Controversia por los juegos on line: la pandemia aumentó la oferta y ya los habilitaron en casi todo el país
Los juegos de azar virtuales son los que funcionan en sitios o plataformas que operan por Internet mediante dispositivos de conexión remota ofreciendo al apostador un medio interactivo de participación. Más simple: es posible jugar a la ruleta con un teléfono conectado al wifi, en cualquier momento, sin necesidad de salir de casa. Durante la pandemia, aumentó la oferta de juegos virtuales. La pandemia, además, aceleró el desarrollo de este tipo de entretenimientos.
En la Argentina se puede jugar de manera online a la ruleta, tragamonedas, póker o blackjack. Hay apuestas a deportes federados y a la actividad hípica. Las tradicionales loterías, lotos y quinielas también tienen su versión digital. En los últimos años se popularizaron las apuestas a deportes virtuales. ¿Las novedades? Carreras de criptomonedas y prodes de Muertes de Famosos. De 24 jurisdicciones de todo el país, si se cuenta la Ciudad, los Estados de 15 ya regularon la oferta lúdica on line, de las cuales 6 la habilitaron durante la pandemia.
Las dos caras de la regulación: sacar de la clandestinidad es aceptar una práctica que sucede, la inquietud es si esto es suficiente en un contexto de crisis económica, de qué manera protege a los ludópatas y a los menores de edad. La otra inquietud es si las personas están más expuestas a un tipo de entretenimiento que no siempre es posible controlar.
Los juegos de azar virtuales siguen siendo minoría en el mercado, con el 20%. El 80% es para los tradicionales: casino, deportes y loterías. Son datos aportados por la Asociación de Loterías Estatales de la Argentina, ALEA, que ante la consulta de elDiarioAR confirmaron la expansión del fenómeno, pero aseguran que no tienen medido cuántas personas se volcaron al juego on line ni cuánto dinero mueven las apuestas.
La Dirección Nacional del Registro de Dominios de Internet del Estado Nacional administra la identificación de territorio “bet.ar”, un dominio específico para las páginas web de juegos de azar on line legal. La extensión proviene de la palabra en inglés “bet”, cuya traducción al castellano es “apuesta”. Hasta diciembre, según ALEA, eran 40 los dominios registrados oficialmente.
“En términos generales, -informan desde ALEA- lo que se observa con claridad es que en un contexto vertiginoso y dinámico, en el que la tecnología avanza mucho más rápido que los esquemas normativos y regulatorios, proliferan sitios en Internet de captura apuestas por fuera de los marcos regulatorios en todo el mundo. Dichos sitios cuentan con servidores que se asientan en paraísos fiscales con el fin de eludir marcos regulatorios e impositivos y muchos sirven de herramientas para el lavado de activos o para cometer fraudes contra los apostadores”.
Descubrir la enfermedad, convivir con la enfermedad
“La pandemia lo agarró con 15 años. Estaba pegado a la pantalla de la laptop, del celular y la tablet. Todos dispositivos que debía usar para continuar con la escuela. Hasta que llegó una suma exorbitante a la tarjeta de crédito. Ahí empezamos a pensar que podía estar pasando otra cosa”, dice Mariana, la madre de Tobías, un adolescente de 17 años. En el encierro, Tobías disponía de tiempo para ir y venir en la Web. Él, que jugaba en línea con amigos, cambió ese tipo de diversión por la apuestas. Había entendido muy rápido la dinámica del sitio y, además, contaba con la privacidad de su habitación.
Mariana explica a tientas lo que pasaba con su hijo, se disculpa: ella tuvo que aprender en tiempo récord un lenguaje desconocido. “No entendíamos de dónde venía el gasto. Nos sentamos a hablar, con todo lo que implica charlar con un adolescente. Después de mucha insistencia nos contó que bajó una aplicación, que elegía deportes y apostaba a resultados. Había tomado los números de la tarjeta de crédito”, sigue la madre. Desde hace un año y medio, Tobías está en tratamiento psicológico y asiste a un grupo de apoyo. También sus padres buscaron ayuda. Cierra Mariana. “El problema no es sólo de la persona, sino de las personas con las que convive. Que pueda controlar su adicción depende de nuestra compañía”.
La historia de Eugenia es la historia de muchas personas en rehabilitación por su adicción al juego. “Hasta la llegada de los bingos a Buenos Aires, solo conocía lugares de apuestas en las vacaciones. Al principio no me animaba a ir sola y les insistía a todos para ir como una salida social. Un día me animé y me di cuenta de que a nadie le importaba si estaba sola o desnuda, era invisible en una sala de juego. Desde ese momento se volvió incontrolable”, dice. En ese entonces tenía 24 años, estaba recién casada y cursaba una tecnicatura.
Eugenia llegó a tener más de 16 créditos en mutuales y financieras y cuatro tarjetas de crédito con las que tapaba deudas. “Pero se hizo insostenible. El dinero se había terminado y las deudas se acumulaban hasta asfixiarme, me embargaron el sueldo, los acreedores insistían por todos los medios y aumentaban la deuda con intereses leoninos. Ya no lo podía ocultar más”, sigue.
Todavía creía que lo suyo era un “problema de mala suerte” cuando, un día de junio de 1999, hace más de veinte años, asistió por primera vez a Jugadores Anónimos. “Escuchando las experiencias de los otros empecé a entender que tenía una enfermedad que se llama ludopatía y que, como otras adicciones, no tiene cura pero sí puede detenerse. Nunca me alejé del grupo. Aprendí a convivir con mi enfermedad”, cuenta.
La reciente sanción en Córdoba de la ley que regula los juegos on line generó controversia. Es un negocio millonario para la provincia -calculan que a las arcas provinciales ingresarían 30 mil millones de pesos al año- que fue criticado por la Iglesia y toda la oposición, desde dirigentes de Juntos por el Cambio hasta la izquierda. El argumento principal es que “fomentan el juego” en un contexto de pobreza y desempleo profundizado por la circulación y el impacto del virus Covid-19. La Pastoral Social cordobesa advirtió que es como tener “el casino en casa”.
En la Argentina, la regulación de los juegos de azar on line está dentro de la órbita de los Poderes provinciales. Desde principios de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia, el juego online se habilitó en Corrientes, Mendoza, Santa Fe y Córdoba, donde aún no reglamentaron la ley. Esas provincias se sumaron a Chaco, Misiones, San Luis, Tucumán, Neuquén, Río Negro, Entre Ríos, Santa Cruz y La Pampa, Formosa y Jujuy donde el Estado de cada provincia ya reguló esta modalidad de juego. La Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires también lo regularon. De acuerdo a esta nota publicada en La Nación, ambos distritos ambicionan recaudar fortunas de uno de los sectores que más aportan a las campañas electorales
VDM/LS
Nota de las redactoras: A pedido de quienes ofrecieron sus testimonios, los nombres fueron alterados. Para contactar con Jugadores Anónimos: www.jugadoresanonimos.org.ar. Teléfono Línea Vida: 11 44126745. Funciona las 24hs, de manera gratuita y confidencial.
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