Cristina Kirchner cuestionó a la Justicia e insistió con que faltan los “autores intelectuales y financiadores” de su atentado
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner declaró este miércoles que los episodios de violencia política que culminaron con el intento de atentado en su contra fueron “in crescendo después de la pandemia” de coronavirus, y citó casos como las “guillotinas en la Plaza de Mayo, bolsas mortuorias en la Casa Rosada” y manifestaciones en su domicilio de Uruguay y Juncal, como parte de distintas protestas que, dijo, después del 1 de septiembre de 2022 cesaron misteriosamente.
Sin responsabilizar a ningún dirigente en concreto, la expresidenta insistió en una idea sobre la que todo el kirchnerismo viene machacando: en el juicio en curso no están procesados los autores intelectuales del intento de asesinato. “Es un juicio a los autores materiales: faltan los autores intelectuales y los financiadores –dijo–. El Poder Judicial, lo que yo considero el Partido Judicial, protegió y sigue protegiendo a quienes tuvieron que ver con este atentado”.
La exmandataria vincula el hecho a sectores del PRO como el que representa el diputado Gerardo Milman y a la familia Caputo, del actual ministro de Economía, con lazos con Revolución Federal, organización de ultraderecha que es juzgada en otra causa.
“Tenemos sentados acá a los autores materiales, pero no a los ideólogos ni a los financieros. Es una deuda que tiene que se tiene que saldar no conmigo, sino con la democracia y toda la gente que, de alguna u otra manera, cree que la política sigue siendo un instrumento para cambiar la vida de la sociedad, y no para matar y estigmatizar”, advirtió.
Sobre los acusados, dijo que “sería muy ingenuo de su parte pensar” que “las tres personas que están sentadas ahí son las que planificaron esto”. Y lanzó: “Imaginen que el atentado hubiera sido contra Mauricio Macri, o contra algún sector de la derecha, y aparece alguien de La Cámpora diciendo ‘Lo vamos a matar’”.
Así lo manifestó la también exvicepresidenta al declarar en calidad de testigo en el juicio que se sigue en los tribunales de Comodoro Py por el intento de magnicidio en su contra. Fernández de Kirchner prestó declaración en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°6, en la causa 2998/2022 Caratulada “Sabag Montiel, Fernando André y otros s/ homicidio agravado”.
La exmandataria respondió primero preguntas de sus abogados Marcos Aldazabal y José Manuel Ubeira, y posteriormente aclaró dudas de la fiscal Gabriela Baigún. Las consultas de los abogados de los acusados, en tanto, sólo se centraron en la convivencia de Fernández de Kirchner con su custodia; quisieron saber si eran los mismos que la asisten actualmente y si ella digita sus tareas, a lo que Fernández de Kirchner respondió: “La custodia hace lo que el custodiado le dice que haga. Sería insólito que hicieran algo en contra de lo que yo les digo”.
El repaso del caldo de cultivo
A la hora de hablar de los ataques en su contra, la exmandataria dijo que la violencia fue “simbólica” y “no tan simbólica”, y sobre su condición de género expuso que “mujeres que hacen política hay muchas, ahora mujeres que toman la decisión de recuperar YPF, la administración de los recursos de los trabajadores, la Asignación Universal por Hijo (AUH) para disminuir la pobreza…”, al identificar en esas medidas las razones detrás del intento de “eliminarla”. Contrastó sus políticas con algunas impulsadas por el Gobienro actual, como el RIGI y dijo: “Hay un andamiaje en el que a los que nos oponemos a esa entrega, nos eliminen a como dé lugar”.
“Cuando una mujer ejerce el poder y no lo hace en el sentido de lo que quieren los sectores de poder en Argentina, eso genera violencia, salvo que seas una mascota del poder. Y la verdad que para mascota del poder no sirvo, no serví ni serviré nunca”, sostuvo. Y señaló que como dirigente política creía que el “pacto democrático de 1983 era eso: que la vida del otro estaba fuera de toda discusión”.
Al respecto, insistió que “solamente en la hipérbole argentina puede suceder lo que está sucediendo, que cuando entra mi persona a un rol de acusada o víctima se queman todos los Códigos Penales, y van por todo”.
