Los diálogos reservados entre el cristinismo y las palomas de Juntos por el Cambio para aislar a los halcones
“Hay una oportunidad”. Eso interpretan, de uno y otro lado del escenario político, oficialistas y opositores que entienden que llegó el momento de aislar a las figuras más extremas, de restarles protagonismo. Esa idea estuvo presente en las conversaciones reservadas que dirigentes muy cercanos a Cristina Kirchner mantuvieron con referentes de Juntos por el Cambio en las horas posteriores al atentado contra la vicepresidenta.
Los contactos telefónicos entre las dos veredas, de los que Cristina se fue enterando a cuenta gotas, se produjeron mientras el kirchnerismo intentaba salir del “estado de shock” que le produjo la tentativa de homicidio contra la vicepresidenta. En simultáneo, figuras moderadas de Juntos por el Cambio procuraban quedar del lado correcto de la historia y miraban de reojo la postura confrontativa de la presidenta de Pro, Patricia Bullrich. La ex ministra de Seguridad desentonó con casi todo el arco político en las horas calientes que siguieron al episodio: en las redes, cuestionó al presidente por haber dispuesto un feriado y acusado, dijo, “a la oposición y a la prensa” y no expresó una condena al atentado contra la vicepresidenta.
En simultáneo, las figuras moderadas de Juntos por el Cambio procuraban quedar del lado correcto de la historia y miraban de reojo la postura confrontativa de la presidenta de Pro, Patricia Bullrich
El gobernador de Jujuy Gerardo Morales; el senador porteño Martín Lousteau y su socio, el diputado Emiliano Yacobitti; y la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires María Migliore, funcionaria de Horacio Rodríguez Larreta, se contactaron con dirigentes cercanos a Cristina Kirchner para manifestar su solidaridad. Ninguno llegó a hablar con la vicepresidenta, que, en las horas posteriores al ataque, solo atendió a integrantes de su mesa chica. El diputado Máximo Kirchner tampoco participó de esos diálogos. “Él estaba más afectado que Cristina por lo que pasó”, contaron cerca del jefe de La Cámpora.
En la agrupación cristinista se impuso rápido la idea de evitar las confrontaciones. “Es un tiempo de reflexión y de refundación de la democracia. Tiene que ser un punto de inflexión”, declaró en la mañana del viernes el secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque. La hoja de ruta para las próximas semanas es “administrar la energía” que se vivió en la Plaza de Mayo, en la que no hubo manifestaciones violentas, pese al contexto. En el mediano plazo, dicen algunos de los dirigentes que participaron de las conversaciones bajo cuerda, los sectores más extremos deberían perder fuerza. “Como pasó después de la muerte de Néstor [Kirchner]”, dijo un integrante de la conducción nacional de La Cámpora.
'Es un tiempo de reflexión y de refundación de la democracia. Tiene que ser un punto de inflexión', declaró en la mañana del viernes el secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque
La agrupación organizó el escenario que se montó en la Plaza de Mayo para la lectura del documento, a cargo de la actriz y presidenta de la Asociación Argentina de Actores Alejandra Darín. En ese texto se hizo un llamado a la unidad nacional pero “no a cualquier precio: el odio afuera”. Se apuntó, como sostiene la declaración, a “un sector minúsculo de la dirigencia política”. Fue un gesto destinado a la gran mayoría de la oposición, incluido Juntos por el Cambio, aseguraron en La Cámpora.
Se apuntó, como sostiene la declaración, a 'un sector minúsculo de la dirigencia política'. Fue un gesto destinado a la gran mayoría de la oposición, incluido Juntos por el Cambio, aseguraron en La Cámpora
La falta de convocatoria a ese espacio al acto del viernes en la Plaza, explicaron a elDiarioAR dirigentes cercanos a la vicepresidenta, obedeció al clima caótico que marcó las horas posteriores al ataque contra Cristina.
“Apenas pudimos ordenar hacia adentro”, se excusaron esas mismas fuentes. Un detalle: se enteraron de que el viernes había sido decretado feriado en el momento en que el mensaje de Alberto Fernández salió al aire. Una señal de autonomía del Presidente que, esperan, no anticipe otros intentos por disputarle la centralidad a su vice.
A Fernández le valoraron, eso sí, la decisión de no subirse al escenario.
GS
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