Pese a la visita de Milei a Bolsonaro, Mondino hizo un esfuerzo por poner paños fríos al conflicto con Brasil en la cumbre del Mercosur
De vez en cuando y no sin dificultades, la canciller Diana Mondino debe convertirse en la voz racional del gobierno de La Libertad Avanza. Su participación en la Cumbre del Mercosur en representación de Javier Milei, ausente con aviso, demostró una vez más sus dotes de equilibrista y dejó al descubierto la contradicción de la estrategia delineada por la Casa Rosada en materia de política exterior. No solo porque, casi en simultáneo a su llegada a Paraguay, el Presidente tomaba un avión rumbo a Brasil para visitar al exmandatario Jair Bolsonaro. También porque, durante la reunión de pares regionales, no faltaron repetidos guiños de su parte a Luiz Inácio Lula Da Silva, hoy enemigo público predilecto del libertario.
“Quiero decir que hoy asisto a mi primera cumbre Mercosur...ya el presidente Lula dijo que es su 19°. Bueno, yo no voy a llegar a las 19”, bromeó la ministra de Relaciones Exteriores al tomar la palabra durante su exposición de este lunes, dirigiéndose al mandatario que se encontraba presente en la sala. Pero esa no fue su única referencia al dirigente brasileño, que preside el país que es el principal socio comercial de la Argentina. Minutos más tarde, en relación a las negociaciones con la Unión Europea, Mondino citó a Lula al señalar que “no hay conflicto entre tener la mejor cooperación entre nosotros y con el resto del mundo”. Esa actitud amena quedó inmortalizada minutos más tarde, en un gesto que parecía impensado: ambos posaron para una foto, a modo de buena vecindad.
Pero el cuadro de relativa cordialidad entre la canciller Mondino y el presidente Lula contrastó decididamente con lo ocurrido el día anterior, a poco más de 1000 kilómetros de distancia, en la ciudad balnearia de Camboriú, Brasil. Hasta allí llegó el sábado por la noche Milei con el fin de exponer al día siguiente en un evento organizado por la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), un gesto que prioriza una vez más la pertenencia a su grupo ideológico antes que la defensa del interés comercial de la Argentina.
Previo a su discurso ante un nutrido grupo de militantes bolsonarias, Milei contó con una presentación que corrió por cuenta de su vocero presidencial Manuel Adorni, que fue muy cuidadoso de no mencionar explícitamente al presidente Lula durante su discurso. “Hace 20 años, el socialismo se esparcía por la región, de la mano de populistas como Chávez, Kirchner y tantos otros que ustedes seguramente conozcan”, deslizó, en clara alusión al mandatario brasileño, al que los presentes le dedicaron varios cánticos a lo largo del evento.
A su turno, Milei defendió a ultranza su plan económico, tras abrazar arriba del escenario a su “amigo” Bolsonaro a quien consideró víctima de una persecución judicial y política. “Vamos a salir de la miseria, les guste o no les guste a los socialistas, con su apoyo o sin su apoyo”, proclamó el Presidente, reafirmando su compromiso con la “batalla cultural” que está decidido a dar en el plano internacional y que proclama en su rol de “profeta” anarcocapitalista cada vez que tiene la oportunidad.
Frentes abiertos
Milei brilló por su ausencia en la cumbre del Mercosur, una decisión que tomó para no cruzarse con Lula da Silva, con quien mantiene fuertes disputas ideológicas y al que llegó a llamar “comunista” y “corrupto”. El Presidente no le perdona a su par brasileño su apoyo explícito al excandidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, y sospecha que detrás de la campaña del exministro de Economía estuvo la mano del equipo de comunicación del PT.
Las recurrentes descalificaciones de Milei motivaron a que Lula no se quedase callado y saliera a exigirle al libertario que le pida perdón a él y a su país por haber dicho “tonterías”. “No hablé con el presidente de Argentina porque creo que tiene que pedir disculpas a Brasil y a mí”, señaló el mandatario en una entrevista con un medio local, una frase que lejos estuvo de aquietar las aguas. Este lunes, durante una rueda de prensa en Paraguay, el brasileño volvió a cargar contra Milei al sostener que “el que pierde es el que no viene”. Y añadió: “Es una tontería inmensa que un presidente de un país importante como Argentina no participe de una reunión del Mercosur”.
Quien tampoco se guardó las críticas a Milei fue el uruguayo Luis Lacalle Pou. Durante su discurso, apuntó indirectamente contra el presidente argentino cuando consideró que en el encuentro no debería haber faltar ninguno de los mandatarios que componen ese bloque regional. “Si el Mercosur es tan importante, acá deberíamos estar todos los presidentes”, lanzó Lacalle Pou, en línea con las palabras de Lula.
Con el presidente panameño José Raúl Mulino de invitado, del cónclave que se desarrolló en Asunción formaron parte todos los miembros del Mercosur. Además de Lula y Lacalle Pou, estuvieron presentes el anfitrión Santiago Peña y el boliviano Luis Arce, que viene de vivir momentos de extrema tensión en su país luego de que un grupo de militares fuertemente armados y con tanques llevara adelante un levantamiento armado en contra de la sede de su gobierno, en La Paz. También él deslizó críticas hacia quienes, como el presidente argentino, insinuaron la tesis del supuesto “autogolpe” para describir la asonada del pasado 26 de junio que estuvo encabezada por el general Juan José Zúñiga.
Las versiones acerca de un supuesto autogolpe, difundidas por el propio expresidente Evo Morales, en una interna política con Arce, fueron tomadas por la Oficina del Presidente que, a través de un escueto comunicado, expresó su repudió a lo que consideró como una “falsa denuncia de golpe de Estado”. Días antes, sin embargo, la canciller Mondino había sido la única funcionaria argentina en salir a condenar los hechos de violencia a pocas horas de haber ocurrido. “La democracia no se negocia”, escribió, a título personal, en su cuenta de X. Un gesto que replicó oficialmente durante la cumbre de este lunes.
PL/MG
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