El jefe de la SIDE se reunió con Lousteau y prepara su presentación ante la Bicameral de Inteligencia
Tras la conformación de la estratégica Comisión Bicameral de Inteligencia en el Congreso, su flamante presidente, el senador radical Martín Lousteau, mantuvo este miércoles una reunión con el director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert, según confirmaron fuentes oficiales a elDiarioAR. El “Señor 5” acaba de ser citado por el órgano encargado de auditar el accionar de los espías. Deberá dar explicaciones acerca de los $100.000 millones en fondos reservados que le fueron otorgados al organismo recientemente reestructurado a mediados de julio, a través de un DNU firmado por Javier Milei. Un monto que, según denuncian desde la oposición, ya habría sido gastado en un 80%.
El martes, por mayoría, la comisión votó avanzar con un plan basado en dos instancias. En primer lugar, enviarle a Neiffert un cuestionario acerca de su plan de gestión al frente de la SIDE. Y, recién después de eso, invitarlo a exponer sobre el aumento presupuestario. El funcionario debería presentarse recién en dos semanas. Además, durante el primer encuentro de la comisión, también se aprobó un pedido de informes sobre una presentación como querellantes de abogados del organismo en una causa por supuesto espionaje ilegal en la que Mauricio Macri fue sobreseído. Quienes lo motorizaron fueron los representantes del PRO, que sospechan de una maniobra en contra de su jefe político pergeñada por el asesor presidencial Santiago Caputo.
Por parte del oficialismo, en el debut de la bicameral estuvieron presentes Gabriel Bornoroni y César Treffinger, mientras que el partido amarillo contó con sus dos integrantes Cristian Ritondo y la senadora Carmen Álvarez Rivero, quien reemplazó a su colega Martín Goerling, uno de los que durante semanas sonaron para ocupar la presidencia de la bicameral. El otro era el entrerriano Edgardo Kueider. Ambos contaban con el auspicio de La Libertad Avanza, algo que no fue suficientes: la titularidad de ese órgano clave quedó finalmente en manos de Lousteau, que se vendió ante los legisladores kirchneristas —con Leopoldo Moreau a la cabeza, con quien terminó acordando— como una garantía de oposición al Gobierno.
La novela había comenzado en julio, pocos días antes del lanzamiento del nuevo organigrama de la SIDE, cuando desde Balcarce 50 le bajaron la orden al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, para que ponga en marcha la conformación de la comisión. La Bicameral de Inteligencia cuenta con algunas peculiaridades: a diferencia del resto, sus miembros sesionan en secreto, en una oficina del quinto piso del edificio anexo del Senado, donde reciben a los agentes y estudian la documentación enviada por los funcionarios. Durante los cuatro años del gobierno del Frente de Todos, el órgano estuvo presidido por Moreau, que hoy conserva su silla, al igual que sus compañeros de bancada Rodolfo Tailhade y Blanca Osuna.
Polémico aumento
La flamante SIDE no deja de dar que hablar en la opinión pública, y no precisamente por sus logros. El rearme de un área siempre delicada como es el espionaje, encabezada hoy por el inexperto Neiffert, pero comandada en las sombras por el poderoso asesor presidencial Santiago Caputo, abrió una incógnita alrededor de un tema que siempre generó polémica: el carácter secreto de esas partidas presupuestarias, cuyos gastos únicamente pueden ser controlados por una comisión bicameral del Congreso. Exceptuando esa instancia, prima la total discrecionalidad.
El inminente rechazo legislativo al DNU de Javier Milei que le asignó $100.000 millones en materia de fondos reservados a la central de espías logró poner en el centro de la escena otro dato que, paradójicamente, suma mayor incertidumbre al asunto: cerca del 80% de ese dinero, girado al organismo el pasado 23 de julio, ya habría sido gastado. En el Gobierno aseguran que eso es falso. Y explican que cuando el Ministerio de Economía transfiere fondos que son de carácter reservado, estos figuran en el Presupuesto Abierto como “devengados” aunque no hayan sido gastados, debido a que no requieren rendición de cuentas.
Según datos oficiales, desde la llegada de La Libertad Avanza a Balcarce 50, los gastos reservados de la ahora ex AFI (Agencia Federal de Inteligencia, el nombre con que la SIDE fue rebautizada durante el kirchnerismo) se incrementaron en un 778%. Su presupuesto general, en tanto, también tuvo un aumento exponencial y al mes de julio contaba con una partida de $136.741 millones, mientras que el gasto total que se destinaba al sistema nacional de inteligencia en su conjunto era de $168.490 millones.
En el Gobierno lo que abunda es el hermetismo. Y pese a que en el decreto de julio se especifica que la decisión de tal excepcional incremento presupuestario es para “garantizar la seguridad, defensa e integridad de la República Argentina”, con el fin de acceder a nuevo equipamiento y “fortalecer” así el “diezmado” sistema de inteligencia, una versión recorre como un fantasma los despachos oficiales: que esos fondos son utilizados, entre otros fines espurios, para financiar los “tanques” digitales de Milei.
Desde la llegada de La Libertad Avanza al poder, el Congreso no pudo estudiar los informes de gastos que cada mes envió la ahora SIDE comandada hasta mayo por el abogado Silvestre Sívori, mano derecha del malhadado exjefe de Gabinete, Nicolás Posse. La salida de quien fuera uno de los funcionarios más cercanos a Milei estuvo signada por los rumores de supuesto espionaje ilegal hacia importantes figuras del propio oficialismo, una versión emanada de las usinas gubernamentales. La comisión bicameral, puesta en marcha esta semana, podría desmentir esas sospechas que salpican al mundo del espionaje libertario. O, por el contrario, terminar de confirmarlas.
PL/JJD
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