Peligro de contaminación en el Mar Argentino
El último día de actividad de 2021, el Gobierno autorizó la explotación petrolera frente a las costas de Mar del Plata
Con la firma del ministro de Ambiente, Juan Cabandié, el Gobierno nacional le dio piedra libre a la actividad petrolera en el Mar Argentino, frente a las costas de Mar del Plata, una actividad que no sólo se contradice los compromisos internacionales de cambio climático a los que suscribió nuestro país, sino también la voluntad de cada y uno de los vecinos de la ciudad Feliz.
En julio pasado, cuando la Secretaría de cambio climático, que depende de Cabandié, realizó tres días de audiencias de consulta popular sobre la prospección y posible actividad offshore, no hubo ninguna voz ni de la sociedad, ni de los sectores económicos clave, como el turismo y la pesca, que estuvieran de acuerdo.
En soledad absoluta quedó un representante de Serman Consultores, la empresa que contrató Equinor, la petrolera noruega que se dispone a echar sus garras a la plataforma marítima nacional, justamente en zonas de migraciones de especies de gran valor, como pingüinos y ballenas.
La aprobación final tuvo sus idas y sus vueltas, y finalmente hoy, a poco de levantar nuestras copas por un año que comienza, el Gobierno publica el decreto que autoriza la actividad, lo cual hace recordar mucho lo que acabamos de ver en Chubut, donde el gobernador Mariano Arcioni pretendió aprobar la megaminería en la meseta antes de Navidad.
En el artículo 9 de la autorización se dice textualmente que “el control y fiscalización del cumplimiento de la presente Declaración de Impacto Ambiental y su correspondiente Plan de Gestión Ambiental será realizado por la Secretaría de Energía del Ministerio de Economía”, con lo cual, el Ministerio de Ambiente deja en claro que ni el Estado de la fauna marina, que será altamente perjudicada, ni de las emisiones de efecto invernadero que resulten de esta actividad le incunben.
Los científicos no tardaron en poner el grito en el cielo. “Esta es una noticia trágica para la conservación del Mar Argentino y a nivel global”, consideró Pablo García Borbroglu, uno de los mayores expertos mundiales en pingüinos, que es además, investigador del Conicet.
“La intensidad del ruido en el mar (producto de las actividades sísmicas) es de un impacto muy fuerte. Los sonidos que se producen en las explosiones tienen niveles que son muy elevados y muy superiores a los sonidos naturales que hay en el océano. Y muchos se solapan con los rangos de audición y vocalización de especies marinas, tanto mamíferos como tortugas, peces, aves marinas buceadoras, etc”.
“Puede producir lesiones graves o derivar en la muerte o causar efectos físicos y fisiológicos a largo plazo, deteriorando los sistemas de comunicación a través de la ecolocalización de mamíferos marinos o la audición, alteraciones y cambios de comportamiento. Y esto tiene también impacto sobre sectores productivos como la pesca, porque está comprobado, incluso aquí en la Argentina, en el Golfo San Jorge, cuando se hicieron las exploraciones sísmicas, durante casi un año y medio, la actividad pesquera estuvo prácticamente reducida porque cambia la distribución de especies que son blanco de la pesquería comercial”.
“Los protocolos que se propusieron son de irreal cumplimiento. Son ridículos”, agregó Borboroglu, que lidera la organización Global Penguin Society. “No hay forma de justificar una actividad de impacto tan grande”.
La publicación del decreto también disparó la bronca en las asambleas de las ciudades costeras, no sólo en Mar del Plata sino en otras comunidades a lo largo de toda la costa de la Argentina.
“La primer reacción de parte de toda la comunidad es de mucha bronca, mucho enojo. No sólo en Mar del Plata sino en todas las comunidades costeras. Dolor, tristeza y angustia también porque sabemos que es una lucha muy difícil y hay muchos intereses económicos de por medio y las corporaciones petroleras son muy fuertes a nivel mundial. Estamos peleando con pesos pesados y con un Estado nacional que está decidido a insistir en el extractivismo y la política de entrega de los bienes comunes, a pesar de todas las voces de oposición”, dijo Fernanda Genova de la Asamblea por Un Mar Libre de Petroleras. “Hoy tenemos una asamblea en la cual discutiremos todo esto. Nos vamos a encontrar en una plaza para decidir los pasos a seguir. Vamos a transformar la bronca en organización y en resistencia”, agregó.
Por su parte, Julieta de Ecos de Mar, agregó: “Estamos en alerta total. Sale la comunicación en el Boletín Oficial en un momento en que, por la feria judicial, no podemos, estamos atados de mano, para hacer cualquier tipo de acción legal. La próxima movilización va a ser en los próximos días. La preocupación y la consternación ante esta decisión es general”.
El bloque de exploración que acaban de aprobar lo motoriza Equinor, la empresa estatal noruega, pero también están interesadas YPF, Shell, Total y Wintershall. Todas esas empresas cobran subsidios del estado argentino por el fracking en Vaca Muerta.
“Este permiso va en contra de los principios que están establecidos en la ley general del ambiente, va en contra del enfoque precautorio, es necesario que el Mar Argentino tenga una gestión cuidadosa y responsable con un enfoque participativo y basado en la ciencia”, indicó María Marta di Paola, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
“Más del 90 por ciento de las personas nos expedimos durante las audiencias de julio, que alzamos la voz sobre las dificultades y las problemáticas que hay en torno de las actividades offshore. Esta medida va en contra de los compromisos que el propio gobierno asumió en materia climática y de todas las medidas que se anunciaron a nivel global este año de no avanzar hacia nuevas fronteras extractivas de fósiles. Argentina una vez más va en contra de lo que se debería estar haciendo en cuestiones energéticas y climáticas”, agregó Di Paola.
Curiosamente, Equinor dice tener un objetivo net-zero para 2050, como forma de aportar a la lucha contra el calentamiento global, cuya fuente principal es la quema de los productos que la empresa noruega se dedica a extraer del subsuelo. Argentina también prometió ser carbono neutral para esa fecha. Pero, como se ve, es puro greenwashing.
Mientras se siga expandiendo la frontera hidrocarburífera menos chances habrá para detener el calentamiento global en 1,5C grados, y así evitar los peores efectos del cambio climático, cuyos efectos ya se sienten de forma terrible en la Argentina, con incendios que están ocurriendo ahora misma en la Patagonia y una sequía que parece no querer irse más.
Cabe recordar que hace unos días, se descubrió una fractura en la plataforma que mantiene al glaciar Thwaites en su lugar, el mayor de la Antártida, que de romperse, provocaría un efecto dominó que terminaría inundando las ciudades costeras en todo el mundo por varios metros. No hay margen de error para detener la crisis climática.
Como si lo de Mar del Plata fuera poco, el gobierno nacional autorizó también que Rio Turbio, que produce carbón, el combustible más contaminante de la atmósfera, en 2022 recibiría $7.050.000.000 por parte del Estado, el 99% de sus ingresos corrientes.
Nota de edición, el siguiente párrafo fue modificado el 30 de diciembre a las 15.31: “El bloque de exploración que acaban de aprobar lo motoriza Equinor, la empresa estatal noruega, pero también están interesadas YPF, Shell, Total y Wintershall. Todas esas empresas cobran subsidios del estado argentino por el fracking en Vaca Muerta”. En la publicación original se incluía a la empresa PAE, pero la petrolera no está interesada en la exploración de la zona.
Nota de edición: la nota original fue modificada a las 15.45 al sumarles las reacciones de las asambleas de Mar del Plata y ciudades costeras.
MA
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