Después de seis meses, el Gobierno consiguió aprobar la ley Bases y el paquete fiscal
El Gobierno logró finalmente esta madrugada tener sus “herramientas”. La ley Bases y el Paquete Fiscal pudieron convertirse en ley, no sin un final agónico en la definición del tema del Impuesto a las Ganancias en el que finalmente el oficialismo mantuvo su texto y lo reimpuso.
Respirará aliviado el eje oficialista (LLA-PRO), por haber conseguido una diezmada ley seis meses después de su presentación, pero más aun la oposición dialoguista que le dará gobernabilidad a Milei y evitará el ser apuntada por el dedo acusador del Ejecutivo en caso de que las políticas económicas y políticas oficiales naufraguen.
Después de 13 horas de sesión, la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos consiguió los 147 votos positivos que necesitaba para su aprobación. En contra, votaron 107 diputados, otros dos se abstuvieron.
Para la aprobación, fue clave el apoyo de los legisladores del PRO, la mayor parte del radicalismo y de Hacemos Coalición Federal, además de los de Innovación Federal, la Coalición Cívica y otras fuerzas minoritarias. Como era de esperar, en contra votaron el bloque de Unión por la Patria, el Frente de Izquierda y los dos diputados socialistas de Santa Fe.
Con 134 votos afirmativos, 118 negativos y tres abstenciones, el oficialismo consiguió la sanción definitiva de todo el paquete fiscal, que comprende la reposición del impuesto a las Ganancias para trabajadores que ganen una remuneración mensual bruta de $1.800.000, la reforma del impuesto a los Bienes Personales, que reduce las alícuotas de este tributo, un blanqueo de capitales, una reforma del monotributo y una moratoria impositiva.
“Es el fin de la historia de las megaleyes, ojalá sea así”, refirió el histórico Miguel Pichetto, presidente de Hacemos Coalición Federal, para cuestionar el formato utilizado por el Gobierno para presentar el proyecto. También celebró el fin del “desgaste”, en alusión a los 180 días de debate parlamentario.
En ley Bases se aceptaron los cambios aportados por la Cámara alta, por lo que no están contempladas las posibles privatizaciones de Aerolíneas, el Correo y RTA.
A cambio, el oficialismo ganó una importante flexibilización laboral, algunas facultades delegadas para reconfigurar el Estado –a gusto del Ejecutivo– y el Régimen de Inversiones (RIGI), a fin de cuentas, el capítulo que más le interesa.
“Esta ley le permitirá destruir al Estado”, advirtió ya en el discurso final el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, luego de hacer referencia a las diferencias entre el megaproyecto que el Ejecutivo había ingresado originalmente y el que finalmente se terminó aprobando pero que, de todos modos, le permitirá al Gobierno hacer profundas transformaciones.
Qué pasó con el paquete fiscal
La ley Fiscal se votó en cuatro pasos: primero se votó un artículo sobre gastos tributarios, luego se aprobó la insistencia en la reposición del impuesto a las Ganancias para trabajadores que ganen una remuneración mensual bruta de más de $1.800.000 y se siguió con la reforma del impuesto a los Bienes Personales que incluye una rebaja de alícuotas. Para el final quedó la aprobación del resto del paquete fiscal, que comprende entre otros puntos un blanqueo de capitales, una reforma del monotributo y una moratoria impositiva.
La sanción definitiva de estas dos iniciativas representa un hito y una bisagra en la gestión del líder libertario por el volumen de reformas que contiene cada una de ellas, y fundamentalmente por el mensaje político que irradia hacia los actores económicos que están escrutando el devenir del país.
En un escenario de semejante inestabilidad económica, con el riesgo país disparado, las acciones y bonos argentinos en picada y el dólar paralelo en valores récord, la noticia de que el Gobierno logró amansar al sistema político mediante acuerdos parlamentarios que cristalizaron en leyes insignia; no es poca cosa para Milei y un Gobierno que navega en la oscuridad sobre aguas inciertas.
Un camino largo
La gesta del Gobierno había empezado con tropiezos, luego de que fracasara en su primer intento de aprobar una mega ley ómnibus presentada en diciembre con 600 artículos. Luego de pasar por muchos filtros, que fueron desmalezando la redacción sucesivamente en Diputados y en el Senado a instancias de la oposición dialoguista, el texto de la ley Bases avalado en ambas cámaras quedó reducido a la mitad.
