Las fotos de Fabiola Yañez y una decisión a contramano
Desde que se conoció la denuncia por violencia de género contra Alberto Fernández, asistimos a la exhibición espectacularizada de la situación que atraviesa la presunta víctima, Fabiola Yañez. Lo entendemos: la noticia interesa, tiene relevancia pública en tanto involucra a un mandatario de la más alta jerarquía y las preguntas a resolver son muchas. Y el morbo opera. Desde hace días, circulan versiones de la existencia de chats y fotos espeluznantes, que ayer por la noche se conocieron.
La primera reacción que tuvimos fue publicarlas. Como tantas otras veces, en medio de la urgencia y el fragor de las noticias, teníamos que tomar una decisión. Consideramos, entonces, que aportaban información valiosa, un indicio contundente de la presunta violencia ejercida contra una mujer por parte de un expresidente cuando estaba en funciones.
Como en un loop, las fotos de Fabiola Yañez con un ojo y un brazo morado se repetían en los canales de televisión, la mayoría de las portadas digitales y se viralizaban hasta el infinito en redes sociales.
¿Había alguna razón por la cual elDiarioAR debía retirar esas fotos de su edición, fotos que ya eran conocidas hasta el hartazgo? La respuesta es sí.
Pasada esa primera reacción de publicar las fotos, de replicar esa primicia que desde hacía días se esperaba, entendimos que no es necesario mostrar el espanto para creerle a una mujer que denuncia haber sido violentada. Que más allá del interés que generen, la difusión de ese tipo de imágenes pone el foco en la víctima y, lo que es central, la expone sin su consentimiento: la revictimiza.
Las fotos muestran, además, sólo un costado de la violencia de género, el de los golpes, pero esconden algo mucho mas complejo: el del sufrimiento y el miedo de la víctima, algo que describió la propia Yañez al denunciar a su expareja cuando lo acusó de ejercer “terrorismo psicológico”.
Hacer un diario es una tarea apasionante que implica decisiones difíciles. Los acontecimientos no piden permiso ni esperan los tiempos que requiere una reflexión meditada de la edición.
Dentro del equipo de elDiarioAR tenemos puntos de vista distintos, discutimos, disentimos, a veces nos peleamos. Nos permitimos hacerlo todos los días puertas adentro y lo hacemos también ahora frente a nuestra audiencia. Es parte del proceso y a veces nos equivocamos, tratamos de corregirnos y seguimos adelante.
Anoche también apareció un video privado del expresidente junto a Tamara Pettinato. Se trata de una filmación en Casa Rosada que, en principio, se supone no corresponde al tiempo de restricciones por la pandemia. Es decir, que se mostraba un encuentro privado entre dos adultos que no infringían ninguna ley, pero que, una vez conocido, forma parte de la conversación de la sociedad y tal vez incluso aporta algo de contexto a la conducta del expresidente. Por eso consideramos que era necesario consignarlo: nuestro silencio no cambia la discusión pública, sí nuestra manera de participar de esa discusión. Consignamos entonces la noticia, pero sin publicar el video y, sobre todo, sin cargar las tintas sobre la mujer de la escena. Pettinato es solo una invitada del Presidente a su despacho, ése en el que se toman las decisiones más trascendentes de la Argentina, pero que fue utilizado también como espacio de brindis y chichonería por parte del primer mandatario.
Como dejamos claro en nuestro momento fundacional, en elDiarioAR defendemos los derechos de las mujeres y buscamos que esa mirada esté detrás de todo lo que hacemos. Encontrarán textos diversos que aportan, desde nuestro foco, a las discusiones de estos días. No encontrarán las imágenes que deliberadamente muevan el reflector y quiten la atención sobre quien tiene la responsabilidad.
Por ese motivo, decidimos retirar las fotos de las lesiones en el cuerpo de Yañez de nuestra edición.
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