No es la economía, estúpido: es la distribución
Nos hemos cansado de escuchar que Trump ganó por culpa de la economía y que se repita ad nauseam la frase del título, bastante alejada del contexto en que fue dicha por Clinton a Bush padre en 1992. A propósito de que el éxito global de Estados Unidos no le importaba al votante.
Para esta elección y varias más, es clave entender qué rol tiene y cómo se percibe la macroeconomía. Así, aún cuando la macro funcione bien con una baja inflación, con un muy buen crecimiento y con un desempleo muy bajo (como pasa en Estados Unidos), una parte cada vez más grande de los votantes quiere algo más concreto y personal. Quieren ver mejorar su situación particular, percibir que su ingreso disponible mejora. No tener que seguir tomando deuda para mantener su patrón de consumo actual.
Esa insatisfacción con una economía que anda muy bien, pero no los satisface en lo personal, es fruto de un sistema que hoy distribuye mucho más asimétricamente que antes los ingresos que genera la economía. Los demócratas manejaron bien la macroeconomía y las políticas de la nueva izquierda moderada, pero se ve que no alcanzó.
Hay un descontento sistemático de las clases medias y bajas que se vuelca en los opositores que prometan contundentemente estar mejor rápidamente. Los populistas de derecha parecen más creíbles y eficientes al vender sus promesas. Si son ricos mejor, porque supieron cómo hacerlo.
En un mundo con cada vez menores fidelidades partidarias o ideológicas, eso volatiliza mucho el voto de una amplia mayoría que vota por uno y luego, por el contrario. Así, primero votaron por Trump, luego por Biden y ahora por Trump.
La “democracia sin ideologías” es una democracia volátil. Un mercado persa donde cada uno elige la mejor oferta de ese día. Lo cual es un gran problema para la dinámica económica de largo plazo. A propósito, con todo esto en occidente más la excepcionalidad de China, hay que reconsiderar las conclusiones de Acemoğlu y colegas receptores del último premio Nobel.
¿Qué va a (poder) hacer Trump con esta demanda de sus votantes?
Hay un gran debate sobre cómo un programa proteccionista basado en aranceles, cuotas y subsidios afectará a la economía de Estados Unidos. Sumado a restricciones a la inmigración que daban dinamismo al mercado laboral.
Esto implica una devaluación del tipo de cambio real efectivo (corregido por aranceles). Mayores costos y más inflación al inicio del proceso estarán presentes. Mayor inversión en Estados Unidos también. Son los dueños de la cancha en ese juego. Adicionalmente, la política fiscal prometida de bajar impuestos directos o es deficitaria o se compensa con impuestos al consumo, que son inflacionarios también.
Lo que seguiría, no lo sabemos. Si una FED independiente sigue la lógica actual, ante una suba de la inflación debería subir la tasa. Salvo que considere que el incremento de la inflación por mayores costos es muy transitorio. O que le preocupe mucho la dinámica de la deuda pública si enfrenta una tasa más alta. Tampoco sabemos si el resto del mundo va a contrarrestar la devaluación del dólar con sus propias devaluaciones.
¿Cómo va a hacer Trump para que muchos de sus votantes “volátiles” perciban una mejora en sus ingresos reales, respecto a Biden que dejó una vara muy alta?
Dado que, inicialmente, no hay lugar para la redistribución en su esquema económico, realmente creerá que el “efecto derrame” se encargará de todo.
¿O descubrirá por necesidad las virtudes de la política social?
JC/JJD
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