¿Ahora el kirchnerismo apoya el “ajuste”?
En el kirchnerismo no hay ánimo de celebración. El “ajuste” que denunció Cristina Kirchner en su carta posterior a las PASO se profundizará en los próximos años. ¿Cómo ganar las elecciones de 2023 con la receta que, según la vicepresidenta, llevó a la derrota del año pasado? ¿El Presidente está pagando un costo que beneficiará a su sucesor?
Martín Guzmán confirmó la continuidad de la estrategia. Anticipó que el “gasto real” crecerá muy poco, y que se mantendrá por debajo de la recaudación. Esa fue la fórmula que le permitió al ministro de Economía ahorrar más de lo previsto en 2021. El déficit primario cerró en torno de 3% del PBI, bastante menos del 4,5% presupuestado. ¿Cómo? En 2021 la recaudación creció 17,6% y el gasto real un 0,8%.
Esa alquimia se sustentó en ingresos extraordinarios, en parte, en el aporte solidario de las grandes fortunas y, en especial, en un ahorro de unos $160.000 millones en jubilaciones y pensiones. El gasto en ese rubro fue en 2021 el menor desde 2015, en relación con el PBI. El contexto no es menor: una pobreza superior al 40%. ¿Eso es un ajuste? La discusión que planteó Cristina Kirchner en septiembre recobra vigencia.
La pregunta ahora es cómo hará Guzmán para mantener la reducción del déficit, sin el auxilio del aporte extraordinario. La respuesta está en el comunicado del FMI: una reducción de subsidios producto de un ajuste de tarifas. Ese fue, justamente, el punto más fuerte de la discusión interna en el Frente de Todos. Esa disputa colocó a Guzmán en la puerta de salida del Gobierno.
Por todo esto, lo más interesante de la discusión que se viene en el Congreso no es cómo se va a posicionar la oposición. Lo acordado con el Fondo, reducción del déficit y de la emisión monetaria, es un calco de lo que reclama a diario Juntos por el Cambio. Lo verdaderamente trascendente es qué va a decir el kirchnerismo. ¿Cristina apoya el acuerdo? Al menos en la conferencia de prensa, Guzmán prefirió no responderlo.
GS/WC
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