos ser Argentina”, dijo en otro momento.

“Por más dificultades y problemas que haya, creer que todo funcionaría mejor si no hubiera Estado es una muestra ridícula de terraplanismo ideológico, conceptual y cultural. Se trata de una ideología extrema y extranjera que no funcionó en ningún tiempo ni lugar”, golpeó en otro pasaje el gobernador. Kicillof dijo que “la provincia promoverá cada vez una mayor cooperación con otros gobiernos provinciales” y adelantó que hay una preocupación “por el nulo sentido federal que muestra el Gobierno Nacional”. “Parece mentira que a esta altura de la historia Milei haya reeditado el enfrentamiento entre unitarios y federales”, sintetizó.

Emulando a los diez puntos del Pacto de Mayo que expuso el Presidente, el gobernador puso sus propias condiciones para dialogar con el Gobierno. Pidió la “inmediata reactivación de las obras públicas frenadas”. Exigió “el respeto al federalismo y la inmediata reposición de los fondos vengativamente birlados a las provincias”. Planteó la “devolución de los fondos del FONID para los salarios docentes y los fondos para las universidades y el transporte”. Reclamó “la urgente distribución de los recursos destinados a los comedores y los medicamentos”. Dijo que el DNU 70/23 tiene ser derogado. Subrayó un “firme rechazo al delirante proyecto de dolarización”. Y solicitó que el Gobierno se hago cargo del dragado del Canal Magdalena. Cerró con una omisión de Milei en su discurso, inédita para las exposiciones presidenciales en el Congreso: reiteró el “firme reclamo por la soberanía en Malvinas”.

Creer que todo funcionaría mejor si no hubiera Estado es una muestra ridícula de terraplanismo ideológico, conceptual y cultural

Axel Kicillof

El mandatario provincial ya había chocado de frente con Milei la semana pasada cuando el Gobierno le cortó de un cuajo un fondeo que le había otorgado Alberto Fernández para afrontar una crisis salarial con la policía en tiempos de la pandemia. El Fondo de Fortalecimiento de la provincia de Buenos Aires se sustentaba con más de un 1% de la coparticipación de la ciudad de Buenos Aires, lo que generó un enfrentamiento judicial entre ambas jurisdicciones en la que intervino la Corte Suprema. Este lunes no mencionó su promesa de cerrar los puertos bonaerenses, pero sí reclamó por más coparticipación.

Buscando llevar su discurso al llano comparó los precios de productos básicos de la canasta familiar en noviembre, cuando aún gobernaba el Frente de Todos, y enero pasado. Killof hizo apenas una crítica a la alta inflación del gobierno de Alberto Fernández, pero no lo mencionó al expresidente. Sí elogió a Cristina y Néstor Kirchner por su “auténtica rebeldía y amor por la patria”. El gobernador también evitó hacer alusión a temas espinosos de la propia realidad provincial, como el caso de las tarjetas de Chocolate Rigau o la crisis de la obra social bonaerense IOMA.

Kicillof aseguró que el rol de la Provincia será de “protector” ante el ajuste mileísta. Con ese norte hizo un repaso de las medidas de su primera gestión en ámbitos como la obra pública, la educación, la producción, hasta la ciencia y la tecnología, y buscó ofrecer un reparo a todos esos sectores golpeados por la motosierra libertaria. “No estábamos preparados para ser un escudo; queríamos ser motor de una etapa donde se profundizaran la industria, el empleo, el desarrollo y el bienestar”, justificó. Habló de “un rumbo a contramano del mundo” con Milei, de “masacre social”, de “autodestrucción”. Acusó al Presidente de su lectura histórica: “No solo añoran un país preindustrial, preperonista, sino uno dependiente y predemocrático”.

El discurso de Kicillof cerró con un fuerte tono de campaña: “Lo que está en peligro es la unidad nacional: así como se propone desintegrar la sociedad promoviendo el egoísmo, también se está poniendo en riesgo la unidad nacional”, advirtió. Y tras leer las más de 30 páginas de su discurso, el acto concluyó con la banda de la policía tocando canciones de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota.

MC/MG

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