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Juicio en Aviñón

Dominique Pelicot, el marido que drogó a su mujer para que la violaran 50 hombres en Francia: “Soy un violador”

Gisèle Pelicot, víctima de violencia sexual reiterada.

Amado Herrero

París —

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“Soy un violador, como todos los que están en esta sala. Todos lo sabían, no pueden decir lo contrario”. Son las palabras de Dominique Pelicot, en el juicio en el que está acusado de haber drogado con ansiolíticos a su mujer, Gisèle, para que la violaran decenas de otros hombres durante diez años. Pelicot, que no comparecía desde el pasado miércoles por motivos de salud, regresó al tribunal penal de Aviñón el martes caminando con un bastón.

Su testimonio es crucial para cimentar la acusación contra los otros 50 hombres, con edades comprendidas entre los 26 y 74 años, que también se sientan en el banquillo. Se espera que en los próximos días el juicio continúe los interrogatorios de cuatro de ellos: Jean-Pierre M., de 63 años, Jacques C., de 72, Lionel R., de 44, y Cyrille D., de 54 años.

Soy culpable de lo que he hecho. Ruego a mi mujer, a mis hijos, a mis nietos, a la señora M. [mujer violada por su marido con el mismo modus operandi y en presencia de Dominique Pelicot], que acepten mis disculpas. Pido perdón, aunque ya no sea aceptable”, ha declarado. “No se merecía esto”, ha subrayado en referencia a su exmujer.

La jornada del martes ha comenzado con el primer interrogatorio a Dominique Pelicot, que hasta ahora sólo había se había pronunciado en la jornada inaugural del juicio, el pasado 2 de septiembre, para limitarse a decir que reconocía los hechos. El principal acusado de este megaproceso, que tiene 71 años, ha llorado al recordar su infancia, los supuestos abusos que afirma haber sufrido cuando tenía nueve años y una violación grupal de la que fue testigo cuando tenía 14. “De mi juventud sólo recuerdo conmociones y traumas. En 1971, se produjo aquel hermoso encuentro [con su futura esposa]. Pero todo aquello era muy duro de llevar”, dijo al tribunal.

Gisèle Pelicot ha explicado este martes que, en los 50 años que vivió con su marido, no pudo imaginarse que la violara y que no dudó de él “ni un solo segundo”. “Durante 50 años viví con un hombre del que no imaginaba que pudiera cometer estos actos. Tenía plena confianza en él”, ha relatado. El tribunal podría volver a interrogar a la víctima en los próximos días, así como al hermano de Dominique Pelicot, para confirmar parte del testimonio del acusado sobre los abusos presenciados y sufridos durante su infancia.

El lunes, Gisèle Pelicot había comparecido ante las cámaras para dar las gracias a las personas que el sábado se manifestaron en su apoyo por toda Francia. “Me gustaría dar las gracias a todos los que me han mostrado su apoyo desde el principio de este calvario. Y especialmente a quienes se concentraron el sábado pasado en toda Francia”, declaró unos minutos antes de la reanudación de las audiencias. “Me ha conmovido profundamente esta avalancha de apoyo y me llena de responsabilidad. Gracias a todos vosotros, tengo fuerzas para librar esta batalla hasta el final, una batalla que dedico a las mujeres y hombres de todo el mundo que son víctimas de la violencia sexual. A todas esas víctimas les quiero decir hoy: mirad a vuestro alrededor, no estáis solas”.

Acusaciones de la defensa

Al comienzo de la vista, el presidente del tribunal, Roger Arata, ha comunicado las conclusiones del examen médico ordenado para evaluar el estado de salud de Dominique Pelicot y su capacidad para estar presente en la audiencia. “El acusado está física y mentalmente en condiciones de comparecer ante el tribunal”, ha afirmado, aparcando por el momento la posibilidad de que el juicio, el mayor proceso en Francia relacionado con la sumisión química, tuviera que ser aplazado hasta el próximo año.

Tras una nueva suspensión de la audiencia el lunes, el juez había ordenado un nuevo examen médico a cargo de “un grupo de expertos”, compuesto por un médico forense y uno clínico “para hacer balance de la situación”. El principal acusado se sometió el domingo a un TAC y se confirmó que padecía “un cálculo renal, una infección renal y un problema de próstata”, explicó Arata.

El juez Arata especificó condiciones adaptadas en las que se celebraría la vista: una pausa de descanso de 15 a 20 minutos, cada 90 minutos, que el acusado podrá pasar en su celda. Los cuidados médicos están siendo objeto de debate y acusaciones entre los abogados de la defensa y el tribunal. La letrada Béatrice Zavarro denunció la falta de atención médica a su cliente. “Hemos sido sus rehenes durante ocho días y, si le hubieran atendido desde el principio, no estaríamos en esta situación”, aseguró.

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