Los empresarios prevén que el peronismo difícilmente gane con una economía empeorando y anticipan que se convertirá en un duro opositor
Desde que perdió las elecciones legislativas de 2021, ninguno de los grandes empresarios de la Argentina le prestó mucha atención a los pasos de Alberto Fernández como presidente. Menos cuando renunció en julio pasado su primer ministro de Economía, Martín Guzmán, y debió aceptar a Sergio Massa en su lugar. Tampoco su decisión de no presentarse a la reelección los conmovió. Más bien la vinculan con un gobierno que está complicado, pero que estará peor dentro de dos meses, cuando pase la cosecha gruesa (la de maíz y soja) con bajo ingreso de dólares y se inscriban las precandidaturas presidenciales. La mayoría de los integrantes del establishment prevé que el peronismo volverá a perder el poder, como hace ocho años, pero una minoría tampoco descarta que de alguna manera consiga triunfar, sobre todo ante la división de la oposición. Pero unos y otros prevén que si pierde, encarne una dura resistencia al ajuste del Estado y sus empresas y del bolsillo ya de por sí flaco de los trabajadores y los jubilados, entre tarifazos, reforma previsional y flexibilización laboral, como prometen los postulantes de Juntos por el Cambio y el de la La Libertad Avanza, Javier Milei. Sobre todo pronostican rechazo de algunos sindicatos y de los movimientos sociales.
“Me parece que el renunciamiento del Presidente cambia poco el panorama, están en problemas y así lo muestran las encuestas”, sostiene uno de los poderosos empresarios que asistió esta semana al Foro Llao Llao, en Bariloche, a escuchar a los opositores que aspiran a sucederlo y al que faltó a último momento el jefe de Estado. “A los peronistas los veo complicados, pero a lo mejor es una expresión de deseos”, admite quien vaticina que “algunos gremios y los movimientos sociales” resistirán con fuerza al próximo presidente, ya sea Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich o Milei. “Pero Cristina (Fernández de Kirchner) y La Cámpora quedarán muy debilitados”, se esperanza el hombre de negocios que, como tal, tampoco hace análisis político. Aunque ni unos y otros suelen acertar con sus predicciones en este país.
Otro de los 50 más millonarios de la Argentina opina sobre las posibilidades de que el PJ se mantenga en el poder, como lo hizo en 38 de los últimos 77 años, es decir, casi la mitad porque durante los otros 39 gobernaron militares, radicales y el PRO: “Dependerá de cuánto se espiralice el quilombo en los próximos 60 días”. Se refiere a una economía con un dólar blue disparado a $ 443 y el contado con liquidación a $ 455, con una inflación del 7,7% mensual y una actividad que amenaza con caerse al menos 2%, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
“Alberto renunció a la reelección, como yo hace un tiempo renuncié a mi vocación de ser primer bailarín del Colón -bromea el empresario del club de los 50 más ricos-. No creo que esto cambie para nada ni el mapa político ni el económico. No se puede recuperar lo que se ha perdido y supongo que se seguirá con esta gestión tan indefinida, que parece que está prolongándose demasiado tiempo. Veo que diciembre parece una próxima reencarnación más que un futuro cercano. Hay que pensar cómo vamos a sortear los próximos 60 días con las restricciones que hoy tenemos y la amenaza de una caída muy significativa de la actividad.” Uno de los economistas que más acierta en sus pronósticos, Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, prevé una baja del PBI del 3%.
“El objetivo del peronismo será perder por la menor diferencia posible”, predice el asesor de otro de las principales magnates de la Argentina. “Pasará ser una oposición que perdió por poco y por eso bloqueará o meterá palos en la rueda al que le toque gobernar”, agrega.
Otro colega suyo pasó todo el viernes hablando con empresarios y sacó sus conclusiones sobre sus pensamientos y sentimientos: “La gran preocupación del empresariado es la división de la oposición y la provincia de Buenos Aires. Se está viendo que el electorado está dividido en tres grandes porciones: Juntos por el Cambio, con algo de ventaja; Milei y un núcleo muy consolidado del peronismo, en el que hay que ver si juega o no Cristina. Nadie descarta que el peronismo pueda volver a ganar en un ballotage. Menos descartable es que mantenga la provincia de Buenos Aires. Con lo cual, un gobierno de un tercio del electorado tendría una oposición muy fuerte en la provincia. Parece entonces un escenario bastante crítico para la gobernabilidad, la gestión y la necesidad de hacer un montón de reformas que el empresariado está esperando. Si el próximo gobierno no tiene los votos suficientes en las cámaras, va a ser bastante difícil. Los empresarios ven una oposición actual absolutamente errática e inconsciente sobre el rol que debería cumplir en este momento. Para ellos, pensar en una forma de consenso entre Juntos por el Cambio y Milei sería lo más adecuado, pero ese escenario parece poco probable”.
AR
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