¿Cómo puedo eliminar el olor a quemado y tabaco de mi casa?
El tabaco es también perjudicial para aquellas personas que no lo consumen, como también lo es para nuestras mascotas. Según un estudio publicado en Nicotine & Tobacco Research, más del 51% de adultos de Estados Unidos está expuesto al humo de segunda mano. Además, el humo de tercera mano (aquel que se adhiere a superficies y objetos textiles comunes en nuestras casas) puede encontrarse incluso en viviendas de personas no fumadoras en las que previamente residieron personas fumadoras, como explica la Asociación de Pacientes con EPOC.
De la misma manera que el olor a tabaco en nuestro propio hogar nos resulta desagradable, también puede ocurrirnos lo mismo con el olor que desprenden esos alimentos que, en un pequeño descuido, acabaron por quemarse.
Para conseguir eliminar estos olores a tabaco y quemado de nuestros hogares existen algunos trucos caseros que podemos poner en práctica para así recuperar el aroma agradable que todos deseamos.
Primer paso: limpieza a fondo
El primer paso y el más importante es comenzar por eliminar la fuente del mal olor. En el caso del tabaco, deberemos deshacernos de ceniceros y otros objetos que lo contengan, así como plantearnos no fumar en el interior de nuestra casa.
En el caso de que el mal olor provenga de un alimento quemado, deberemos llevar a cabo algunos trucos para limpiar a fondo el horno, la sartén o el electrodoméstico en el que se nos haya quemado dicho alimento.
Una vez hecho, el siguiente paso consiste en prestar especial atención a aquellos lugares en los que se haya quedado impregnado el humo manteniendo así el mal olor en nuestro hogar.
Es el caso de las paredes y techos, puesto que el humo tiende a subir y adherirse en este tipo de superficies. Para limpiarlas podemos pulverizar sobre ellas una mezcla de agua caliente, vinagre blanco y detergente líquido y ayudarnos de una bayeta para limpiar la pared (siempre teniendo en cuenta que el tipo de pintura y material lo permitan).
También será imprescindible limpiar los muebles, el suelo y, sobre todo, lavar todos aquellos objetos textiles que nos sea posible: el sofá y sus fundas, mantas, cortinas, cojines, trapos, alfombras, etc.
Para potenciar la limpieza y su mantenimiento podemos beneficiarnos de utilizar purificadores de aire, escoger pinturas con selladores para bloquear olores y lo más fundamental: ventilar diariamente la casa, algo que no solo nos ayudará a renovar el aire de nuestro hogar, sino también a mantenerlo más fresco durante el verano.
Después de realizar esta limpieza a fondo para eliminar el origen del olor a quemado y tabaco, existen algunos trucos que nos van a ayudar a decir adiós por completo a este tipo de olores que todavía persisten después de la limpieza.
Vinagre blanco
El vinagre es un producto ecológico con un sinfín de usos en la limpieza de nuestro hogar, principalmente debido a su carácter absorbente de malos olores.
Si nuestra casa huele a tabaco o a quemado, podemos colocar en las diferentes estancias vasos con partes iguales de agua caliente y vinagre, dejándolos reposar en ellas durante unas 48 horas. También podemos introducir esta mezcla en un pulverizador y esparcirlo por las paredes, objetos y estancias de la casa para realizar una limpieza más superficial pero eficaz.
Además, no debemos preocuparnos por el olor a vinagre, ya que aunque a priori pueda resultarnos desagradable, debido a su capacidad de evaporación va a desaparecer de forma rápida de nuestro hogar llevándose con él los malos olores.
Café
El café no solo es útil para despertarlos por las mañanas, sino también para actuar como ambientador en espacios cerrados, siempre y cuando nos agrade su aroma.
Para ello solo debemos mezclar varios granos de café con agua caliente dentro de una taza y colocarla durante varios días en la estancia en la que queramos que desaparezca el olor a tabaco o quemado.
Si preferimos que esta técnica pase visualmente más desapercibida, en vez de realizarla en una taza podemos introducir los granos de café humedecidos en agua caliente dentro de una gasa transpirable, la atamos con una cuerda en forma de saco y lo situamos en el lugar deseado.
En ambos casos, es probable que a los dos o tres días sea necesario cambiar los granos de café por otros nuevos cuando notemos que su olor comienza a desvanecerse.
Limones
Este truco puede resultarnos muy útil para opacar el olor a comida quemada en nuestra cocina sustituyéndolo por un aroma fresco y renovador. Para ello, ponemos a hervir en agua varios limones cortados en rodajas y los dejamos hirviendo durante una media hora.
Esto no solo impregnará la cocina de un aroma agradable, sino que el vapor también nos servirá para limpiar la campana extractora, que probablemente habrá salido perjudicada si hemos sufrido algún incidente con comida quemada.
Ambientadores y purificadores naturales
Otra opción es crear nuestro propio ambientador natural hirviendo en agua nuestras especias favoritas. Una vez hervidas durante media hora, metemos el líquido en un vaso para situarlo en las estancias de nuestra casa que deseemos.
Sin duda nuestros mejores aliados para purificar el aire de una manera natural serán las plantas. De hecho, algunas son famosas por su capacidad para neutralizar y eliminar olores como el del tabaco, no sin olvidarnos de que cada una de ellas necesita sus cuidados especiales: azaleas, bromelias o gerberas son algunas de ellas.
Arena de gato
Para aquellas personas que deciden continuar fumando dentro de casa pero aun así les interesa poner en marcha algún truco para que el olor a tabaco no se extienda de manera exacerbada por toda la estancia, la arena de gato puede ser una buena opción para conseguirlo.
Este producto es famoso por sus capacidades para absorber malos olores, especialmente aquellas que están diseñadas específicamente para ello. Por eso, solo será necesario echar un poco de esta arena en los ceniceros para que esta absorba y elimine el olor de la ceniza y colillas al echarlas en ellos.
0