Juan Marino, el diputado que reemplazó a Massa en el Congreso: “Alberto tendría que haber estado en Recoleta defendiendo a Cristina”
Un tablero de ajedrez, una angosta biblioteca con libros que van desde el peronismo al derecho parlamentario, y pequeñas estatuas de Marx, Lenin, Trotsky y Fidel Castro como adornos principales. El despacho de Juan Marino en el último piso del anexo de la Cámara de Diputados aún denota su reciente asunción como legislador nacional. “Todavía nos estamos acomodando. Tengo que sumar estatuas de Perón y Evita”, admite entre risas quien pasó a ocupar la banca que dejó Sergio Massa al desembarcar en Economía.
Trotskista y piquetero “a mucha honra”, Marino dice que el Partido Obrero lo echó en 2009 y justifica su salto al kirchnerismo al calor de las elecciones de 2019: “Nos ganamos un lugar en la lucha contra Macri”. Entonces se ubicó 29º en la lista de la provincia de Buenos Aires y, tras la victoria del Frente de Todos, pasó a ocupar un lugar en el ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, bajo el ala de Andrés “Cuervo” Larroque. Cada vez más lejos del PO pero cerca de La Cámpora, cuando el tigrense saltó al Palacio de Hacienda Marino recibió el llamado de Germán Martínez –jefe de la bancada oficialista– y de Cecilia Moreau –ahora titular de Diputados– para que se convirtiera en legislador.
“Alberto tendría que haber estado el sábado en la manifestación en defensa de Cristina”, dice ahora Marino, ya enfrascado en un diálogo de una hora con elDiarioAR, luego de haber estado en Recoleta cuando la policía porteña instaló las vallas, y un día después de haber compartido un encuentro de la vice con los bloques parlamentarios oficialistas en el salón Azul del Congreso. Considera que Cristina Kirchner ganó la centralidad de la política y que el oficialismo se abroqueló detrás de la vicepresidenta, pero no duda en cuestionar al Presidente por el avance de la causa de Vialidad: “Alberto no tocó las tuercas del lawfare”. No tiene la misma mirada sobre Massa. Confía en su plan de “estabilización económica” y rechaza que se esté llevando adelante un ajuste: “Yo no le voy a pedir a Massa que venga el sábado a la marcha, cuando él tiene que estar 24 por 7 laburando en el Ministerio de Economía para resolver una crisis profundísima”.
–Estuviste el fin de semana en Recoleta, el lunes en la vigilia nocturna y el martes en la reunión de Cristina Kirchner con los demás legisladores. ¿Qué conclusión te queda de estos días? ¿Qué mensaje les bajó la vice?
–Nosotros le transmitimos todo nuestro respaldo y ella planteó el concepto de que hay que discutir el vínculo entre el derecho penal y el derecho constitucional, sobre la base de que uno de los planteos que hizo el fiscal Luciani en su exposición fue que la palabra final sobre todos los hechos de gobierno lo tienen los jueces. Eso lo tenemos que problematizar porque hay algo más importante que es el voto popular, y el fundamento de la democracia es el voto popular. Un juzgado no puede tener la potestad de violentar la democracia proscribiendo a la principal dirigente política del país.
–¿Pero es una amenaza latente esa? Porque si hay sentencia, después habrá apelación y si llega a la Corte puede ser recién dentro de varios meses o incluso años.
–No sé. Si la justicia argentina se guiase por plazos normales y un proceso adecuado en relación con la causa de Vialidad, es como vos decís. Ahora, están manejando la causa de manera irregular, no están respetando el debido proceso. Y al mismo tiempo uno ve que la pretensión es abiertamente proscriptiva porque el pedido directamente es la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, además de los 12 años de cárcel, que es un número simbólico.
–Cómo sería en la práctica esa problematización de la Justicia que decís, porque también hay una división de poderes que en una democracia hay que respetar.
–Exacto. Pero la división de poderes no la respeta el Poder Judicial. Cualquier medida de gobierno que les parece que están en contra ellos la declaran inconstitucional. El Poder Ejecutivo, por ejemplo, hizo un decreto para declarar las telecomunicaciones como servicio público y garantizar el acceso a un derecho a la población, y ellos a partir del lobby de los monopolios de ese sector declararon inaplicable ese decreto. Ellos se atribuyen para sí la potestad de controlar a los otros poderes, incluso interferir de forma directa y abierta en el propio proceso electoral.
