Turismo, inflación, explotación de recursos y el capricho de las inmobiliarias: el drama de alquilar en las provincias
Salvador es músico, tiene 38 años y hasta hace tres meses vivía en su ciudad natal, Bariloche, en la provincia de Río Negro. Compartía un dos ambientes ubicado cerca del centro cívico con un amigo hasta que el dueño les avisó que no les renovaría el contrato de alquiler porque había decidido publicar el departamento en Airbnb, es decir, alquilarlo de manera temporal y en dólares a turistas. Salvador no encontró otro lugar donde instalarse: el centro de Bariloche ya no era para los barilochenses sino para extranjeros. Probó en los alrededores de la ciudad pero no le alcanzaba el presupuesto para alquilar solo. “Así que me vine a Buenos Aires porque mi hermano alquila una casa con un grupo de amigos. Yo no quería irme de Bariloche. Pero la ciudad te va corriendo. Ya no es tu ciudad, la ciudad en la que te criaron y de la que no te querés ir. Es un centro turístico donde las viviendas particulares son parte de la oferta hotelera”, dice Salvador a elDiarioAR.
Otra historia sobre alquilar en las provincias de la Argentina: Santiago y Fernanda buscan una casa para alquilar en la ciudad de Neuquén y no consiguen. Tienen dos hijos chiquitos y se mudarán desde Buenos Aires al sur porque él consiguió un trabajo en una empresa dedicada al petróleo. Y es, justamente, el petróleo lo que dificulta que den con un lugar para vivir. “Neuquén creció muchísimo en los últimos diez años. Pero las viviendas nuevas, o sea, lejos del centro, están pensadas para varones solos que están de paso. Las opciones son pocas para las familias. ¡Y nosotros que pensábamos que era un fenómeno porteño!”, dice Fernanda a elDiarioAR.
Si alquilar en la Ciudad de Buenos Aires es difícil, en las provincias también hay problemas. Pero esos problemas están marcados por las particularidades de cada región. Gervasio Muñoz, presidente de la Federación de Inquilinos Nacional, lo resume así: “El turismo, la extracción de recursos, la inmobiliaria, las inversiones de determinados sectores comerciales, como el agro, o el blanqueo de capitales altera el escenario para los inquilinos en el país. Pero en la Argentina, la línea en común es que quien planifica en desarrollo de la vivienda es el mercado inmobiliario y el Estado es un espectador que solo está al servicio de ese mercado para facilitar negocios”. Aquí, tres historias de inquilinos. ¿Cómo es alquilar en Córdoba, Rosario y Tierra del Fuego?
Guido alquila en Córdoba: “Mala relación entre precio y calidad”
“Creo que el principal problema que estamos teniendo los inquilinos en Córdoba es la falta de oferta. Esa falta de oferta hace que los precios en muchos casos se disparen y que uno pierda la referencia: no entendés cuál es el precio coherente, digamos, que deberías estar pagando por un monoambiente o por un departamento de uno o dos ambientes. Empieza a pasar que hay una mala relación entre precio y calidad”, dice Guido.
Él alquiló a fines del año pasado y, admite, el precio ya quedó desactualizado. “Pero me estaban pidiendo, en la zona más céntrica de Córdoba, entre 60 y 70 mil pesos por monoambientes que estaban en muy malas condiciones, al punto de tener que hacer arreglos para mudarme”, sigue. Como el mercado perdió la referencia de valores, Guido explica que es bastante complicado saber si una está desaprovechando una gran oferta o en realidad está pagando muy caro un lugar dónde vivir.
Micaela alquila en Tierra del Fuego: “Alquilar fuera de la ley”
“Los alquileres que se consiguen, por lo general, no son dentro del marco regulatorio, es decir que no cumplen con lo que establece la ley de alquileres. Esto no sólo pasa en Ushuaia, donde vivo, sino también en Río Grande. La mayoría de Los alquileres no se gestionan con contratos. En mi caso, por ejemplo, es con dueño directo”, dice Micaela a elDiarioAR. Esto genera muchos inconvenientes. Arreglos de palabra, aumentos fuera de los plazos regulados e incluso, aumentos exhorbitantes, o condiciones para renovar el contrato.
“En octubre del año pasado, le pedí renovar y el dueño accedió. Pero me dijo que como estaba por empezar la temporada alta de turismo tenía que subirme el precio del alquiler. Como salir a buscar un alquiler para vivienda permanente antes de que arranque la temporada es muy difícil en Ushuaia, cedí. Básicamente no me quedó otra que pagar más antes porque la opción buscar un alquiler que posiblemente sea más caro que el que tenía”, sigue Micaela.
Rodrigo alquilar en Rosario: “Hacer un contrato nuevo está por encima de la inflación”
Rodrigo vive en Rosario y va por el tercer año de contrato, es decir que empezó la búsqueda para mudarse. Lo que empezó pagando 23 mil pesos, pasó a 30 mil y hoy está en casi 65 mil pesos. “Hacer un contrato nuevo está por encima de la inflación. Un departamento como el que yo alquilo ahora está en 120 mil pesos, es decir, el doble del último ajuste”, dice Rodrigo. En Rosario, un departamento de tres ambientes ubicado en la zona céntrica se ofrece a partir de 150 mil pesos. A ese valor hay que sumarle las expensas y gastos extras, más o menos, unos 20 mil pesos más.
Está atento a las alertas que le llegan al mail. Dice que ve monoambientes en edificios nuevos con terminaciones malas desde 70 mil pesos. “Departamentos nuevos que son muy chiquititos, que no tienen buenas terminaciones. O departamentos viejos con poca luz es lo más barato que podés conseguir”, agrega Rodrigo. En Rosario hay careles de venta por todos lados, pero sobre todo frente a la costanera. Son edificios levantados por las mismas inmobiliarias que operan en la zona. Edificios con amenities, pero con departamentos para solteros o en los que sos personas deberían pedirse permiso o en los que una familia de tres no podría vivir. Pocos metros cuadrados, pero con pileta y seguridad privada.
VDM/MG
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