Los 'indocumentados asesinos', la 'inseguridad de la frontera', y otras mentiras a la brasileña de la campaña republicana para ganar el Congreso el 8 de noviembre
Desde el primer día de su gobierno, Joe Biden hizo campaña con la humanidad de su política migratoria y la inhumanidad de su predecesor Donald Trump. También los republicanos. Convirtieron los fracasos de Biden en prueba de que mentía al electorado. Y en prueba de que en las fronteras se vive más peligrosamente, porque la migración indocumentada aumenta la tasa de crimen violento. Es falso. Los datos del FBI que refutan estas presunciones no alteran las convicciones de un electorado que repudia a un reformismo al que considera responsable de haber empeorado el escenario. Aun el electorado demócrata es conservador y cauteloso ante lo que percibe como una voluntad aleccionadora de una izquierda partidaria en cuyo accionar ve más calor que luz.
En el calendario electoral del año, la victoria progresista que más temprana y sostenidamente se ha dado por ganada es la del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) en el balotaje presidencial del último domingo de octubre en Brasil.
Y la derrota más serena y rutinariamente prevista es la del oficialismo demócrata en las legislativas de la primera semana de noviembre en EEUU.
Sin embargo, ni en uno ni otro caso se dio nunca por sentado que la derecha brasileña con el presidente y actual candidato Jair Messias Bolsonaro a la cabeza ni la derecha republicana en EEUU con el ex presidente y futuro candidato Donald Trump a la cabeza pudieran obtener mandatos tan poderosos ni resultados tan favorables más acá de los números decisivos. Era una presunción falsa.
Bolsonaro y sus aliados ganaron el 2 de octubre el Congreso federal, los Congresos (o Legislaturas) estaduales, y las gobernaciones de la mayoría de los estados de Brasil, y de todos los más poblados y económicamente más importantes.
En las elecciones legislativas de mitad de mandato del 8 de noviembre en EEUU se renovarán las 435 bancas de la Cámara de Representantes, 35 de las 100 bancas del Senado, y las gobernaciones de 36 estados. En las primarias republicanas para definir las candidaturas partidarias, las precandidaturas más derechistas, a las que Donald Trump dio su bendición y su apoyo de campaña, se impusieron.
Estigmatizar más para ganar mejor
El Partido Republicano ha dedicado buena parte de sus mensajes frente a las elecciones primarias internas anteriores a las legislativas de noviembre 2022 a estigmatizar a la migración. En los anuncios televisivos proselitistas es uno de los gritos de batalla más reiterados. En particular, se ha desplazado a la vanguardia la palabra invasión, confinada hace unos años a los márgenes en el debate sobre esta materia. Durante años, fue ampliamente utilizada por los partidarios de la “teoría del reemplazo”, la falsa teoría de la conspiración que dice que los judíos o las élites están reemplazando deliberadamente a los estadounidenses blancos con inmigrantes y personas de color. Hasta hace poco, rara vez se la escuchaba, aun de la única boca que podía pronunciarla, la de candidatos políticos o funcionarios locales republicanos. Y respecto a los flujos ilegales que pasan la frontera, ahora se los hace responsables de que las comunidades fronterizas sean zonas 'sin ley'. Los datos más recientes del FBI sobre criminalidad muestran que varias comunidades en la frontera de EEUU con México tienen tasas de delitos violentos más bajas que otras ciudades estadounidenses de similar superficie y demografía.
Sin embargo, las ciudades de Brownsville, McAllen, Laredo, Eagle Pass y El Paso en el estado de Texas; Sunland Park en el estado de Nuevo México; Yuma en el estado de Arizona, y San Diego, en el estado de California presentan tasas de crímenes violentos y homicidios más bajas que el promedio nacional, según un análisis proporcionado por la agencia de noticias Axios Latino basada en los datos de delincuencia del 2021. La tasa promedio en esas ocho ciudades fronterizas es de 333 delitos por cada 100 mil habitantes mientras que la tasa nacional es de 388,5. Respecto a la tasa de homicidios media, 4,5 por cada 100 mil habitantes, en comparación con 6,8 en el resto de EEUU.
En algunos casos, como en la ciudad de McAllen al sur de Texas, del otro lado de la frontera de la ciudad de Reynosa, una de las ciudades con mayor incidencia delictiva debido a la guerra por el territorio que libra el crimen organizado en México, las tasas son mucho menores: 180 delitos violentos por cada 100 mil personas.
¿La migración indocumentada aumenta el crimen violento?
El expresidente Donald Trump cuando anunció que se postulaba para presidente planteó en sus discursos como problema primordial la migración, específicamente, la idea de una peligrosidad vinculada íntimamente con los migrantes indocumentados. “Están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas”, dijo el entonces candidato por Partido Republicano.