–Ya el Gobierno fracasó en un intento de reforma judicial en el Congreso este año. ¿Cómo se resolvería?
–Se resuelve políticamente. La proscripción contra Cristina la vamos a derrotar en las calles, pero el golpe judicial lo tenemos que derrotar en las urnas y tenemos que construir una correlación de fuerzas política que nos permita avanzar en reformar la justicia. Nosotros caracterizamos que nuestro gobierno, el Frente de Todos, en dos años y medio no tocó las tuercas del lawfare. Lo que necesitamos es tener más diputadas y diputados, y senadores y senadoras, con la disposición de avanzar en medidas que modifiquen el Poder Judicial. Alberto Fernández no estuvo a la altura de la situación en ese terreno.
–¿Él es el responsable?
–Alberto no tocó las tuercas del lawfare. Y la verdad es que a nosotros nos había entusiasmado mucho y nos pareció muy importante, y nos llenó de orgullo cuando Alberto se puso al frente de defender a Evo y luchar contra el golpe en Bolivia. Y no está haciendo lo mismo en este momento.
–¿Por qué será?
–Él debería dejar de hacer declaraciones desafortunadas en los medios. Y tendría que hacer como lo que hizo cuando fue lo de Bolivia. Tendría que ponerse al frente para defender a Cristina en toda esta situación. Yo creo que es inadmisible el hecho de que la policía de la Ciudad de Buenos Aires se arrogue para sí la potestad de sitiar el domicilio de la vicepresidenta y de manejar la seguridad del domicilio de la vicepresidenta, cuando el domicilio tiene que depender de las fuerzas federales. Hay que seguir discutiendo el problema y también el de la autonomización extrema del gobierno de la ciudad, que parece no razonar el hecho de que la ciudad Buenos Aires también es la Capital Federal, que es sede del gobierno federal y, en el caso particular de Cristina, su domicilio está dentro de la ciudad.
–¿Hasta cuándo va a estar la vigilia?
–La vigilia se mantendrá en la medida en que exista esta campaña agresiva contra la vicepresidenta. No hay que olvidarse que a Cristina le apedrearon el despacho. A Cristina la fueron a amenazar de muerte a la puerta del Instituto Patria. Y sobre todas las cosas, el lunes después del alegato de Luciani fue un grupo de macristas a la puerta de su casa a agredir y amenazarla. Entonces la vigilia tiene ese sentido, de decir que estamos viendo grupos de macristas que van a agredir a Cristina y al mismo tiempo una policía de la ciudad que no tiene la potestad ni voluntad de cuidarla. No están en condiciones para garantizar la seguridad de la vicepresidenta, por lo cual, en función de eso, la vigilia continúa. El pueblo cuida a Cristina.
–El FdT se abroqueló detrás de Cristina, pero vos estás planteando una diferencia con Alberto. O sea que la interna sigue.
–El ataque de la derecha tuvo una reacción donde se unificó todo el Frente de Todos, que está fuera de duda. Lo que yo planteo en relación a Alberto es que me parece que él tendría que tener una actitud más proactiva. Yo no estoy diciendo que él no defiende a Cristina. Él defiende a Cristina. Pero tendría que tomar más medidas y llevar adelante hechos que sirvan para defender la democracia en nuestro país.
–¿Tendría que haber ido el sábado?
–Tendría que haber estado el sábado en la manifestación en defensa de Cristina. Porque, te repito, lo hizo cuando fue lo de Bolivia. Él fue personalmente a acompañar a Evo en la manifestación donde reingresó a Bolivia luego de haber derrotado el golpe, además de que le salvó la vida y le garantizó el asilo. Alberto demostró que tiene la capacidad y ha tenido la voluntad, no de dar declaraciones, sino de hacer cosas para resolver los problemas. También fue a ver a Lula cuando estaba preso en Curitiba. Por lo cual, si luchamos contra el poder en todo el continente, tomemos medidas acá en Argentina.
