Milei vs. Cavallo: el debate por el tipo de cambio atrasado que alineó a Kicillof con el exministro de Economía de Menem

Medido en tiempo fue un año, pero transcurrió mucho más desde que Javier Milei pasó de referirse a Domingo Cavallo como el mejor economista de la historia argentina a llamarlo “impresentable”. Pasaron varias entradas en el blog del exministro alertando sobre los efectos de la apreciación del peso. Pasó la presión del FMI, que aún no libera los dólares frescos que permitirían acumular las reservas necesarias para confirmar el valor del dólar actual. Pasaron –persisten– los nervios para contener una devaluación
El debate de fondo y que más irrita al presidente Javier Milei –tanto que decidió ir a A24 antes de que abran los mercados a decir la frase “no voy a devaluar”, que siempre termina mal– es si el tipo de cambio está o no atrasado, lo que significaría (o no) una devaluación en un año regido por el calendario electoral. También el rol del cepo cambiario como sostén del esquema económico actual, que el Presidente minimiza. Una discusión bien conocida en la Argentina de la restricción externa. Cuáles son los números de la economía que sustentan este argumento.

Liberal contra liberal
La primera piedra la tiró el ex Ministro de Economía de la convertibilidad en una entrada en su blog personal el miércoles 5 de febrero, como continuación de otra publicada a principios de año titulada “Desinflación vs competitividad: las dos caras del peso apreciado”.
Tras celebrar la baja de la inflación mayor que la pronosticada incluso por él mismo, Cavallo critica la política monetaria del Gobierno: “El Banco Central ha logrado acumular muy pocas reservas netas. Esto ocurrió porque, aunque el Gobierno sostiene que la desinflación es fruto exclusivo del control monetario que se hizo posible gracias a la eliminación del déficit fiscal, el manejo por el Banco Central de todos los tipos de cambio (el del MULC y el CCL e, indirectamente el MEP y el paralelo), fue determinante de la velocidad a la que se redujo la tasa de inflación”.
Cavallo pronostica una “apreciación real exagerada del peso que puede estimarse en alrededor del 20%” que “crea preocupación a productores agropecuarios, exportadores en general, e industriales y prestadores de servicios que compiten con importaciones”. En términos simples, quien fue ministro durante la convertibilidad del peso apreciado está diciendo que el peso se fortaleció de una manera insostenible, más de lo que es saludable para la economía, lo que puede tener efectos negativos para muchos sectores.

Para alertar un poco más, el exministro admirado por Milei explica que este atraso es parecido al que existió en los tres años finales de la convertibilidad, del que todos y todas las argentinas sabemos el desenlace. Según Cavallo, para estar correctamente ajustado, el peso debería valer unos $1.300 por dólar en lugar de los $1.085 actuales.
No es la primera vez que Cavallo desliza críticas sobre el rumbo económico. En mayo y junio había dedicado textos a presionar para el levantamiento de los controles de capitales. Gran parte del abanico de economistas de distintas escuelas, como Axel Kicillof, coincide con el corazón del argumento de Cavallo: el tipo de cambio está atrasado.
Primero fue el ministro de Economía Luis Toto Caputo el que salió a responder indirectamente a Cavallo y directamente a un tema que se impone en la agenda de los argentinos yendo de compras a Chile y de vacaciones a Brasil –en números, el consumo en moneda extranjera con tarjeta de crédito alcanzó los US$862 millones en enero, récord desde 2003 según el Banco Central (BCRA)–. En una entrevista en La Nación+, Caputo introdujo un nuevo concepto a la teoría económica diciendo que “el dólar no está atrasado sino que los precios están adelantados”.
Según Caputo, el valor del dólar no tiene que ser modificado, sino que tienen que caer los precios en dólares de los bienes y servicios. El ministro atribuyó este encarecimiento a las restricciones dentro de la economía, bajo el argumento de que los empresarios argentinos pueden fijar precios más altos que sus pares internacionales debido a las barreras de entrada que limitan la competencia.
En un informe de la consultora PXQ, Emmanuel Alvarez Agis destaca que, si bien Argentina sigue siendo una economía relativamente cerrada (la más cerrada del continente junto con Brasil), desde la asunción de LLA la economía incrementó su grado de apertura gracias a un conjunto de medidas arancelarias, paraarancelarias y de eliminación de restricciones al comercio exterior. “En este sentido, si parados en diciembre de 2024 la economía estaba más abierta que en diciembre de 2023, si bien el nivel de precios domésticos podría seguir estando por encima de su comparativo internacional, esa diferencia, ceteri paribus, debería haberse reducido”, y no sucedió, asegura el informe.
En una nota de vocabulario extremadamente académico publicada este viernes en La Nación bajo el título “Atraso cambiario: el disco rayado de los economistas”, el presidente Javier Milei buscó responder a los argumentos del atraso cambiario, primero invalidando el tipo de cambio real como herramienta para comparar el valor de una moneda local frente a otra en economías distintas. De todos modos, Milei aseguró que es natural que los casos de estabilización exitosos generen un peso apreciado por un aumento de la productividad. Y fue por más: ubicó que el peso podría “podría caer hasta los $600” por dólar.

