Capital Humano, el proyecto más ambicioso de Milei que puede terminar en fallido
Cuando en la década del 60 el economista estadounidense Gary Becker acuñó la noción de “capital humano” posiblemente no imaginó que llegaría un día en que ese concepto se convertiría en tapa de los diarios de la Argentina, un país que supo visitar en varias oportunidades. Menos que menos se le habrá cruzado por la cabeza que, sesenta años más tarde, la gestión de un ministerio inspirado en sus postulados teóricos pudiera llegar a verse jaqueado por tanta negligencia propia, como para fallar en una política tan necesaria como elemental: el reparto de alimentos que se encuentran acopiados en un galpón.
Hace seis meses que Sandra Pettovello debe lidiar en su cabeza con la decisión de haber aceptado la propuesta laboral que le hiciera su amigo, el hoy presidente Milei. “Javier me dijo si quería trabajar en un posible futuro ministerio de Desarrollo Social. Le dije que sí, porque no pensé que iba a llegar tan lejos como está llegando hoy”, se sinceró, durante una entrevista previa a su asunción, la actual titular de Capital Humano, la cartera más voluminosa que tiene el gobierno de La Libertad Avanza. Faltaban pocos días para su desembarco en el poder y Pettovello admitía, muy suelta de cuerpo, que se enteró tardíamente que en ese ministerio que Milei le ofrecía encabezar “iban a estar cuatro en uno”. Por eso debe haber sentido alivio cuando supo que Salud, a diferencia de lo especulado en un principio, finalmente mantendría el rango ministerial.
Desde el primer día de gestión que Pettovello, una licenciada en Familia de 56 años sin experiencia previa en la cosa pública, hace equilibrio sobre una estructura elefantiásica que evidentemente la desborda. A su cargo no solo está la política social del Gobierno, hoy nucleada en la malhadada Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia. Además de organismos claves como la ANSES o el PAMI, bajo la órbita de Capital Humano también se encuentran los temas laborales y educativos, como quedó expuesto durante la polémica por el presupuesto universitario que derivó en una masiva movilización.
Es que, aunque Milei se encargue de definirla en público como “la mejor ministra en el área social desde el regreso de la democracia”, no son pocas las voces al interior del oficialismo que critican la “falta de tacto” de Pettovello y su notoria “improvisación” en muchos de las cuestiones con las que debe lidiar cotidianamente. Un clima de opinión cada vez más palpable, pero que al Presidente parece importarle poco: nada indicaría que el organigrama original del ministerio más ambicioso que supo idear el líder de La Libertad Avanza vaya a sufrir próximas modificaciones.
Mientras tanto, los problemas se acumulan uno detrás de otro puertas adentro del histórico edificio ubicado en 9 de Julio y Moreno. Con denuncias que van y que vienen, hasta ahora son más de 30 los funcionarios desplazados en la cartera comandada por Pettovello. Una sangría de la que tampoco escapa el resto de las áreas del Gobierno, pero que en el Ministerio de Capital Humano se hace notar con particular fuerza.
Uno de los problemas que amenaza desde el vamos el día a día de Pettovello es la cantidad de personal que carece de una designación formal. Según argumentan en el propio Gobierno, algunos de los nombres de “caídos” que trascendieron a la prensa en los últimos meses en realidad nunca habían sido confirmados en sus cargos. De hecho, a ese dato echa mano el entorno del apuntado exsecretario de Niñez y Familia, Pablo De la Torre, al momento de responder las acusaciones por presunto desmanejo de contratos y sobresueldos a través de los convenios con la Organización de Estados Iberoamericana (OEI): reconocen que recurrían a ellos, en una maniobra “válida y legal”, debido a la falta de celeridad para normalizar la situación laboral de varios de los integrantes de los equipos de trabajo.
El caso De la Torre, sin embargo, no hizo más que confirmar lo evidente: lo que abunda en los pasillos del Ministerio de Capital Humano son las intrigas. Hasta hace menos de dos semanas, el enemigo público de la ministra Pettovello era ni más ni menos que el exjefe de Gabinete Nicolás Posse. El capítulo más resonante de esa interna silenciosa tuvo lugar en febrero y fue la salida intempestiva de Omar Yasin de la Secretaría de Trabajo tras ser responsabilizado por la suba del 48% del sueldo del Presidente. Abogado laboralista, con pasado en el gobierno de Mauricio Macri y un vínculo por demás estrecho con la ministra de Capital Humano, Yasin fue apuntado públicamente por el propio Milei como el supuesto único responsable del aumento que, según lo estipulado, debía recibir en su bolsillo. En su lugar asumió Julio Cordero, un ex Techint de buena sintonía con la otrora escudería Posse, hoy caída en desgracia.
En aquel primer intercambio de principios de 2023, Milei no solo le habría propuesto a Pettovello ocupar el cargo que hoy ostenta. Según relató la propia ministra, el libertario también le consultó su opinión acerca de un eventual cambio de nombre para la cartera que encabezaría en caso de que La Libertad Avanza se alzara con el triunfo en las elecciones. “'¿Te gusta Capital Humano?”, dijo que le preguntó el actual presidente, a lo que ella respondió que le “encantaba”, justamente por la referencia a Gary Becker y su teoría centrada en las “capacidades productivas” del individuo.
¿Pero cómo se explica la defensa acérrima que hace el Presidente de un ministerio que, a todas luces, le sería dificultoso de manejar hasta al más avezado funcionario? Sin razón para justificar el empecinamiento, la respuesta a ese interrogante cae de madura: a Milei lo mueve, sobre todo, la seguridad que le otorga su marco teórico. Las desventuras de Pettovello serían otra consecuencia descarnada de su tendencia natural a aferrarse a aquellas lecturas que alguna vez lo deslumbraron, pese a que en la práctica los frutos estén lejos de ser los que se esperaban.
PL/MG
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