–¿Con la crisis interna y el desembarco de Massa no quedó relegado Alberto?
–Hubo una reconfiguración del Gobierno. Claramente Alberto cometió el error de confiar en demasía a Martín Guzmán, que de forma muy ingrata no reconoció esa confianza. Defraudó al propio Alberto, renunció de forma intempestiva ese sábado, mientras estaba hablando Cristina, generando una crisis tremenda como la que sufrimos en julio.
–¿No hubo responsabilidad de Cristina en la salida de Guzmán? ¿Cuánto tiempo lo estuvieron criticando a viva voz desde el kirchnerismo?
–Fue al revés. Los planteos que se hicieron fueron para tratar de corregir el rumbo, para tratar de encauzar la política económica y social, con un planteo distinto al de Martín Guzmán.
–Pero una cosa es hacerlo a puertas cerradas y otra generar una crisis política frente al público.
–Es que fue una discusión que se hizo muchas veces a puertas cerradas, y no se escuchó. Entonces hubo que empezar a hacerlo a puertas abiertas para que se empiece a escuchar más. Cristina lo dijo literalmente. Hubo varias reuniones donde ella hizo distintos planteos que no se tomaban en cuenta. Entonces se tuvo que trasladar finalmente a la discusión pública para que sobre esa base se lograse que el Gobierno corrija el rumbo. La negociación con el FMI fue el punto más álgido de toda esta discusión, porque Martín Guzmán no escuchó cuando se le planteó que lo que había que hacer era votar un plan económico soberano en el Congreso, con nuestra propia política económica y plantearle eso al FMI.
–Eso tendría que haber pasado antes de que se votara la firma del acuerdo. Pero no se votó.
–Es que Guzmán lo que impuso fue el plan del Fondo. Y en función de eso es que el Congreso votó a favor del acuerdo con el FMI y mayoritariamente, con la disidencia de Máximo. Y en esa situación es que atravesamos la crisis de julio.
–¿No crees que la crisis interna fue parte de un caldo de cultivo, junto con otros factores como el de los formadores de precios, por ejemplo, que derivaron en la salida de Guzmán y la crisis de julio?
–Yo no lo veo así. Yo veo que la crisis de julio, muy grave y que cambió las variables económicas y políticas de este país, fue producto del acuerdo con el FMI. Nos decían que había que votarlo a favor para evitar la crisis y fue eso lo que nos llevó a una crisis, junto al macrismo que actúa con planteos golpistas tratando de boicotear cualquier tipo de medida del Gobierno que permita estabilizar la situación. Hay una responsabilidad política de Juntos por el Cambio. Y creo que en este momento tenemos conciencia mayoritariamente que dado el golpismo económico y judicial, lo que tenemos que hacer es defender la democracia, luchar contra la proscripción de Cristina y apoyar todos los intentos de estabilización de la situación económica que está encabezando el equipo económico en cabeza de Sergio Massa. Hay que entender que Massa está condicionado por el acuerdo con el FMI que firmó Guzmán y que votó el Congreso mayoritariamente.
–Pero Massa era el presidente de la Cámara de Diputados y fue uno de los que buscó que se aprobara el acuerdo.
–Él estuvo de acuerdo. Por eso a Massa le reclamamos resultados. Él plantea que con las políticas que propone va a estabilizar la situación económica de acá a fin de año. Bien, lo que le planteamos es que ofrezca resultados. Durante agosto logró estabilizar y eso creo que hay que reconocérselo: se frenó la suba imparable de los dólares paralelos y volvió a haber abastecimiento en los comercios de cercanía. Vamos a ver cómo continúa a fin de año. No confiamos en que la política del FMI sirva para resolver problemas a largo plazo. Pero sí pensamos que existe una posibilidad de estabilizar de acá a fin de año, lo cual es importante para afrontar el golpismo económico y judicial. Y al mismo tiempo, hay que avanzar en la Cámara de Diputados en aprobar el proyecto para que la deuda la paguen quienes la fugaron.
–Si la política era la solución, ¿por qué no se cambió antes el rumbo?
–Esa es una pregunta que no me tenés que hacer a mí, sino que se la tendrías que hacer a Alberto.
