Todas las maniobras del clan Loza, el grupo narco que más dinero lavó en el país
Comenzaron a operar hace 35 años y proveyeron a grandes organizaciones narcos locales. El grupo inicial estuvo conformado por peruanos y bolivianos pero siempre dirigido por los tres hermanos salteños que le daban apellido al clan Loza. Luego desembarcaron en Buenos Aires, en la zona del Mercado Central, y desde allí mandaron grandes cargamentos a Europa. Luego de una enorme investigación judicial, los integrantes principales de la organización están escuchando el final los alegatos de los fiscales en los tribunales de Comodoro Py, que los acusan de lavar dinero del tráfico de drogas que habrían usado para la compra de inmuebles, hoteles, empresas y autos de alta gama,
Los hermanos Valdemar, José Gonzalo y Erwin Loza supieron jugar en las ligas mayores del negocio de la venta de cocaína. Entre otros, tuvieron vínculos con el narco boliviano Reynaldo Delfín Castedo, proveedor del embarque de los operativos “Carbón Blanco I y II”, de las mayores investigaciones sobre drogas realizadas en el país. De manera más silenciosa que las grandes bandas de narcomenudeo, este grupo creció notablemente en su manera de operar desde finales de la primera década de 2000, enviando cocaína en barcos y aviones directo a España. Algunos de sus envíos luego terminaban en Italia y Holanda.
De los tres hermanos Loza, al único al cual están juzgando ahora es a el menor, Erwin. Valdemar, el mayor, está preso desde que en diciembre de 2017 fue detenido con 1.166 kilos de cocaína, que valían en ese momento más de 6 millones de dólares. José Gonzalo murió en diciembre de 2019 en un hospital de Málaga, luego de un largo tratamiento contra el cáncer de esófago. Por eso, sus hijos Alan y Gonzalo fueron incorporados al negocio y de esa manera terminaron procesados. Entre los que son juzgados también está la mujer de José Gonzalo, Clara Fernández, junto a otros siete miembros de la organización.
La investigación del caso por el que ahora todos ellos responden ante la Justicia comenzó en noviembre de 2017 con la detención en el aeropuerto de Ezeiza de dos personas del clan que venían en un vuelo de Madrid. En tres valijas tenían escondidos 365.800 euros. A partir de ahí se formó un equipo integrado por funcionarios judiciales y policías de España, Italia, Argentina y Perú. Se detuvieron 42 personas en distintas causas en esos primeros tres países. Por ejemplo, en España, están juzgando a los miembros que participaron del movimiento de 1.200 kilos de cocaína en Granada. Pero no fue el único caso. Entre el 4 y 5 de octubre de 2017 fueron secuestrados por la Policía española dos cargamentos de cocaína, uno de 530 kilos en Almuñecar, también Granada, y otros 612 kilos que habían sido enterrados en una casa en Zarautz, en el País Vasco. En Italia, en 2018, se encontró cocaína movida por los Loza. En el puerto de Savona, en una revisión de un contenedor de fruta de Perú, la banda había olvidado un kilo de cocaína en un hueco de refrigeración. En Perú, también se secuestraron 3.500 kilos de cocaína y se detuvieron a 18 personas.
A diferencia de todos los procesados por estos hechos, a los juzgados en la Argentina se les imputa formar parte de la asociación ilícita y del lavado pero no por narcotráfico. La estructura a la que apuntan los fiscales de Comodoro Py, según sostienen en el pedido de elevación a juicio, compró decenas de inmuebles y autos para meter en el circuito legal 800 de millones de pesos de 2018, que venían de la venta de drogas. Para canalizar fondos y comprar y vender todos esos bienes no sólo utilizaron sus propios nombres (incorporando datos falsos en declaraciones juradas y realizando actos simulados) sino también el de sociedades vinculadas a ellos. Ahí aparecen los nombres de Inversora Salteña S.A, Uruguay Parking S.A, Aguamarina S.A, La Casona de la Linda S.R.L, Automóviles The Boss S.A, BM Materiales S.A., Ervin Nacho Operaciones Inmobiliarias S.A. Todas estas operatorias hechas por gran parte de los acusados habrían sido dictadas por Erwin Loza y por José Gonzalo antes de morir. En el juicio, la acusación la llevan adelante los fiscales Gabriel Pérez Barberá y Silvana Iannicelli, junto al auxiliar fiscal de la PROCUNAR, Matías Álvarez.
En función de eso se pudieron detectar una innumerable cantidad de inmuebles comprados en CABA, en Villa Madero, Del Viso, San Isidro, estancias como “Las Marías”, en San Pedro, o en Salta. Aparecen casas en countries de Máximo Paz, casas en Mar del Plata. También cocheras, como una para 95 autos en la calle Uruguay al 100, en Ciudad de Buenos Aires. En el registro aparecen hoteles, como el “Gandía”, de 21 habitaciones, en la capital salteña. La lista es interminable. Algunos de estos bienes incautados fueron utilizados durante la pandemia para albergar a pacientes con coronavirus.
Además de la compra de acciones de empresas e inmuebles, los Loza sumaron una numerosa flotilla de autos. Entre los más destacados hay 4x4, vehículos de alta gama y de colección. Entre todos ellos aparece la famosa Ferrari F355, que fue de Maradona y, después de cambiar de dueños, la compró el Clan Loza.
A partir de la colaboración, bajo la figura del arrepentido, del financista lavador de bandas narcos, Xavier Guastini, se pudo determinar que por lo menos desde el año 2012 los Loza enviaban el dinero desde Italia -generalmente desde Roma y Milán- y España, hacía este país y que la persona que se encargaba de recibirlo aquí era Erwin Loza. La forma de enviarlo era a través de pasajeros que viajaban en forma aérea y camuflaban el dinero en sus equipajes. De esta manera ingresaba el dinero de forma ilegal y en algunas oportunidades con la connivencia de los funcionarios aduaneros. Según información del expediente, la organización habría ingresado al país por lo menos 15 millones de euros en efectivo desde 2012 hasta el 2015. Guastini también entregó precisiones de cómo la droga salía de los puertos argentinos. La escondían en los motores de los contenedores refrigerados o mezclada en mercadería, como bananas y paltas. Tiempo después de declarar, en octubre de 2019, Guastini fue asesinado de tres tiros por sicarios que lo atacaron en Quilmes. A pesar de la queja de los abogados de los Loza, su testimonio fue incorporado en el juicio como una de las pruebas más importantes.
AM
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