La tensión entre la CGT y el gobierno “dialoguista” de Tucumán dejó a Jaldo sin su secretario de Trabajo
La presión de la conducción nacional de la Confederación General del Trabajo (CGT) se llevó puesto al secretario de Trabajo de Tucumán, el camionero César Torres, que había sido designado por el gobernador Osvaldo Jaldo. La central obrera publicó una solicitada en un diario tucumano y la distribuyó en grupos de WhatsApp del mundo de la política en donde pedía que los diputados nacionales jaldistas que rompieron con el bloque de Unión por la Patria (UxP) y armaron su propio espacio, denominado Independencia, retornen al peronismo. A las pocas horas, desde la Casa de Gobierno tucumana se informó que el dirigente sería reemplazado para evitar una politización del área que conducía, aunque más tarde la versión sindical indicaba lo contrario: que Torres había presentado la renuncia por el perfil dialoguista del gobernador con la Casa Rosada, a la que le facilitó el voto del diputado Agustín Fernández para la firma del dictamen de mayoría en el proyecto de Ley Ómnibus.
Jaldo reaccionó rápido para neutralizar una posible crisis en su gabinete, ante la presión cegetista, y dio a conocer que reemplazaba a Torres por un dirigente de segunda línea de la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (FOTIA), Luis González. El que informa primero corre con ventaja, se sabe. Y también hizo trascender su apoyo a los diputados propios que rompieron con UxP: Fernández; Elia Fernández, esposa del presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla; y Gladys Medina, esposa del Ministro de Trabajo provincial, Darío Monteros. El jefe provincial viajó a la Ciudad de Buenos Aires el pasado lunes para seguir de cerca las negociaciones por el tratamiento en el Congreso del proyecto de Ley Ómnibus.
elDiarioAR dialogó con Torres y le consultó sobre su salida del gabinete provincial. “No fue como la contaron desde la Casa de Gobierno, tengo buen diálogo con Jaldo y ya sabía de mis diferencias y de mi incomodidad, sobre todo, desde que apoyó el regreso del Impuesto a las Ganancias, algo por lo que Camioneros militó durante muchos años”, explicó el secretario general de la representación provincial del gremio. Agregó que por el perfil dialoguista del mandatario tucumano, antes de fin de año iba a renunciar pero el dirigente nacional Hugo Moyano le solicitó prudencia, que no se apresure. Torres agregó que el día del paro nacional de la CGT el gobernador lo llamó para consultarle sobre las características de la medida de fuerza en la provincia y le consultó si la conducción nacional le había pedido que dimita. “Le respondí que no, que seguía en el cargo”, contó.
Ese mismo día fue el de la firma del diputado Fernández acompañando en el Congreso el dictamen de La Libertad Avanza y el de la formación del bloque jaldista. “Eso profundizó las diferencias, era difícil formar parte del gabinete de un gobernador que tiene otro pensamiento”, señaló. Qué diferencias, preguntó este medio. “Por ejemplo, este Gobierno nacional avanza sobre derechos de los trabajadores y eso es intolerable para nosotros. Y desde lo político, creo que el gobernador se apresuró y expuso al peronismo tucumano, aunque entiendo que busca garantizar gobernabilidad pero no debe ser a cualquier precio”, manifestó. En espejo con la conducción nacional, la CGT tucumana también tiene una mesa, que está integrada por el propio Torres, Luis Diarte (SMATA) y Renee Ramírez (ATSA). “Los compañeros me entienden y me siento acompañado por ellos”.
Este martes, horas antes de su renuncia, se reunió en la sede de Camioneros de la Capital Federal con el secretario general, Pablo Moyano y Hugo, su padre, quienes le dieron su respaldo.
Puertas adentro del PJ provincial
Por estas horas, la dirigencia peronista provincial está atenta a los movimientos para adentro del peronismo tucumano, teniendo en cuenta que en febrero deben renovarse las autoridades partidarias, cuya presidencia está a cargo del ahora senador nacional Juan Manzur. Se sabe que el exgobernador mantiene una estrecha vinculación con los dirigentes más importantes de la CGT y en los últimos días se diferenció de Jaldo, al firmar un pedido de sesión extraordinaria del Senado, junto a otros pares peronistas, para tratar el mega DNU, sobre el que tiene una visión crítica y con objeciones. También, dos diputados de su cercanía, Carlos Cisneros (de La Bancaria) y Pablo Yedlin, que renunció a su banca de senador para que asuma Manzur, han anticipado su voto en contra del proyecto oficial de Ley Ómnibus.
Por uso y costumbre, al gobernador de turno se le suele ceder la presidencia del peronismo provincial, al menos en períodos sin turbulencias políticas, no como en la actualidad, en la que asoman diferencias para adentro del PJ sobre en qué lugar hay que pararse frente al gobierno que encabeza Javier Milei. “Todo es un gran interrogante, nadie se arriesga a dar un pronóstico sobre qué pasará con la presidencia del peronismo tucumano, todo es pura ebullición”, reflexionó un miembro de la actual mesa de conducción. Mientras, hace unas horas, manos anónimas colgaron un cartel frente a la sede del peronismo con la frase “La traición al pueblo no se olvidará jamás”.
La semana pasada, tras el armado del bloque Independencia y en apoyo a Jaldo, se publicaron en medios tucumanos tres solicitadas de respaldo al mandatario y a los díscolos. La primera, del bloque oficial de la Legislatura, acompañada con la firma del vicegobernador Miguel Acevedo; la segunda, de 15 intendentes –sobre un total de 18, tres son radicales– y una tercera de los 93 comisionados comunales. Por consultas de elDiarioAR, se supo que algunos de los firmantes lo hicieron a regañadientes por estar imposibilitados de mostrar sus diferencias, en virtud de que dependen de partidas presupuestarias de la Casa de Gobierno. A Jaldo le sumó como señal de que el peronismo local se verticalizó bajo su conducción de jefe provincial. Febrero será un mes de novedades en el peronismo tucumano.
DC/DTC
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