Sin embargo, no hubo este 2024 un aumento de inversiones productivas, ingreso de bienes de capital, signos de aumento de la productividad. Sí hubo una devaluación profunda a principio de su mandato, y mecanismos de entrada de dólares –primero el blanqueo de capitales, luego un combo seductor para el campo, y ahora la espera de fondos frescos del FMI– acompañados por un cepo que logró una apreciación por bicicleta financiera.
Todo terminó con la frase maldita el lunes previo a la apertura de los mercados: en entrevista con Antonio Laje primero y con Cristina Pérez y Jonathan Viale después, repitió: “No vamos a devaluar”. Repitió: Argentina tendría que tener un tipo de cambio de $600. No alcanzó: la bolsa porteña cerró la jornada 1% abajo, los bonos del Tesoro nacional (Bonares AL35D y GD35D) operaron en terreno negativo durante la jornada de ayer y, en consecuencia, el riesgo país subió 2,58% y cerró el día en 677 puntos básicos.
El verdadero debate
En el medio de este intercambio, se encuentran los números que intentan saldar el debate de fondo: el tipo de cambio se encuentra atrasado y el cepo cambiario invalida teóricamente los argumentos que intenta explicar Milei.
La semana pasada se conoció el Índice Big Mac, elaborado por la revista The Economist, que compara el precio de una misma hamburguesa Big Mac en diferentes países, ajustado por el tipo de cambio. Según este índice –poco riguroso desde el punto de vista académico– Argentina tiene el segundo Big Mac más caro del mundo, lo que sugiere que el peso está desajustado en comparación con el dólar, dado que los precios en pesos son elevados en relación con los internacionales.
La consultora 1816 recurrió a datos dando vueltas en las páginas de organismos oficiales, como que diciembre fue el séptimo mes consecutivo de déficit de cuenta corriente base caja –la diferencia entre los ingresos y egresos de un país por transacciones externas, calculada sólo con los flujos de efectivo reales que han ocurrido, sin considerar los compromisos futuros– en U$S7.500 millones. También menciona el saldo récord de consumo en dólares, que esta nota detalló más arriba.

Finalmente, la consultora de Álvarez Agis, realiza hace un tiempo un relevamiento de los precios de un conjunto de productos alimenticios –harina, pan, leche, banana, tomate, arroz–, bebidas –café, gaseosa, cerveza–, ropa –remera, buzo, jea– y calzado; que compara con otros similares en países como Chile Uruguay y Brasil, y cuyos resultados suman al análisis de la competitividad de la economía argentina.
En ropa y calzado, Argentina pasó a ser la más cara de la región entre diciembre de 2023 y 2024. En la canasta de alimentos y bebidas, Argentina era en diciembre de 2023 un 36% más barata que la misma canasta comprada en el resto de los países. En diciembre de 2024 esa misma canasta era 13% más cara.
Con el futuro económico del país en juego, la controversia entre el modelo de Milei y las advertencias de economistas de diferentes escuelas se convierten en un reflejo de la ardua tarea a la que se enfrenta el país de encontrar un modelo económico que funcione aún en tiempos de incertidumbre.
NR/DTC
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