Trump puede dejar cruda a Vaca Muerta, pero acelera al Fondo para prestarle US$20.000 millones a Milei

Si no fuera porque Donald Trump aceleró el nuevo préstamo que hoy aprobará el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) para su deudor preferido, la Argentina, cualquiera podría pensar que hace todo para perjudicar a su amigo Javier Milei. El presidente de Estados Unidos, la potencia con mayor poder de voto en el organismo, arrancó su gobierno el 20 de enero prometiendo “drill, baby, drill” (perforar, nena, perforar), en referencia a los pozos de petróleo, en lo que constituyó el abandono de la lucha contra el cambio climático y una promesa de mayor producción que comenzó a hundir la cotización del crudo.
El barril Brent, que es el de referencia en la Argentina, cotizaba a US$82 el 15 de enero. Bajó a US$75 para el 2 de abril, lo que Trump llamó Día de la Liberación, no por Malvinas sino porque impuso aranceles a todo el mundo para liberarse del déficit comercial de US$ 1,2 billones (el doble que el PBI argentino). Ante la guerra comercial que amenaza con provocar una recesión mundial que reduzca la demanda petrolera, el barril descendió a US$63. Para colmo, el 3 de abril el cartel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció un aumento de producción que fue interpretado como una maniobra de Arabia Saudita y Rusia de recuperar terreno el mercado mundial aún a costa de menores precios.
Uno de los consultores energéticos más consultados y cuatro de las petroleras más activas del país reconocen que si el precio baja un poco más, a menos de US$60, Vaca Muerta se puede poner cruda. No es que se paraliza todo, pero habrá equipos de perforación y fractura -el fracking es el método para romper esquisto en el subsuelo y liberar el petróleo y el gas a la superficie- que se detengan en áreas menos ricas y proyectos de inversión que tampoco se pongan en marcha allí. Por ahora el valor del Brent no detuvo nada, pero el consultor mentado advierte que, si en dos semanas continúa la baja, hay proyectos que pueden paralizarse por seis meses. Algo así arruinaría las expectativas del gobierno de Milei de levantar las cada vez más menguantes reservas del Banco Central con un superávit comercial energético de US$8.000 millones.
Pero el consultor aclara que no está en juego el largo plazo venturoso de Vaca Muerta. No importa que varias multinacionales se vayan en la era Milei, desde la norteamericana ExxonMobil, que ya vendió áreas a la local Pluspetrol, hasta la francesa Total, la noruega Equinor y la malaya Petronas, que pusieron otras en venta. Se van porque sus activos se valorizaron en este gobierno y tienen mejores pozos para explotar en otros países. Claro que el abaratamiento del crudo complica sus partidas.
El presidente de YPF, Horacio Marín, quiso ofrecer este miércoles un mensaje de tranquilidad al calcular que el petróleo debía bajar de US$40 o US$45 para dañar a Vaca Muerta, pero en las otras cuatro fuentes citadas advierten que ese es el nivel para paralizar hasta los yacimientos más productivos. Al día siguiente, en una asamblea de 20.000 integrantes del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, se aprobó la adhesión al paro general de este miércoles y su líder, Marcelo Rucci, prometió más ceses si no llegan soluciones a problemas insospechados en la tierra prometida del petróleo. Es que denuncian 700 despidos en diversas empresas, sueldos de algunos trabajadores de $500.000, multiplicidad de tareas que contravienen el convenio colectivo de trabajo pero que las petroleras fuerzan para bajar costos y tres muertos en operaciones el año pasado.

En una petrolera privada argentina admiten que la baja del barril trajo cautela a un sector que ya empezó a preocuparse con el drill, baby, drill. “Esto puede ralentizar proyectos porque habrá menores márgenes de rentabilidad, pero no va a parar Vaca Muerta. Se priorizarán los proyectos más rentables”, reconocen.
En otra empresa colega cuentan que la incertidumbre provocada por los aranceles de Trump detuvo decisiones de inversión hasta que se aclare si el petróleo seguirá descendiendo. Advierten que por los costos argentinos, con un peso oficial sobrevaluado hasta por lo menos el acuerdo de hoy con el FMI, conviene más importar crudo que producir en el Golfo San Jorge, entre Chubut y Santa Cruz, donde cada pozo cuesta US$30, frente a US$4 de Vaca Muerta. Por eso en los últimos años se han ido equipos de perforación del golfo a Neuquén. Por algo el mes pasado la compañía de servicios petroleros Halliburton despidió a 290 empleados en la cuenca chubutense-santacruceña, YPF se desprendió de sus áreas -vendió dos a Pecom, la firma de los Perez Companc, y el resto se los restituirá a las provincias- y Pan American Energy (PAE) opta por jubilaciones y retiros voluntarios para acotar el gasto de personal.
“Mientras, se demora el acuerdo con el FMI, se demora la salida del cepo cambiario, la lluvia de inversiones, como con (Mauricio) Macri, no llega porque no se sabe si el RIGI (Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones) se caerá si gana la oposición en 2027”, cuenta un ejecutivo petrolero de la zona. Y concluye: “Después de bajar el déficit fiscal no metiste más goles, hay riesgo de inflación, mientras esperan a elecciones legislativas de octubre”. En el mercado financiero hace meses ven que el gobierno de Milei ya no tenía más que ofrecer en términos de motosierra. Quizás con el pacto con el Fondo de hoy pueda tentarlos con una devaluación del peso, que traería dólares, pero también rebote inflacionario y de la pobreza.
“Nunca es bueno que baje el barril para una industria que necesita mucha plata”, reconocen en otra petrolera local. No sólo se abarata el crudo sino que los capitales huyen de mercados emergentes, con lo que se dificulta el financiamiento de inversiones en Vaca Muerta. “En lo inmediato no imagino una revisión de presupuestos, pero si vas a un barril de US$50, el segundo semestre queda en duda, con menos pozos y fracturas”, agregan.
No sólo para el petróleo el segundo semestre, el de las elecciones legislativas, promete ser gris. Una de las voces más escuchadas de la City pronosticaba que en 2025 la Argentina iba crecer el 4,5%, pero por rebote de la caída de 2024 y por arrastre de la recuperación iniciada a fin del año pasado, pero para diciembre preveía una expansión anual de sólo el 1%. Con la crisis aranceleria para diciembre calcula crecimiento cero. Ni el salario ni el crédito empujan. A su vez, por la perspectiva de una devaluación obligada por el FMI, barajaba un 35% o 40% de inflación en 2025. Como a las guerras comerciales le suceden guerras de monedas, en las que todos devalúan para mantenerse competitivos y seguir exportando, la predicción inflacionaria podría quedarse corta.

