El contador de confianza de la familia Rocca, pieza clave de la causa contra Techint en Italia por el pago de sobornos
Héctor Alberto Zabaleta cumplió 79 este mes. Es un contador de Villa Crespo que dice vivir de sus ahorros y jubilación, pero Italia y Brasil lo acusan de ser el responsable en el grupo Techint de ejecutar el pago de sobornos a nivel internacional en el negocio de la venta de tubos de acero, según los expedientes consultados por elDiarioAR en ambos países.
Zabaleta ingresó formalmente a Techint cuando tenía 23 años y se recibió de contador mientras trabajaba para el padre de Paolo Rocca, Roberto. Desde entonces prestó sus servicios durante 47 años a la familia y empresas de la multinacional ítalo-argentina, según admitió él mismo ante la Justicia argentina. Manejó las cuentas bancarias y negocios personales de la tercera familia más rica de Argentina (ranking Forbes 2020), según los testigos que declararon en el juicio oral y público que lleva adelante el tribunal de la séptima sección penal de Milán, Italia.
En su alegato del martes último, la fiscal italiana Donata Costa solicitó que se condene a Paolo Rocca, CEO y presidente de la principal compañía del grupo -Tenaris-, a cuatro años y seis meses de prisión por el delito de corrupción internacional, como reveló elDiarioAR. Pidió la misma pena para su hermano, Gianfelice Rocca, y su primo Roberto Bonatti, todos accionistas y directivos del máximo nivel de Techint en Argentina y el mundo. La sentencia se espera para el 26 de abril.
Además, Costa pidió a los jueces que multen a San Faustin, la sociedad matriz del grupo Techint, con 1.239.200 euros y que ordenen el decomiso de 6.592.891 euros, “suma correspondiente al dinero entregado al funcionario público”, es decir, a Renato Duque, exgerente de Servicios de Petrobras en Brasil y receptor confeso de los pagos ilegales. El ex ejecutivo de la petrolera estatal brasileña dijo que a través de sobornos garantizó a Techint contratos directos sin licitaciones para la venta de tubos sin costura a Petrobras por más de 1.400 millones de euros entre 2009 y 2013.
Costa no sólo describió las pruebas en contra de los accionistas y directivos de Techint por el presunto pago de sobornos. También explicó cómo los Rocca lograron mantener el control del grupo durante estos años a través de una compañía llamada San Faustin, que habría financiado el pago de esas coimas.
Zabaleta cumplió un rol central en el manejo de esa sociedad: manejaba sus cuentas bancarias y las sociedades offshore vinculadas a San Faustin que permitían el movimiento de fondos entre países como Suiza, Panamá y Uruguay, afirmó la fiscal italiana. “Todas las cuentas corrientes utilizadas para pagos corruptos eran manejadas, según el testimonio de las empleadas suizas, por Héctor Alberto Zabaleta (llamado Ettore)”, sostuvo Costa ante el tribunal de Milán. elDiarioAR se comunicó con la defensa del contador en Buenos Aires pero la respuesta fue la misma que la de los voceros de Techint: “Sin comentarios”.
Zabaleta nunca admitió los hechos que se le imputan en Brasil e Italia y ante la Justicia argentina presentó un escrito en 2017 negando la comisión de ilícitos en cualquier país. En su último reporte anual, Tenaris informó a sus inversionistas que el abogado externo de la compañía analizó la investigación de la fiscalía italiana e informó a la junta directiva que no “presentan evidencia de participación de ninguno de los tres directores en la supuesta irregularidad”.
Doble rol
Los directivos y accionistas de Techint que declararon en el juicio en Milán también aportaron información sobre la doble función de Zabaleta: por un lado, era el director de Administración del grupo; y por otro, manejaba negocios e inversiones privadas de los accionistas. Además, manejó hasta hace pocos años los campos e inversiones privadas de la familia en Buenos Aires. Figura junto a otros mencionados en el caso italiano en una treintena de sociedades anónimas de los Rocca.
Durante el juicio, Úrsula Gaizer, empleada de San Faustin desde hace 39 años, en las oficinas de Lugano, definió a Zabaleta como su “colega en Argentina” y lo identificó como “un contador con funciones puramente operativas”. Las empleadas de San Faustin y el gerente de la Banca Svizzera Italiana (BSI) abocado a las gestiones del grupo señalaron a Zabaleta como quien daba las órdenes de realizar las transferencias bancarias a Duque, que se realizaron a través de cuentas de sociedades uruguayas y panameñas controladas por San Faustin, la sociedad matriz del grupo.
