Macri presentó “Para qué”: “El discurso progre, cínico, no me lo banco más”
El lunes por la tarde, el portón trasero de la Rural sobre la calle Juncal se mostró desbordado por los 1500 invitados a la presentación del nuevo libro de Mauricio Macri: “Para qué”. La cola daba vuelta a la esquina y tenía un largo de más de dos cuadras. Dentro del predio, las personalidades cercanas al expresidente desfilaron por una alfombra roja. Algunos muy solicitados por la prensa, otros pasaron desapercibidos.
¿Para qué? fue la pregunta de la jornada. Jorge Macri, ministro de Gobierno de la Ciudad, respondió: “Es la pregunta que nos trajo a la política. No es solamente disputar poder, acceder al poder y mantenerlo como sea: es transformar realidades, gestionar, hacer gobierno. Ese es el gran para qué, pero está bueno repensarlo todo el tiempo, porque el para qué de hoy seguramente es diferente al para qué de hace 10 años. Pensar para qué hacemos lo que hacemos es fundamental”.
El evento fue una reunión de ex funcionarios del gobierno de Cambiemos, al estilo de los remakes en el cine que reúnen a las estrellas del ayer. Salvo algunas excepciones, la mayoría fueron dirigentes del PRO. Empezando por dos presidenciales, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y la presidenta del partido, Patricia Bullrich, también estuvieron María Eugenia Vidal, Gabriela Michetti, Diego Santilli, Luis Brandoni, Hernán Lombardi, Alejandro Finocchiaro, Javier Iguacel, Guillermo Dietrich, Cristian Ritondo y Germán Garavano, entre otros.
“Es un hombre que entiende las reformas estructurales de nuestro país, y vamos a escucharlo, escuchar el para qué”, describió Santilli a Macri. Ante la pregunta de la expectativa las próximas elecciones, dijo: “Yo no creo que haya un clima de campaña, me parece que tenemos problemas muy de fondo en nuestro país”.
De fondo, sonaban clásicos del rock nacional: SodaStereo, Los Abuelos de la Nada y Babasónicos. La música se corta y la seguridad corre a los presentes para dejar pasar al expresidente, quien llegó acompañado por Juliana Awada y su hija Antonia, sin responder a preguntas. “Se siente, se siente, Mauricio Presidente”, cantaban sus simpatizantes, entre aplausos. Ingresó al auditorio con AC/DC.
Como de costumbre, abrió hablando de fútbol: “Tengo que agradecerle muy especialmente a los hinchas de Racing, porque ha sido una tarde muy difícil. Ahora me pongo serie de vuelta: de verdad, para mí, fue un canto a la esperanza, a la ética, a ese país que todos soñamos, lo que hicieron River e Independiente. Increíble. Señor Gallardo, valga por todo lo que nos hizo sufrir a los hinchas de Boca, muchas gracias por habernos dado ese ejemplo que si uno traiciona a sus valores, los traiciona para siempre, y de ésto estamos hablando en el Para qué: no podemos traicionar nuestros valores”.
Sebastián Battaglia fue uno de los históricos de Boca en la audiencia.
Entrevistado por Pablo Avelluto, el editor del libro y ex ministro de Cultura, Macri declaró: “Somos el cambio o no somos nada, y tenemos que llevarlo a cabo. No es un eslogan, un discursito, tiene que tener contenido.” No evitó apuntarle al kirchnerismo: “Lamentablemente, las ideas equivocadas se han impregnado en la sociedad argentina, y encima ellos no las defienden democráticamente: las piedras van a volver, todas estas cosas van a suceder de vuelta, entonces hace falta tener muy claro el para qué”.
Ante la pregunta de Avelluto si el mundo espera a la Argentina como fue en 2015, después de 12 años de kirchnerismo, Macri respondió: “No, porque se les complejizó la agenda a ellos. Ya no hay una apertura como tuvimos en el 15, que es otra diferencia con el 23. Sí, si nosotros giramos violentamente, no gradualmente, hacia ese mundo de lo confiable”. “Ahora para que el mundo confíe de vuelta vamos a tener que hacer mucho más”, agregó, mencionando a otros referentes históricos del país como Alberdi, Sarmiento o Frondizi: “esa gente brillante”.
Se mostraron mensajes de viejos conocidos del exmandatario, como su par colombiano Álvaro Uribe y sus compañeros de Socma, Los Cardenales y de su etapa en Boca Juniors. También de Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, todos sentados en la primera fila. Pero de todas las dedicatorias, la que generó más aplausos fue la la ex gobernadora bonaerense quien contó una anécdota del 2008, cuando Macri no cedió en otorgarles una vivienda a quienes recamaban tomando una plaza.
“El liderazgo es solitario, muchas veces tenés que decir que no para construir un bien superior para todos. Creo que es la discusión entre lo correcto, que acá lo llaman lo conveniente, lo políticamente correcto. Una truchada más, detesto esas palabras. Eso es una forma elegante de decir lo conveniente, y la verdad que a mí la vida me demostró que hacer lo correcto en el momento cero te puede dejar solo, pero si es lo correcto, a la larga también es lo conveniente”, dijo Macri.
En su rol de expresidente, o de líder de la oposición, respondió a la pregunta de cómo ve a la coalición: “Estamos mejor. Lo otro fue sacarme una foto con Lilita en la plaza, llegó Gualeguaychú, se sumó el radicalismo y arrancamos. Lo que teníamos claro todos era que había que parar el autoritarismo. Creo que hoy estamos mejor, que no significa que niegue que no alcanza”. Sin embargo, insistió: “Van a volver las piedras, ya los mafiosos anunciaron que nos preparemos, se van a apropiar de cachos del país y no van a querer soltar tan fácilmente sus privilegios”.
En su cara más combativa, manifestó: “¿Dónde mierda está la prioridad? A mí no me corren más, no nos pueden correr más, ningún progre nos puede correr. Ese discurso progre, cínico, no me lo banco más. No más”. La audiencia estalló, cantando “volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser gobierno en el 2023”. “Les confieso que esos tipos me hacen calentar, aparte son tantos años de que nos corran con el Estado, y los únicos que se salvaron el Estado son ellos, ya basta, basta de robarle el futuro a la gente”, apuntó.
Luego de las últimas palabras de Macri, donde declaró que van volver a gobernar, sonó “Hope of Deliverance”, de Paul McCartney.
LC
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