Este viernes, el directorio del Fondo aprobará el endeudamiento y se sabrá de cuánto será el primer desembolso y cómo seguirá el dólar oficial, que por ahora sólo sube 1% mensual. Se espera que de ahora en más flote dentro de una banda de máximos y mínimos, con ciertas divisas autorizadas para mantener el tipo de cambio en esa senda. A mayor flexibilidad cambiaria, mayor primera cuota del crédito. Entre los directores, los de EE.UU. y la Italia de Georgia Meloni están por la labor de dar a Milei lo que desea, pero Japón, Alemania, Brasil, España y Reino Unido plantean reparos sin dejar de autorizar el préstamo. Ninguno de ellos están por la alternativa de complacer a Trump, y algunos, como el brasileño y el español, recuerdan las diatribas de Milei contra sus presidentes, Luiz Inácio Lula Da Silva y Pedro Sánchez.
El presidente libertario viajó el miércoles a Asunción para convencer a su par paraguayo, el centroderechista Santiago Peña, de que cambiara su posición sobre el Mercosur. Peña venía compartiendo hasta el año pasado la idea de Lula de que el bloque debía negociar acuerdos comerciales en conjunto y no permitir que cada país teja pactos por separado, como quiere Milei con Trump o como pretendía el expresidente urguayo Luis Lacalle Pou con China. El sucesor de Lacalle, Yamandú Orsi, está con Lula. Pues Peña no cambió de postura pese a la visita kurepí (piel de cerdo, en guaraní, como llaman los paraguayos a los argentinos). Así lo confirmaron fuentes de la Cancillería paraguaya a elDiarioAR. Otro viaje en el que Milei no consigue lo que busca, como cuando quiso sacarse una foto con Trump mientras el presidente de la superpotencia se enemistaba con todo el mundo por los aranceles.
Pero por más de que no haya habido placa en Mar-a-Lago, el magnate republicano apoya al economista libertario y hasta envía de visita a su secretario del Tesoro, Scott Bessent. Lo que no puede evitar es que el FMI le pida, a cambio del crédito, un nuevo régimen cambiario. En los mercados estarán pendientes de si además el ministro de Economía, Luis Caputo, explicita metas monetarias y de inflación, y si sube la tasa de interés o si deja todo librado a la especulación de los inversores financieros. Si reina la desorientación, cualquier suba del dólar oficial impactará en la inflación que Milei y Caputo quieren bajar para los comicios. Mientras, se descarta que el préstamo dispare un rally en los bonos y las acciones de la Argentina porque Trump ha trastornado tanto el mundo que los capitales huyen de los mercados emergentes.
La economía real muestra signos de mayor preocupación. Las industrias van mal y los supermercados también. En la Unión Industrial Argentina (UIA) a fin de mes asumirá como presidente Martín Rappallini, un fabricante de cerámicas con cintura política pero que buscará retrucar con números los ataques de Milei y su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, a las fábricas. “Hay inquietud porque abren la economía sin bajarnos los costos”, comentó un dirigente de la UIA, que este martes reclamó protección contra los productos chinos que pueden llegar a estos puertos ahora que no encuentra hueco en el país del norte. “Es más, suben los costos y a todas las empresas les está yendo mal. Hay despidos, pero no salen en los diarios”, cuestionó. Mientras otros países tomaban represalias contra EE.UU. por los aranceles o buscaban negociarlos, Sturzenegger siguió eliminando barreras antidumping contra las importaciones.
En los súper, las ventas cayeron 7% en marzo con respecto al mismo mes de 2024. Es decir, se siguen bajando subsuelos. Abril no viene mucho mejor. La gente necesita más al pago de tarifas de servicios públicos y de alquileres y por eso destina menos al changuito. No por nada las cadenas desoyen aquel pedido de Caputo de hace un año de que dejaran de ofrecer descuentos del 50% en la segunda unidad y los aplicaran en la primera. No tienen cómo sacarse la mercadería de encima.
AR/MC
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