Chile: con un ex líder estudiantil treintañero como presidente electo, la Concertación renovó para siempre su personal
No había habido un escenario tan grande en Santiago de Chile desde el lejano 1989 cuando la victoria del democristiano Patricio Aylwin (que habló en el Estadio Nacional). El comando de Gabriel Boric había armado el suyo en el centro de Santiago la noche del sábado: sabían que ganaban. ¿Sabían que por tanto, sabían que con tanta participación? Posiblemente, según comentaron a elDiarioAR, nunca. El fantasma de la última votación peleada, la de Ricardo Lagos contra Joaquín Lavín en 1999, cuando el primer presidente socialista de Chile le ganaba a un momio 2.0, que había sido colaborador de Augusto Pinochet, estaba en todas las memorias y en todas las retinas. Pero los 12 puntos que Boric le sacó a su rival José Antonio Kast, un momio 3.0, arrasaron con todos los resquemores. El suyo será un gobierno de amplio y sólido mandato.
Hay algunos análisis menos obvios, o menos transitados, de las ventajas de Boric. Es un exlíder estudiantil, nacido de las movilizaciones estudiantiles de los años 2010, que conserva el carisma de entonces y nunca ha dejado de izar las banderas de entonces, las de la educación pública, universal, gratuita, y de calidad. A las que une las de la salud pública en tiempos de pandemia. Aun en su discurso multitudinario como presidente electo, a las diez de la noche, ante una multitud santiaguina con muchos barbijos pero ninguna, ni la más mínima, distancia social -un rasgo repetido en toda la loca geografía de Chile.
Desde la primera vuelta, este estudiante crónico -Boric nunca se recibió- no hizo más que aprender. En cada presentación pública, en cada entrevista, en cada debate, estuvo mejor que antes. Y sin perder el entusiasmo, sin lucir súbitamente calculador. En el último debate, le dijo a Kast no menos de quince veces, “mentiroso”. Era pegar donde más duele, en una elección donde la autenticidad era uno de los valores electoralmente más importantes, y redituables.
Es el primer presidente que sale del Parlamento. Es una gran ventaja. Para Eduardo Frei o para Sebastián Piñera, para la centro-izquierda o la centro-derechas tradicionales, era terrible negociar con el Congreso,
Pero Boric es algo más, y algo nuevo también. Es el primer presidente que sale del Parlamento. Él viene de ahí. Su origen político está en el Frente Amplio, y como tal fue elegido diputado por su lejana y meridional región de Magallanes. Es una gran ventaja. Para Eduardo Frei o para Sebastián Piñera, para la centro-izquierda o la centro-derechas tradicionales, era terrible negociar con el Congreso. Boric es oxígeno para democracia. Él sabrá cómo hacerlo, o sabe que hay que hacerlo. En el Congreso, enfrentará una mayoría de la derecha en el Senado. Él ha dicho, en su discurso como presidente electo, que en el Congreso, no tener mayoría no es un obstáculo, es una oportunidad para que los acuerdos sean reales acuerdos.
Con Boric, la juventud se reencantó con la democracia. Kast sacó tantos votos como Piñera en 2017, pero Boric sacó un millón de votos más. Esos votos son los de quienes nunca votaron antes.
En su discurso, Boric habló de los niños y las niñas, de la Educación, la Salud, la AFP, la Vivienda, las Mujeres, las neo Familias, los “Derechos que sean derechos, no bienes de consumo”. La histórica victoria de Boric va a 'aleonar', como se dice en Chile, a la izquierda unida en la Convención Constitucional.
Boric es el presidente más votado de la historia de las segundas vueltas chilenas. El anterior había sido Piñera en 2017. Por primera vez, en esta elección ganó en Chile en segunda vuelta un candidato que no ganó la primera. Esto es cierto, pero también es cierto que quien gana en primera vuelta en la región metropolitana, y en la comuna de Santiago, también ganó siempre en segunda, y este es el caso de Boric. “Que nada ensucie la alegría de esta limpia victoria”. Por ahora, este no parece ser un riesgo mayor.
AGB
0