En la sede de Techint en Buenos Aires, Zabaleta manejaba un piso con acceso restringido para el resto de los empleados del grupo, muy cerca del despacho de Paolo Rocca. Tenía secretarias y una caja fuerte y manejaba también “préstamos en negro a los ejecutivos de la empresa” para sus inversiones y gastos personales, como comprarse una casa o un auto.
Los fondos negros grupales le permiten realizar pagos corruptos sin una salida directa de las cuentas de la empresa del grupo.
Aunque sus oficinas principales estaban en la casa central de Techint en Buenos Aires, Zabaleta figuró durante 42 años como empleado de una compañía radicada en Panamá, según declaró ante el juez Claudio Bonadio tras ser arrestado por el caso de los cuadernos.
“Trabajé en el grupo Techint hasta hace dos años -dijo el 7 de agosto de 2018 durante su indagatoria-. Trabajé del 1° de abril de 1969 al 31 de marzo de 2011 Techint ENG CO Panamá (Techint Engineering Company INC), sucursal Buenos Aires. Entre el 1° de abril de 2011 y el 31 de agosto de 2016 estuve contratado por SADMA -otra compañía del grupo-. Vivo de mis ahorros y la jubilación”, aseguró Zabaleta entonces.
Ese mismo 7 de agosto de 2018, el apoderado de Techint, Horacio de las Carreras, se presentó ante el juzgado de Bonadio y entregó dos carpetas con el legajo de Zabaleta. También amplió la información sobre su rol oficial: “Es el representante legal de la sucursal TEING Buenos Aires”, dijo, en tiempo presente.
Todas las cuentas corrientes utilizadas para pagos corruptos eran manejadas, según el testimonio de las empleadas suizas, por Héctor Alberto Zabaleta (llamado Ettore).
Andrea Bassetti, accionista de Techint y miembro de la familia extendida, declaró en el juicio italiano: “Ettore Zabaleta era un señor que trabajaba para, digamos, en el Grupo, no sé exactamente para qué empresa y para quién. Creo, se ocupaba, entre otras cosas, de un family office, de uno de gestión familiar, digamos, de problemas familiares etc”.
Bruno Marchettini, dirigente de Ternium, una de las siderúrgicas de Techint, dijo ante el tribunal de Milán que Zabaleta incluso le manejó la venta de un departamento de su propiedad pero que su función era “la gestión administrativa”. “No sé cómo definirlo”, dijo ante la pregunta de la fiscal Costa.
Mario Osvaldo Lalla, otro directivo de Techint, afirmó que el contador era el “gerente administrativo en Buenos Aires, ocupándose de unos costos que se manejaban centralmente” y que se encargaba del pago de dividendos a los accionistas.
Qué es San Faustin
Esta sociedad de Luxemburgo, con oficinas en la suiza italiana, en Lugano, es la madre de todo el grupo y va rotando su jurisdicción entre distintos territorios con baja o nula tributación. En febrero 2011, Tenaris anunció en un comunicado de prensa la mudanza de las sociedades que controlan a las grandes empresas de la multinacional. Techint Holdings S.àr.l. (Techint) transfirió su domicilio de las Islas Caimán a Luxemburgo; y San Faustin se mudó de Curazao a Luxemburgo.
San Faustin es al mismo tiempo controlada por los Rocca a través de una fundación privada holandesa: Rocca & Partners Stichting Administratiekantoor Aandelen San Faustin. Esta sociedad holandesa es la titular de las acciones en San Faustin con un número suficiente como para controlar a todo el grupo.
“San Faustin se puede resumir en dos familias: los fundadores y herederos de los fundadores que se pasan las acciones por linaje y altos funcionarios de Techint que recibieron opciones accionarias por su buen hacer en el Grupo”, describió la fiscal italiana en su alegato. Paolo Rocca es vicepresidente de San Faustin mientras que su hermano, Gianfelice Rocca, es el presidente de la junta de directores de la sociedad, y Roberto Bonatti, su presidente desde 2001.
A través de esta estructura, los Rocca se aseguran el control total, según explicó la fiscal Costa. Los accionistas -todos miembros de la familia extendida y muchos de los cuales no llevan el apellido Rocca- son libres de “vender sus acciones a quien quiera, pero, concretamente, esta posibilidad es difícil de lograr debido a la dificultad de establecer un precio que corresponda al efectivo valor de las acciones, que tienen un valor nominal de 20 dólares pero un valor real mucho mayor”, sostuvo la fiscal.