–Pero vos sos diputado del oficialismo.
–Guzmán no se fue porque nosotros le pedimos que se fuera. Se fue porque fracasó. Durante los últimos meses la inflación se estaba descontrolando bajo su propia gestión, producto de su acuerdo con el FMI. Por eso él se va de esa forma. Es la demostración de su irresponsabilidad absoluta, porque fue completamente desestabilizante. Una persona que estuvo antes de la asunción de nuestro gobierno en Estados Unidos, no le conocíamos ni la cara... Eso te demuestra que no estaba cansado de las críticas internas.
–¿Pero cómo explicas el apoyo a Massa? Si está haciendo lo mismo que Guzmán.
–Hay un problema que la mayoría del Frente de Todos no entiende: si seguimos guiados por el acuerdo del FMI nos va a ir mal a largo plazo. Pero el problema no es de una sola persona.
–Justamente es la misma persona que estaba en la Cámara de Diputados y ahora es el ministro de Economía.
–Tenemos un debate con él, pero no sólo con él. Es injusto hacer foco solo en él, cuando es un debate más general y cuando él ahora tiene la responsabilidad de estabilizar para frenar el golpismo económico y generar mejores condiciones también para enfrentar el golpismo judicial. Entonces, frente al golpismo, nosotros decimos que hay que ordenar toda la acción política para derrotarlo. Nuestro rol desde el Congreso es controlar que la estabilización se cumpla efectivamente, reclamarle resultados y también pedir medidas sociales para paliar los efectos negativos.
–¿No está haciendo un ajuste Massa? Hubo recortes presupuestarios para educación y salud. Y aún no se conocieron muchas medidas sociales, de hecho el reclamo por un refuerzo para los más vulnerables parece bloqueado.
–El debate del ajuste de Massa hay que matizarlo, porque esa idea desconoce dos cosas. Primero, que lo que está haciendo es llevar adelante la política que votó el Congreso de la Nación en su mayoría. Entonces, caerle a Massa unilateralmente es injusto. Y, después, cuando vos escuchás a Macri y le preguntan si él apoya el denominado ajuste Massa, te dice que no, que hay que ir mucho más a fondo y plantean la flexibilización laboral, la reforma laboral, una nueva reforma previsional, una reforma tributaria regresiva. La derecha de Juntos por el Cambio no está respaldando la política de Massa. O sea, no está haciendo el ajuste que quiere la derecha.
–¿Y qué ajuste está aplicando?
–Se están reordenando partidas. De hecho, la discusión justamente es cómo reordenar partidas para financiar el refuerzo de ingresos, que es lo que nosotros planteamos. Ese es el debate que hay efectivamente en el Gobierno. Massa mismo lo dijo en el Consejo de las Américas, que se están estudiando los refuerzos de ingresos y ahora se anunció lo de las asignaciones familiares. Y además está el planteo de que haya un bono de suma fija para todos los trabajadores formales para compensar la enorme pérdida salarial que hubo no solo durante el macrismo, sino en los últimos meses. Por lo cual, la discusión está y la posibilidad está. Él está tratando de cumplir con las metas del acuerdo con el FMI de Guzmán, que votó el Congreso. Está tratando de generar las condiciones para que se estabilice la economía, para que no volvamos a tener una situación como la de julio, donde este país era inviable. Además había un intento de voltear al gobierno de parte de la derecha.
–¿Los movimientos de Cristina Kirchner de estos días no sirven para tapar el ajuste?
–Yo vi algunos análisis, por ejemplo de (el periodista Carlos) Pagni que dice que Cristina está usando lo de la proscripción para tapar un ajuste, y después está Gabriel Solano del PO que dice lo mismo.
–¿De qué lado estás entonces?
–Yo estoy del lado de la lucha contra la proscripción a Cristina.
–Sin hablar de ajuste.
–Nosotros con nuestro equipo de economistas analizamos todas las medidas del gobierno actual para caracterizar el impacto que realmente tienen y para que podamos discutir dentro del Frente de Todos cómo es el plan de estabilización y qué cosas podemos hacer para no generar daño social. La disyuntiva acá es si construimos un frente único contra los golpistas o si construimos un frente único contra la política económica de Massa, contra lo que ellos llaman el ajuste. Y la verdad es que todos nos tenemos que unir para enfrentar al golpismo.