La noche del atentado
En cuanto a los hechos del 1 de septiembre de 2022, Fernández de Kirchner relató: “Ese día llegamos a eso de las 21.50, bajo y empiezo a recorrer para saludar, gente que me llevaba libros, y en un momento dado como que me revolean un libro. Se ve que alguien tuvo algún problema y yo me agacho a recogerlo. Lo agarro y se lo devuelvo, y ahí veo como un tumulto sobre la vereda de Juncal, pero como había habido el día anterior un problema con un chico de Rappi que se había peleado con la custodia, no le presté atención. Seguí la recorrida porque había gente que venía de zonas como Mendoza”.
Continuó: “Cuando subo al ascensor uno de mis secretarios, Diego Bermúdez, me pregunta si había escuchado un click. Subimos, él se puso enseguida a hablar por teléfono y me confirma que sí, que había sido un arma, que el arma estaba pisada y que habían capturado a la persona que la empuñaba. Ahí me senté a mirar televisión y no habrán pasado 20 minutos cuando veo la imagen del arma empuñada, gatillando, la imagen que recorrió el mundo”.
Del llamado del Papa al rol de Milman
La expresidenta recordó que el 2 de septiembre de 2022, después del intento de asesinato, la llamó el papa Francisco y le dijo que “toda violencia física siempre es precedida de violencia verbal”.
“La estigmatización, el insulto, el agravio, el querer exterminar al otro, no ganarle las elecciones, sino exterminarlo…”, expuso y añadió, en referencia a Milman, vinculado con los agresores, “cómo un diputado de la Nación puede firmar ‘Sin Cristina hay peronismo y sin peronismo hay Argentina’”.
También había hecho énfasis, antes, en las sospechas de un supuesto diálogo de Milman en el bar Casablanca, donde le habría dicho a sus interlocutores “Cuando la maten yo voy a estar en la costa”. A la luz de los hechos posteriores, Cristina Kirchner definió a Milman como “una suerte de Nostradamus” que debe tener asistencia deben ser “las fuerzas del cielo”.
La vida íntima
Sobre el impacto familiar que tuvo el intento de atentado, Cristina Kirchner reconoció que temió por sus hijos Máximo y Florencia. Y recordó una anécdota vinculada a la muerte de Néstor Kirchner en 2010: “Esa misma noche, yo me enteré después de un tiempo porque me contó Máximo, cuando pasó lo del padre y yo lo llamé para que viniera rápido porque su papá ‘se había enfermado de vuelta’, no le dije que había muerto. Cuando bajó en el aeropuerto de El Calafate, uno de los empleados le dijo ‘Yo lo quería mucho a tu viejo’, y ahí se enteró”, recordó.
“Entonces, cuando pasó lo del atentado, él estaba con un amigo en Parque Leloir, y alguien lo llamó para decirle que había habido un problema, y él pensó desde que salió de Parque Leloir hasta que llegó a Juncal que me habían matado”, reveló la ex presidenta.
También relató que su nieta Helena, hija de Florencia, “tenía miedo de salir de su cuarto” a raíz del atentado. “Había que acompañarla desde su cuarto hasta el cuarto de juegos, le dimos tratamientos con un psicólogo de niños”, añadió.
Y cerró con una definición política y religiosa: “Viendo lo que han hecho dirigentes en materia de endeudamiento, empobrecimiento, de endeudar al país con el FMI, y caminan por la vida como si nada, y que a mí me haya pasado esto… Siempre digo que Dios y la Virgen no permitieron que saliera el tiro, y después los militantes no permitieron que volviera a tomar el arma, cargarla y dispararme”. “Dios sabe por qué hace las cosas: soy muy creyente”, concluyó.
El juicio empezó el 26 de junio pasado y debe definir la suerte de Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, acusados en distinto grado de haber intentado el asesinato de la ex presidenta, un plan sobre el que el kirchnerismo reclama de todos modos responsabilidades políticas mayores.
Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo están acusados como autor, partícipe necesaria y partícipe secundario, respectivamente, del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el empleo de un arma de fuego. El tribunal está compuesto por los jueces Sabrina Namer, Adrián Grunberg e Ignacio Fornari.
NP/DTC
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