Sin embargo, en la versión original no incluía la reforma de modernización laboral, que entre otros aspectos reduce o elimina multas por no registración y amplía el período de prueba que actualmente es de tres meses y lo lleva a un rango de entre seis y 12 meses dependiendo del tamaño de la empresa u organización.
Quedaron afuera del recorte la eliminación de la moratoria previsional, por lo que el régimen especial que permite regularizar deudas previsionales y otorgarles la jubilación a personas que no llegaron a los 30 años de aportes al SIPA seguirá vigente.
Con estas dos leyes emblemáticas bajo el brazo, Milei encabezará el mentado “Pacto de Mayo” el próximo 9 de Julio en Tucumán, en ocasión del Día de la Independencia.
Tras haber acusado de “nido de ratas” al Congreso y de defenestrar a la oposición dialoguista en reiteradas ocasiones con improperios de la misma naturaleza, la escenificación a toda pompa que Milei prepara para esa fecha será su forma de cerrar las heridas, pasar de página y coronar este proceso que costó seis meses de desgastantes negociaciones.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, fue el artesano de esos acuerdos y fue espectador de lujo de la sesión desde el palco del recinto, donde se sentó junto a la secretaria general de Presidencia y hermana del presidente, Karina Milei.
Tampoco se perdió el “last dance” de la Ley Bases la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien arribó con séquito de custodios y asesores, y otros dos negociadores clave como el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y la secretaria de Planeamiento Normativo, María Ibárzabal.
El debate en el recinto
Al abrir la discusión, el presidente de la comisión de Legislación General e miembro informante del oficialismo, Santiago Santurio (LLa-Buenos Aires), se quejó de que recién luego de seis meses se está aprobando la primera ley del gobierno de Javier Milei.
El presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, José Luis Espert (LLA-Buenos Aires), afirmó que la ley Bases “viene a plantear un punto de inflexión y un nuevo horizonte para nuestro querido país”.
Sostuvo que “es imperioso” avanzar con la aprobación definitiva de la norma para “crear las condiciones de un país próspero” y “para salir del pozo en que nos hundió el kirchnerismo”.
Por su parte, el diputado nacional de Unión por la Patria Aldo Leiva calificó de “engendro” a la de Ley Bases y al Paquete Fiscal, y propuso renombrar el “Pacto de Mayo” al que convoca el presidente Milei como “Pacto de Cipayos”.
En tanto, la diputada nacional del PRO Silvia Lospennato defendió la legalidad del tratamiento de la restitución del impuesto a las Ganancias y la reforma de Bienes Personales, dos capítulos que habían sido rechazados en el Senado, y cuestionó la estrategia de judicialización que prepara un sector de la oposición.
“Lo que no pudieron en las urnas y la casa de las leyes pretenden conseguirlo en los estrados judiciales. ¿Pero saben qué? Van a correr la misma suerte que corrieron hasta ahora”, advirtió.
Desde la UCR, el diputado Lisandro Nieri destacó los aportes realizados por los senadores RIGI, ya que “son superadores”, pero se quejó de que se haya sacado de la lista de privatizaciones a Aerolíneas Argentinas, Radio y Televisión y Correo Oficial.
“Nos queda el sinsabor de haber restado empresas, habíamos quedado en 9 empresas sujetas a privatizaciones, y a nuestro entender esas nueve empresas era algo absolutamente razonable”, indicó.
Por su parte, la diputada Florencia Carignano (UP-Santa Fe) dijo que la ley que se iba a aprobar es un “industricidio” ya que el RIGI es “la entrega de los recursos naturales a cambio de nada”.
A su vez, el diputado del Frente de Izquierda Alejandro Vilca, señaló: “Dijeron que iban contra la casta, pero utilizan los mismos métodos de la casta: la compra de votos y atacando a los trabajadores”.
“El de hoy es un día histórico”, remarcó el libertario Santiago Santurio en su debate ante el plenario, en tanto que su par de Unión por la Patria, Cecilia Moreau consideró que “hoy es un mal día para los argentinos”. Por el andarivel del medio, el cordobés Osacar Agost Carreño, de Hacemos Córdoba Federal, celebró: “Lo que queda de este debate es que el oficialismo aprendió a negociar”
Más allá de que desde el oficialismo aclararon insistentemente que la de hoy no era una jornada para debatir sobre el contenido de fondo de los proyectos sino para justificar porque se aceptaban o no los cambios hechos por el Senado, finalmente esos análisis se colaron en el debate.