–¿Massa está del lado ese también?
–Massa se pronunció contra la persecución a Cristina.
–Pero tuvo una mirada como Alberto. Y no fue a Recoleta.
–Pero él tiene otra tarea ahora. Él se solidarizó con Cristina y rechazó la persecución. Y él tiene que trabajar para solucionar esa crisis y estabilizar la situación. Yo no le voy a pedir a Massa que venga el sábado a la marcha, cuando él tiene que estar 24 por 7 laburando en el Ministerio de Economía para resolver una crisis profundísima.
–Claro, pero la crisis se generó por un componente político también. Y ahí el factor Massa ahora es determinante.
–Sí que la interna genera problemas. Pero el problema es que los que no escuchaban las críticas seguían empecinados en una orientación que terminó fracasando. Y nosotros que criticamos no supimos construir una mayoría propia para generar una alternativa superadora. Lo que estaba pasando antes era que había una descoordinación completa entre las distintas áreas económicas del Gobierno. Eso se solucionó y se logró un acuerdo entre las principales patas del gobierno sobre quién tenía que estar al frente de la política económica
–Por la falta de medidas sociales Grabois rompe con el bloque. ¿Qué opinas?
–(Juan) Grabois se equivoca porque no mide la centralidad que tiene en la lucha contra el golpismo. Él coloca en primer lugar el planteo del salario básico universal como el principal eje de delimitación política a nivel nacional. Y en función de eso, él define romper el bloque.
–Pero la crisis social es grave.
–La crisis social es importante porque hay una crisis económica en Argentina. La señal que hay que dejar en claro es que el Frente de Todos está completamente unido en la lucha contra el golpe judicial, en la lucha contra la proscripción a Cristina y en la lucha para que la deuda la paguen los que la fugaron.
–Lo de Grabois amenaza que el FdT sea primera minoría en Diputados.
–Esperamos que las compañeras y los compañeros de Patria Grande colaboren en todas las cuestiones que sean fundamentales para poder enfrentar a los golpistas y para poder avanzar en legislación necesaria para el país.
–Ante este panorama, ¿hay 2023 para el FdT?
–Va a depender de lo que pase en el 2022. Nosotros esperamos que de acá a fin de año se estabilice la situación económica. Eso es lo que estamos pidiéndole a Massa: que empiece a reducirse la inflación y que esté garantizado el abastecimiento en los comercios, que los dólares paralelos no estén descontrolados. También tenemos que desplegar toda una lucha en las calles para enfrentar la proscripción de Cristina, que sea nuestro 17 de octubre. El 17 octubre boliviano duró un año entero.
–Pero Evo estaba exiliado. Acá Cristina es la vicepresidenta.
–La situación no es exactamente la misma. Hay variables comunes, sobre todo con Brasil, porque la quieren proscribir y encarcelar como hicieron con Lula. Entonces, si ellos quieren hacer como Brasil, nosotros lo hacemos como en Bolivia. Podemos derrotar a la proscripción en la calle y después podemos derrotar el golpismo judicial en las urnas.
–¿Cristina 2023?
–Cristina tiene que tener un rol central. El liderazgo es indiscutible. Cuando el otro día se puso la gorrita CFK 2023 muchos nos pusimos contentos y cuando habló el sábado a la noche el cántico final fue unánime “Cristina Presidenta”. Ella terminará decidiendo finalmente qué rol exacto juega en el armado electoral.
–¿Y Alberto?
–Alberto tiene que formar parte, claro. Pero la que entusiasma, la que genera expectativa, es Cristina.
–El tema para Cristina 2023 es que si a Massa le va bien, como justamente ustedes quieren que le vaya, también él va a buscar disputar ahí.
–Él tendrá derecho a formar parte de cualquier armado electoral que se lleve adelante. Pero la mecánica electoral del año que viene va a estar muy sujeta a lo que pase este año. Tampoco nos adelantemos tanto en el tiempo. Veremos cuando terminemos 2022 en qué condiciones estamos.
CC
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