El poder de Bullrich en La Libertad Avanza: una jugadora sin afiliación, pero con peso propio

En el universo político que rodea a Javier Milei, los límites entre lo orgánico y lo periférico son difusos. Mientras La Libertad Avanza intenta consolidarse como partido político, surgen figuras que, sin ser parte estructural del espacio, juegan un rol clave en el día a día del oficialismo. En el centro de esa dinámica, sobresale una: Patricia Bullrich, ministra de Seguridad Nacional y, de forma cada vez más evidente, una aliada estratégica de Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia y cerebro detrás del armado libertario.
La relación entre Bullrich y el espacio violeta dejó de ser una mera alianza política y de gestión para pasar a convertirse en un vínculo crecientemente orgánico. Este jueves, Milei visitó el Ministerio de Seguridad y, en un gesto cargado de simbolismo, posó junto a la ministra en distintas fotos dentro del edificio de la cartera, situado en el barrio porteño de Recoleta. La postal dejó un mensaje claro: la injerencia de Bullrich en La Libertad Avanza es imparable, y su salida definitiva del PRO solo cuestión de tiempo.
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Lejos de bajar el tono, Bullrich se encargó de avivar aún más el fuego en declaraciones a Radio Rivadavia, donde no perdió la oportunidad de marcar diferencias con su viejo espacio, al que formalmente todavía pertenece. “El ciudadano que vota el PRO quiere ver a sus dirigentes apoyando al Gobierno, no mirándole el pelo al huevo”, lanzó sin filtro en plena interna del partido amarillo, dejando expuesta la falta de rumbo y de liderazgo en el espacio.
Además, en relación a su posible salto formal a La Libertad Avanza de cara a las elecciones de este año, afirmó que “es un tema que todavía no hemos hablado, pero la pertenencia al gobierno me da una pertenencia completa al proyecto”. Y remató: “Esos papeles [de afiliación] pueden ser importantes o no, porque yo soy parte completa de este proyecto. Tengo total afinidad, y estoy empujando el carro además”.
Esta última frase dejó un mensaje que resonó como un cañonazo en las oficinas del partido que lidera Mauricio Macri, que ahora enfrenta un éxodo masivo. Según Bullrich, dirigentes del PRO, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, “están haciendo acuerdos territoriales con La Libertad Avanza y ya directamente pasan a ser parte”. Todos los ojos están puestos ahora en la cumbre partidaria que se realizará este lunes 17 en el barrio porteño de San Telmo. Allí, Cristian Ritondo y Diego Santilli intentarán negociar un acuerdo electoral con los libertarios, aunque el terreno parece cada vez más inclinado hacia el lado de Milei.
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Más allá de la buena voluntad inicial, desde la Casa Rosada se exige al partido amarillo gestos claros de alineamiento con el horizonte libertario. Los que rodean a Milei buscan algo más que críticas al Gobierno: esperan coherencia y prácticas que demuestren compromiso. “Primero debiéramos tener una definición del PRO, porque hasta ahora no se sabe bien si coinciden o no con nuestra agenda”, deslizan en los pasillos de Balcarce 50.
Cerca de Presidente incluso se quejan de la contratación de Antoni Gutiérrez-Rubí, exasesor de Sergio Massa y detractor del Gobierno, por parte del jefe de Gobierno porteño de Jorge Macri. Este gesto, calificado como una “declaración de guerra” por parte de los libertarios, que acusan al “catalán” de haber colaborado en la “campaña sucia” contra Milei de 2023, tensó aún más el vínculo con el primo del expresidente, quien mantiene un trato diplomático con La Libertad Avanza.
Dentro de este marco, también sobresale el foco del oficialismo en priorizar a los propios. La estrategia libertaria exigiría que los candidatos que encabecen listas sean “libertarios pura cepa”, lo que responde tanto a la fidelidad ideológica como a mediciones que muestran el escaso aporte electoral del PRO. “En términos de puntos no nos suman nada las figuras del PRO”, confesó un libertario, dejando en claro que cualquier acuerdo dependerá de lo que cada cuadro amarillo pueda garantizar en términos territoriales y electorales.
Armado político
El operativo “Bullrich-Libertaria” está en marcha y lejos de detenerse. Este mismo jueves, el diputado bullrichista Damián Arabia, que todavía forma parte del bloque PRO, se reunió a solas con Milei en la Casa Rosada. Según trascendió, fue el propio Presidente quien lo invitó a su despacho tras su discurso en la Cámara baja por la media sanción de Ficha Limpia. Arabia, que ya suena como una ficha clave en el armado libertario, es apenas uno de los tantos cuadros del PRO que están considerando dar el salto.
En esa línea, la ciudad de Buenos Aires ya había sido escenario de un golpe maestro con sello “karinista”. Tres legisladores porteños del PRO —Juan Pablo Arenaza, Silvia Imas y María Luisa González Estevarena— abandonaron el espacio amarillo para unirse a La Libertad Avanza. Esta jugada, orquestada por Bullrich y la secretaria general de la Presidencia, fracturó el bloque del PRO y dejó a Macri en jaque, luchando por mantener lo que queda de su partido.
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El impacto de esa alianza también se sintió en Santa Fe, donde Bullrich y Karina Milei lograron desplazar a Santiago Caputo, el asesor presidencial, en el armado de listas para las elecciones provinciales. “El Jefe” se aseguró que los nombres propuestos respondieran a su visión estratégica, dejando fuera de juego a Caputo y consolidando aún más su poder interno. Un choque que refleja una puja subterránea dentro del oficialismo: mientras Karina apuesta por construir liderazgos locales y expandir el poder territorial, el estratega todoterreno insiste en desentenderse de las disputas provinciales y centrarse exclusivamente en la figura de Javier Milei.
La tensión latente puertas adentro del “triángulo de hierro”, sumada al creciente protagonismo de Bullrich, promete seguir marcando el pulso político del oficialismo. Por ahora, la ministra de Seguridad juega desde los márgenes, pero su capacidad para sumar dirigentes y construir poder dentro del esquema oficialista la convierte en una pieza indispensable para el futuro de La Libertad Avanza. Más aún, si finalmente se concreta su afiliación al partido, lo que abriría un nuevo capítulo en su camaleónica carrera política. “Nada le gusta más a Patricia que traicionar y cambiarse de bando”, deslizaban esta semana desde un sector del PRO.
Pero la exministra de Trabajo de Fernando De la Rúa no mide costos, y eso la hace impredecible. Mientras algunos especulan, ella “empuja el carro”, como bien dijo. En un gobierno donde las lealtades son tan fluctuantes como las intrigas, Bullrich está demostrando que no necesita pertenecer para influir. Y si alguien lo duda, solo tiene que mirar la foto con Milei en la terraza del Ministerio de Seguridad: dos aliados que ya no esconden su jugada.
PL/DTC
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