Los puntos de vista inquebrantables de Trump sobre la migración fueron directamente contradichos por un importante estudio de investigación “Does Undocumented Immigration Increase Violent Crime?” publicado en 2018 en la revista Criminology de la National Academy of Sciences USA. “Los aumentos en la población de inmigrantes indocumentados dentro de los estados se asocian con disminuciones significativas en la prevalencia de la violencia”, escribieron sus autores, Michael Light y Ty Miller en base a un detallado conjunto de datos recopilados entre 2012 y 2018, que compara los nacidos en EEUU con los migrantes indocumentados en Texas, quienes demostraron que los últimos tenían menos de la mitad de probabilidades de ser arrestados por delitos violentos o delitos de drogas y menos de una cuarta parte de la probabilidad de ser arrestados por delitos inmobiliarios.
La investigación realizada por los científicos Light y Miller quienes abordaron el problema en general porque muchas bases de datos de delitos de EEUU no recopilan información sobre el estatus de migración ha demostrado que las áreas con más migrantes no experimentan más delitos que lugares con menos de ellos y que el aumento de la migración no conduce a aumentar la actividad ilegal.
“En pocas palabras, descubrimos que los inmigrantes indocumentados tienen tasas de arresto por delitos graves más bajos que los inmigrantes legales y, especialmente, los ciudadanos estadounidenses nativos”, sostuvo el coautor del estudio Light, sociólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison.
La investigación es uno de los primeros trabajos realizados que vinculan un estado de migración específico con las tasas de tipos específicos de delitos. Además de calcular las tasas de criminalidad de los migrantes indocumentados y legales, así como los estadounidenses nativos, Light y su equipo analizaron la relativa contribución de los migrantes indocumentados a los delitos graves en Texas durante el período estudiado. Descubrieron que la proporción de arrestos que involucraron migrantes indocumentados no aumentaban con el tiempo de ciertos delitos e incluso disminuyeron para los delitos de propiedad, drogas y tráfico.
Otras investigaciones sugieren que las políticas de reducción de migración no previenen el delito. Después de que el gobierno federal introdujo, cuando el republicano George W. Bush ocupaba la Casa Blanca, el programa de “comunidades seguras”, que requiere que la policía local comparta información sobre personas con antecedentes penales con funcionarios federales de migración como un medio para expulsar a las personas “que presentan las amenazas más significativas para la seguridad pública”, aumentaron las deportaciones, pero el delito no decreció.
Cuando en 2017 California se declaró “Estado santuario” contra las agresivas políticas de Trump respecto a la migración y limitó la cooperación de la policía estadual y local con las autoridades federales, las tasas de delito sin embargo no aumentaron. Ese mismo año 2017, el número de arrestos realizados por Control de Aduanas de EEUU (ICE) aumentó en un 30% después de una orden ejecutiva firmada por Trump, que le otorgó a esta agencia federal más autoridad para detener a los migrantes indocumentados.
Y en el año fiscal 2019, el número de personas detenidas en la frontera entre EEUU y México aumentó a su nivel más alto en 12 años, según el Centro de Investigación Pew. Con sede en Washington DC, esta institución decana de las estadísticas y las demoscopías brinda ordenada información cuantitiva sobre problemáticas de EEUU y del orden global.
Razones nunca encontradas
Los investigadores aún no tienen certezas que ofrecer acerca de por qué los inmigrantes indocumentados son menos propensos al delito que los documentados o que los propios estadounidenses nativos. Un factor contribuyente puede ser que las personas que emigran desde otros países a EEUU están altamente motivadas y resultan intrínsecamente menos propensas a cometer delitos. Posiblemente, los migrantes teman la deportación si son atrapados, por lo que tienen mayor propensión a observar la ley, y evitar infracciones. También se señala como posible razón a la alta presencia de fuerzas policiales en la región, desde la Patrulla Fronteriza hasta agentes antidrogas.
El mapeo de esta situación contempla que los departamentos de policía de las tres comunidades fronterizas Del Rio en el estado de Texas; Nogales en el estado de Arizona; y Calexico en el de California no enviaron al FBI estadísticas de delitos para 2021. A la vez, cerca del 40% de las agencias policiales en todo el país, incluidos los departamentos de policía de la ciudad de Nueva York y Los Angeles, no informaron sus datos de delincuencia de 2021, según datos proporcionados a Axios Local por The Marshall Project, periodismo en línea sin fines de lucro interesada especialmente en temas relacionados con la Justicia penal en EEUU.
AGB
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