Remarcaciones en el súper: la canasta de alimentos tarda apenas un poco más de un mes en aumentar todos sus precios
En las últimas cuatro semanas el 80% de los alimentos y bebidas modificaron su precio en las góndolas, lo que quiere decir que una persona que hace compras mensuales y le tocó volver al supermercado en los últimos días encontró 8 de cada 10 productos con un precio más alto que la última vez. Si esa persona se demoró en su compra mensual y volvió luego de cinco semanas, habrá advertido la remarcación de precios en el 100% de la canasta, e incluso puede que algunos bienes hayan aumentado más de una vez. En otras palabras: con el nivel actual de inflación de alimentos y bebidas, en poco más de un mes no queda un solo precio en pie.
Así se desprende de un dato construido por la consultora LCG, dirigida por Guido Lorenzo, que mide la variación semanal de precios de una canasta de 8.000 alimentos y bebidas de 5 supermercados. Solo en la primera semana de junio el informe detectó que se actualizó el 29,6% de la canasta, el pico máximo desde el inicio de la serie un año atrás.
El indicador muestra que el porcentaje de productos de la canasta remarcados empieza a elevarse en enero, con semanas en las que las actualizaciones se acercan al 30%. “La remarcación de precios se daba en un contexto inicial a los 20 días, después a los 15, ahora casi semanalmente en algunas categorías. Hay una reducción del ciclo de remarcación de precio en los últimos meses, sobre todo en alimentos, bebidas, artículos de limpieza y cuidado personal”, confirma Damián Di Pace, titular de la consultora especializada en consumo Focus Market.
Federico Braun, CEO de La Anónima, puso en el centro del debate este tema al señalar en el encuentro por los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que su empresa “remarca todos los días”. Ante la consulta de este medio, en el sector supermercadista se excusaron. “Los traslados a precios ni siquiera alcanzan a los aumentos que nos manda la industria. Se conversan regularmente con la Secretaría de Comercio, se absorben o morigeran con el objetivo de llevar el mejor precio posible al consumidor final”, señaló una fuente.
Las empresas que mueven el amperímetro de la inflación cada vez que envían sus nuevas listas de precios no son tantas. Según cálculos del Centro de Economía Política (CEPA) alrededor del 75% de la facturación de los productos de la góndola corresponde a 20 grandes empresas, entre las que se cuentan Unilever, Mastellone Hermanos, Coca Cola Company, Sancor, Danone, Molinos Río De La Plata, Procter & Gamble, Papelera Del Plata, Cervecería Quilmes, Pepsico y Arcor, entre otras.
Y si bien es cierto que el nivel de precios depende centralmente de las empresas fabricantes, en la reunión de AEA Braun se sinceró también sobre la parte que le toca a los supermercados. “Nosotros decimos que no somos formadores de precios; es una pequeña mentira porque somos formadores de una parte. En realidad trasladamos cuando podemos trasladar. Yo creo en la absoluta libertad de precios”, dijo.
La remarcación frenética se extiende en los comercios de todo el país. “La realidad es que un supermercado grande tiene unos 10.000 ítems. En un momento de inflación descontrolada como este, seguramente todos los días tenés que cambiar algún precio, lamentable”, apuntó una fuente del sector supermercadista del interior del país, que consideró a las declaraciones de Braun “ totalmente ciertas”, aunque no dicha “de la mejor manera”.
De todos modos, no hace falta que los empresarios “confiesen” su política de precios; la Secretaría de Comercio Interior tiene una herramienta para seguir de cerca las actualizaciones. A través del Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA), creado en 2016 y ampliado en 2020, los comercios que realicen venta minorista de productos de consumo masivo deben informar diariamente los precios de venta al público. En la Secretaría de Comercio Interior señalaron a elDiarioAR que este sistema “sigue funcionando con normalidad” y, por lo tanto, las empresas (con excepción de las micro, pequeñas y medianas empresas) remiten diariamente declaraciones juradas con sus precios.
Fue a través de ese sistema que la Secretaría, entonces a cargo de Roberto Feletti, detectó en marzo pasado un salto en las remarcaciones tras el anuncio del presidente Alberto Fernández de que iniciaría una “guerra contra la inflación” y ordenó retrotraer los precios al nivel previo.
En este escenario de remarcaciones frenéticas Precios Cuidados —el programa insignia de la Secretaría de Comercio, vigente desde 2014— busca fijar algunos precios de referencia en cada categoría, marcar la pauta. Sin embargo, con aumentos autorizados para esos productos por debajo de la inflación, se acrecienta una brecha entre los bienes de Precios Cuidados y el resto de la oferta de la góndola, lo que genera problemas de desabastecimiento por dos vías: los consumidores se vuelcan masivamente a la compra de esos productos y, al mismo tiempo, la industria deja de entregarlos porque no les resulta rentable.
De acuerdo con la información oficial, la inflación de alimentos acumuló 28% en los primeros cuatro meses de 2022, cinco puntos porcentuales por encima del promedio general. El próximo martes se conocerá el índice de mayo, que el mercado proyecta en torno al 5,2%. El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó que el índice de inflación continuará en una —suave— tendencia descendente desde el pico de marzo pasado, pero insistió en que la tarea de tranquilizar los precios no le cabe solo al Gobierno.
“Bajar la inflación es una responsabilidad de todos”, dijo el ministro, y señaló que con esta expresión no pretende incluir a “el señor que vende botones en una mercería”. “Estamos hablando de los importantes dirigentes empresariales que también tienen que asumir la responsabilidad que les toca”, apuntó.
DT
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