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MAPA OPOSITOR

El peronismo inicia una etapa de discusión profunda para convertirse en una alternativa contra Milei

Sergio Massa y Axel Kicillof en una foto de la campaña pasada. El gobernador ya piensa en su armado nacional. El ex candidato por ahora no quiere reaparecer.

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Los 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón, que se cumplirán este lunes, encuentran a un peronismo todavía mareado, sin un liderazgo definido. Pero esa parálisis podría empezar a cambiar: la sanción de la ley Bases, que Javier Milei analizó como el inicio de una nueva etapa, también hizo mella en el Partido Justicialista, que se encamina a una discusión profunda entre sus dirigentes para convertirse en una alternativa real de poder. 

A la par del “relanzamiento” del oficialismo, el peronismo empezará a debatir cómo reconstruirse con las elecciones de medio término en la mira. El espacio de Unión por la Patria, pese a no lograr frenar la ley Bases, logró el objetivo de que el espacio se mantuviera unido: sus senadores se manifestaron en contra, pese a las excepciones en la votación particular, y la mayoría de los diputados también logró sostener la cohesión. 

“Quedó claro qué Congreso tenemos para el próximo año, con quien podemos articular y con quien no”, dijo a elDiarioAR una fuente del oficialismo en el Senado, que admitió las dificultades para “quebrar” a los 33 que conduce el formoseño José Mayans

Milei obtuvo las “herramientas” que exigía para gobernar. Ahora, con la discusión central ya corrida del Congreso, en las distintas terminales del peronismo se empieza a hablar de la necesidad de un “programa” que siente las bases para la próxima etapa. “Luego vendrán los nombres”, coinciden ante la pregunta de quién conducirá a la oposición. Sin embargo, la falta de un liderazgo dificulta la generación de propuestas compartidas y aggiornadas a la época. 

Hay intentos de acercamiento: Guillermo Moreno, un dirigente que no logró superar el piso de las PASO en la última elección, se puso al frente del operativo y el último martes logró reunir a los referentes económicos de Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Juan Grabois y Sergio Massa. Se trató de un acercamiento de perfil “económico” y no político, pero la foto, inusual en tiempos de internas a cielo abierto, sirvió para mostrar que hay voluntad de diálogo.

De esa cumbre, que se realizó en el segundo piso del Palacio Barolo, participaron economistas como el peronista Roberto Feletti, el massista José Ignacio de Mendiguren y Santiago Fraschina, cercano a Máximo Kirchner, además de los representantes del espacio de Grabois y los de Moreno en calidad de anfitrión. 

Al interior del peronismo hubo distintas opiniones al respecto. Algunos consideraron que la reunión no tuvo peso político y fue simplemente una jugada de Moreno para mostrarse como un posible “articulador” de los distintos sectores. Otros, incluso con mirada crítica, admitieron que el hecho de que todos los dirigentes de peso hayan mandado a sus referentes le dio legitimidad al encuentro. También hubo interpretaciones más entusiastas, que vieron un acercamiento de equipos con voluntad de armar una hoja de ruta y destacaron la promesa de sumar encuentros con sindicalistas y cámaras empresarias. 

Las construcciones que avanzan 

En el peronismo todos siguen con atención los movimientos de Axel Kicillof, quien pese a no tener resuelta la interna con Máximo Kirchner –que incluso en las últimas semanas escaló a niveles de confrontación directa entre ambos bandos– está decidido a caminar el país. Arrancó por territorios opositores, con su visita en Chubut al macrista Ignacio Torres y en Santa Fe al radical Maximiliano Pullaro. Su agenda continuó en una provincia oficialista: el viernes se mostró en La Pampa con el peronista Sergio Ziliotto para firmar “acuerdos de cooperación recíproca”, con quien lo hermana su oposición sin titubeos al gobierno de Milei. 

Los armadores de Kicillof preparan un gran acto para este lunes en San Vicente, por el aniversario del fallecimiento de Perón, mientras revisan la agenda que entre sus próximas visitas tendría a la provincia de La Rioja, tierra del peronista Ricardo Quintela, aunque aclaran que ese evento aún no está confirmado. También tantearon un viaje a Córdoba, donde reside la figurita difícil de Martín Llaryora, pero hasta el momento no hubo definiciones. 

La determinación de Kicillof de nacionalizar su imagen contrasta con el perfil bajo que mantiene Sergio Massa, que desde hace meses amaga con un retorno a la escena pública que aún no se concretó. Desde su entorno confirmaron a elDiarioAR que la presentación de su libro se realizará finalmente en agosto. Ese evento, que compartirá con Jorge “El Turco” Asís, será el puntapié para que vuelva al ruedo, aunque nunca dejó de moverse en las sombras y de mantener reuniones con dirigentes de todo el arco político. 

Massa está convencido de que el plan económico de Milei derivará en un fracaso. Este viernes, en redes sociales, el Frente Renovador impulsó una movida contra la suba de Ganancias con la que logró avanzar el oficialismo en el Congreso. El partido del excandidato presidencial salió a coro con el hashtag #ElSalarioNoEsGanancia para oponerse a la restitución del impuesto. 

Mientras Massa sigue en silencio y Kicillof hace equilibrio entre las internas bonaerenses, tanto Moreno como Grabois tuvieron una fuerte participación mediática y se mostraron con voluntad de ser protagonistas en la próxima etapa, donde también aparecerá la discusión sobre hasta dónde ampliar el armado político. Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de Kicillof y uno de sus armadores políticos, sorprendió una semana atrás en Radio Con Vos, donde no descartó la posibilidad de sumar dirigentes enemistados con el oficialismo como el sector del PRO que responde a Horacio Rodríguez Larreta, algunos radicales e incluso la Coalición Cívica. “Todos aquellos sectores que se sienten agredidos por el gobierno de Milei nos tenemos que reunir para ponerle fin a esta locura y empezar una etapa distinta”, señaló. 

En el kirchnerismo, el massismo y otros sectores del peronismo coinciden por lo bajo en que las instancias de confluencia pública por ahora serán escasas, porque cada uno está concentrado en su acumulación personal. Sin embargo, admiten un sentido de pertenencia más amplio y ven que en esta etapa llegará el momento de sintetizar o, al menos, negociar candidaturas. 

LA/MG

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