“Esta base accionarial restringida permite que las utilidades de las sociedades participadas se destinen parcialmente a la constitución de fondos negros administrados directamente por el holding, posibilitando así destinarlos a gastos que no pueden ser expuestos en los estados financieros de las sociedades participadas”, es decir de Tenaris y el resto de las empresas del grupo, dijo Costa en su alegato. Algunos de estos “gastos” no son rastreables ya que se realizan desde “cuentas corrientes no atribuibles a los propios destinatarios de los pagos”.
“Los fondos negros grupales le permiten realizar pagos corruptos sin una salida directa de las cuentas de la empresa del grupo que recibe la ventaja del funcionario público corrupto y, por lo tanto, es un pago muy difícil de rastrear”, alegó Costa quien expuso durante el juicio la documentación privada y bancaria secuestrada por las autoridades de Suiza y Luxemburgo que expuso que las cuentas y sociedades que se usaron para enviar dinero al brasileño Duque eran controladas por Zabaleta y otros hombres de la mayor confianza de los Rocca en Buenos Aires y Uruguay.
Imposible de notificar
A diferencia de los hermanos Rocca y Bonatti, los tres italianos, Zabaleta nació en Argentina, lo que le garantiza el derecho de solicitar ser juzgado en su país. Sin embargo, existen procedimientos legales que sí le permiten ser investigado en otros países.
Durante su alegato, la fiscal Costa describió el rol de Zabaleta en el supuesto pago de sobornos y enumeró los testimonios y documentos bancarios para acreditarlo, pero explicó que la Justicia italiana no pudo juzgarlo en este juicio a pesar de las pruebas en su contra debido a que Argentina se negó a notificar al contador del inicio del proceso judicial, un paso ineludible para juzgarlo en Italia.
Exactamente lo mismo sucede en Brasil. Desde hace un año y medio, el juez federal de Curitiba Luiz Antonio Bonat intenta que los tribunales de Comodoro Py notifiquen a Zabaleta de una causa en su contra por el pago de presuntos sobornos a Duque. En ese expediente, están siendo juzgados exdirectivos de Techint en Brasil y un ex representante comercial del grupo en ese país, acusado de ser el intermediario con Duque. Duque ya fue condenado tras admitir las coimas.
A finales de 2021, el juez brasileño debió desmembrar el expediente contra Techint ante la negativa de la Justicia argentina de notificar a Zabaleta que debía presentar abogados y comparecer ante el juzgado de Curitiba. Dividió la causa en dos para poder avanzar contra el resto de los acusados, según consta en el expediente consultado.
Tanto Italia como Brasil realizaron distintos pedidos de colaboración a los tribunales argentinos para notificar al contador de confianza de los Rocca pero en ambos casos la respuesta fue la misma: en la fiscalía de Eduardo Taiano existe un expediente contra Zabaleta por los mismos hechos y tanto la defensa como la fiscalía sostienen que el contador no puede ser juzgado por los mismos hechos en más de un caso.
Otro acusado del juicio en Italia no pudo ser juzgado por la misma razón, pero el procedimiento fue completamente opuesto. En octubre de 2021, Duque declaró ante el tribunal italiano por videoconferencia desde Brasil. El exgerente de Servicio de Petrobras reconoció que había pactado los sobornos -que llamó “beneficios ilícitos”- con Benjamín Sodre Netto, representante de Confab en Brasil, a quien conocía desde hacía muchos años.
Las autoridades brasileñas colaboraron con los italianos para notificar a Sodre Neto; el acusado presentó su defensa planteando que ya estaba siendo juzgado en Brasil por los mismos hechos y así se consideró.
En el caso que se juzga en Brasil, la frustrada notificación a Zabaleta ya pasó por tres jueces de primera instancia. Desde octubre, interviene Daniel Rafecas, quien ordenó notificar al exejecutivo de Techint pero recibió una contraorden de la Cámara Federal porteña, según confirmaron fuentes judiciales a elDiarioAR. El expediente en Brasil contra el contador quedó congelado, según consta en las actuaciones a las que accedió este medio.
Ettore Zabaleta era un señor que trabajaba para, digamos, en el Grupo, no sé exactamente para qué empresa y para quién. Creo, se ocupaba, entre otras cosas, de un family office, de uno de gestión familiar, digamos, de problemas familiares, etc.
