La salida de Posse empodera a Francos y abre una nueva etapa en el Gobierno
Las intrigas sembradas en el Gobierno finalmente llegaron a su fin. Javier Milei decidió no dilatar más la cuestión y dejó sin funciones al hasta hoy jefe de Gabinete, Nicolás Posse, cuya salida se instaló como un rumor que en los últimos días había comenzado a cobrar cada vez más fuerza en las conversaciones de pasillo de la Casa Rosada. El actual ministro del Interior, Guillermo Francos, será quien tome las riendas de la coordinación del gabinete. Así lo anunció la Oficina del Presidente a través de un comunicado difundido a última hora de este lunes, minutos antes de que Milei encarara un nuevo viaje a los Estados Unidos.
La versión de cambios en el gabinete se había esparcido como aceite en la última semana. La ausencia de Posse en la presentación del libro de Milei en el Luna Park alimentaron las sospechas, pero los actos oficiales por el 25 de mayo terminaron de escenificar un cuadro de situación. A pesar de su participación en los festejos patrios, tanto en la Catedral porteña como en el “cabildo abierto” encabezado por el Presidente en Córdoba, el ahora exjefe de Gabinete debió lidiar con la distancia impuesta por el propio jefe de Estado: Milei no se acercó a saludar a su “amigo” de los tiempos de Corporación América en ninguna de las dos oportunidades.
A lo largo de los primeros seis meses de gobierno libertario, Posse se había caracterizado por su extremo hermetismo y su poco interés en aceitar el vínculo institucional con el Congreso, una de las funciones que, en la teoría, tiene el jefe de Gabinete. En cambio, sí se lo vio muy activo a la hora de monitorear el abanico de negocios que habilita el plan de privatización de empresas públicas y desregulación de la economía impulsado por Milei, que a partir de ahora tendrá a su cargo Federico Sturzenegger. Las fuentes consultadas por elDiarioAR coincidían este lunes en una misma apreciación al momento de justificar la caída en desgracia de Posse: la desconfianza que comenzaron a generar en el entorno inmediato de Milei, principalmente en su hermana Karina, sus movimientos en aquel terreno.
Según deslizaban en Balcarce 50, la secretaria General de la Presidencia le cuestionaba además al ministro coordinador los tiempos en la gestión y la falta de intervención en las negociaciones para obtener las medidas económicas deseadas por el oficialismo. Tampoco había sido demasiado celebrada en Casa Rosada la performance de Posse durante la presentación de su primer informe de gestión ante el Senado. Es que si bien el jefe de Gabinete había logrado superar airoso la avalancha de cuestionamientos que le realizara la oposición de Unión por la Patria, se limitó a leer las respuestas que ya tenía preparadas, visiblemente incómodo en el ida y vuelta que le proponían los senadores.
“Me parece que es parte más de un tema de la prensa que de otra cosa”, se atajó este lunes el vocero presidencial, Manuel Adorni, al ser consultado por alguna precisión respecto del futuro del funcionario. El portavoz ya había desmentido los supuestos rumores la semana pasada, cuando calificó de “absolutamente falsa” la información que circulaba acerca de un posible cambio de nombre en una de las áreas más importante del Gobierno. “Si en algún momento ocurre algún cambio que valga la pena, lo voy a comunicar”, planteaba por entonces Adorni, al tiempo que negaba las chances de que la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lo sucediese en el cargo.
Pero el nombre de la excandidata presidencial de Juntos por el Cambio no era el único que sonaba para un eventual remplazo de Posse. A esa lista se sumaba quien hoy se erige como el flamante jefe de Gabinete de Milei: el exministro del Interior, Guillermo Francos, la espada política del Gobierno y un jugador clave en el ida y vuelta con la “casta”. Gracias a su templanza para tejer acuerdos con los gobernadores, entre sus medallas, Francos puede adjudicarse haber sido uno de los artífices de la media sanción de la ley Bases en la Cámara de Diputados.
Lo cierto es que, más allá de los cambios en el gabinete libertario, lo sucedido en las últimas horas evidenció una realidad: la cada vez menor injerencia de Milei en los temas cotidianos de la gestión. Obsesionado con cerrar los números de las cuentas públicas y convertirse en un referente internacional del anarcocapitalismo, el Presidente delega en su mesa chica la estrategia política del día a día. Tanto su hermana Karina como el asesor estrella, Santiago Caputo, se dedican a las vicisitudes que el mandatario considera “aburridas”, algo que se grafica en la recurrente ausencia de Milei de las reuniones de gabinete. “Lo que ocurra o no con Posse lo tendrá que decidir él”, aclaraban, sin embargo, este lunes por la tarde puertas adentro del Gobierno. El Presidente no dejó margen para la duda: desplazó a su jefe de Gabinete y se subió al avión presidencial rumbo a San Francisco.
PL/JJD
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