También, con más lógica, se consumieron muchos minutos en discursos que versaron sobre las interpretaciones reglamentarias por las cuales se intentaban poner de relieve las facultades de cada Cámara en esta controvertida instancia de sanción de las leyes.
La cuestión fue si se podía insistir con el texto de Diputados en los puntos rechazados por el Senado, como Bienes Personales o Ganancias. Obviamente, no se llegó a ningún acuerdo.
Los puntos de vista ya habían sido sopesados el martes en las reuniones de comisiones que dictaminaron sobre el tema y de las que surgieron, como concreta, la posibilidad de que se judicialicen algunos puntos de los proyectos.
Lo ratificaron en los discursos de este jueves diputados de Unión por la Patria y lo dio por asimilado la legisladora del PRO –y aliada de LLA– Silvia Lospennato, que con su experiencia en la Cámara termina resolviendo en cada sesión las cuestiones reglamentarias ante las vacilaciones de los novatos libertarios.
En su discurso también le advirtió al oficialismo “Esperamos que el esfuerzo que están haciendo los jubilados y la clase media, ayude a salir adelante; no podemos permitirnos tirar a la basura ese esfuerzo” y pidió: “que se reparta mejor el costo de este proceso”.
Ambos proyectos se tramitaron en un solo debate, es decir que los discursos de los diputados abarcaron todos los temas, aunque las cinco votaciones previstas para el final se hicieron por separado.
En la primera etapa de la sesión, las cuestiones de privilegio fueron las protagonistas: Desde Unión por la Patria y la izquierda cuestionaron la represión policial en las inmediaciones del Congreso de hace dos semanas, cuando el Senado debatía la Ley Bases.
“Fuimos severamente y arteramente reprimidos por una patota de la Prefectura Naval Argentina, comandada por Patricia Bullrich desde la sala de situación del Ministerio de Seguridad”, remarcó el chaqueño Juan Pedrini en su discurso.
También hubo repudios de la mayoría de las bancadas sobre el intento de Golpe al sistema constitucional en la República de Bolivia.
En una decisión que generó controversias, los diputados de Unión por la Patria, y algunos de otros espacios, pusieron en el frente de sus bancas fotos con la imagen del niño correntino Loan –desparecido hace 14 díás– y pidiéndole que se llame al número 134 si se conoce algún dato.
“Lo hacen por pura especulación política”, espetó el macrista Hernán Lombardi en un renovado capítulo de su cruzada ‘anti-K’. “No lo hacemos con mala leche, no estamos responsabilizando a nadie, solo pusimos la foto de Loan”, le respondió el presidente del bloque UP, Germán Martínez.
En el andar de la extensa sesión -a las 23 llevaba más de 10 horas- mientras la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el ministro de Interior, Guillermo Francos y la vicepresidenta Victoria Villarrruel llegaron hasta la Cámara baja para seguir en directo los acontecimientos.
Mientras tanto, pasadas las 21, dentro del oficialismo se vivían momentos de nerviosismo al ir revelándose las posiciones de algunos diputados en contra de apoyar la restitución del Impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría.
Uno de los más vehementes fue el chubutense Jorge Ávila, de HCF y del sindicato de Petroleros: “Es muy difícil exponer después de este acuerdo de los gobernadores, también, como responsables de –la restitución– del Impuesto a las Ganancias”
“Este acuerdo va a romper una paz social que se construyó durante años, porque no podemos permitir que un petrolero sea obligado a pagar solo por el hecho de trabajar. Y se nos ha prometido un acuerdo, pero no está escrito, no está hablado, así que lo votaremos negativamente, reveló.
En defensa de la aplicación del Impuesto, el oficialista salteño Carlos Zapata, argumentó: “Es necesario reinstalar Ganancias porque es equitativo; el salario promedio en RIPTE es 800.000 y en el NOA 600.000; y el mínimo no imponible por esta ley se fija en un millón ochocientos mil. No es confiscatorio, y las provincias necesitan recuperar coparticipación”.
Más allá de estas cuestiones puntuales, la sesión trascendía sin mayores sobresaltos, con discursos más y menos interesantes, un poco poniendo de manifiesto el hartazgo de los diputados por tener que estar debatiendo nuevamente sobre estos temas, tras seis meses de idas y vueltas en su derrotero legislativo.
LF/MG
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