Un conocido en Py
Zabaleta ya había aparecido en 2007 vinculado al caso Skanska, uno de los primeros grandes casos de acusación de corrupción del primer gobierno kirchnerista. En el marco de la investigación contra la constructora sueca, el ejecutivo de los Rocca aparece mencionado como el supuesto responsable de ejecutar el pago de coimas a funcionarios de La Pampa para garantizarle a Techint, entonces asociada a Skanska, el contrato de un acueducto del Río Colorado. Ningún responsable de Techint fue juzgado por este caso.
En un audio de 90 minutos, un auditor interno de Skanska Claudio Corrizo dialoga con el entonces gerente comercial de la constructora sueca, Javier Azcárate. La grabación de esa conversación fue encontrada durante un allanamiento a la sede de Skanska en 2007. La transcripción de la conversación es la siguiente: “Corrizo y Azcárate conversan sobre las operaciones en La Pampa, donde participó el Grupo Techint juntando el dinero para el pago de sobornos, según los propios dichos de Azcárate: los encargados eran Carlos Bacher (CEO de Techint Ingeniería) y Héctor Zabaleta (director financiero del holding). Explica que era indistinto que el dinero para el pago de sobornos a funcionarios del gobierno de La Pampa (”la valija“) lo lleve Techint o lo lleve Skanska”, según consta en el expediente.
La única vez que Zabaleta fue citado a rendir explicaciones fue en agosto de 2018, en el marco del caso cuadernos. El juez Claudio Bonadio ordenó su detención, ya que el contador aparecía en los cuadernos del chofer Oscar Centeno realizando varios pagos al entonces funcionario Roberto Baratta, quien siempre negó las acusaciones.
Tras pasar una noche detenido, Zabaleta fue llevado ante el juez. Escuchó la imputación en su contra y se negó a declarar.
Pero más tarde, ese día, volvió a presentarse como arrepentido ante el fiscal Carlos Stornelli. En el expediente de los cuadernos, consultado por este medio, no está claro quién se arrepintió primero pero ese mismo 7 de agosto de 2018 Luis Betnaza, director de Institucional Corporativo del grupo y actual vicepresidente de Desarrollo Industrial de la Unión Industrial Argentina (UIA), se presentó de manera espontánea tras conocer la detención de Zabaleta y pidió declarar como testigo. Admitió haber ordenado a Zabaleta que efectuara los pagos a Baratta.
Betnaza fue citado a indagatoria al admitir la comisión de un delito. Horas más tarde volvió a presentarse en los tribunales y declaró como arrepentido. Sostuvo la versión del grupo: que los Rocca no sabían nada sobre los pagos ilegales al kirchnerismo; que sólo él y Zabaleta estaban al tanto; y que todo se hizo en pos de salvar a Sidor en la Venezuela de Hugo Chávez.
Zabaleta había dado una versión diferente. “Siempre antes de cada entrega, Baratta me llamaba por teléfono, posiblemente alguno de los dos teléfonos que mencioné y todas las veces me exigía dólares. Me decía que los pesos no les servían. Me profería distintas amenazas como cortarnos el gas o importar tubos de China diciéndome: ‘Ahora vas a ver dónde te vas a meter los tubos que tenés en Campana’”.
“Siempre fui yo el que entregaba el dinero a Baratta. Estimo que entre todas las entregas fueron 15 o 20 millones de pesos en total. Recuerdo que en una de las últimas veces Baratta me dijo ‘acordate que nunca me diste dólares’. Luego de la última entrega, nunca más lo vi a Baratta. Los motivos por los cuales no continuaron las entregas lo desconozco”, dijo.
Betnaza dijo ante la Justicia que los Rocca no sabían nada -lo mismo sostuvo Paolo Rocca cuando fue indagado por Bonadio y Stornelli- pero que el dinero de las coimas había salido de los dividendos de los accionistas. Es decir que, según Betnaza, Zabaleta sacó plata de las ganancias que debían entregarse a los accionistas para dársela a Baratta y nadie lo notó. Con esta afirmación, Betnaza buscó despegar a las compañías y a los accionistas, pero también evitar acusaciones de fraude a los inversionistas del grupo.
Paolo Rocca fue indagado por Bonadio y luego el expediente atravesó idas y vueltas en distintas instancias. En 2021, Zabaleta, Betnaza y el CEO fueron sobreseídos de cargo y culpa. Los pagos ilegales se atribuyeron en un “estado de necesidad”.
ED/CC
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