El Gobierno acusa el golpe y se ataja al reafirmar su “defensa” de la educación pública
Aunque la primera reacción de Javier Milei fue volver a echar mano al mentado “principio de revelación”, en Casa Rosada acusaron recibo tras la masiva Marcha Federal Universitaria de este martes en Buenos Aires y en distintos puntos del país. Pese a que se reforzó la estrategia discursiva de dividir las aguas entre estudiantes que se expresaron “legítimamente” y sectores “políticos” interesados, el vocero presidencial Manuel Adorni debió salir a subrayar como nunca antes que su gobierno es “uno de los mayores defensores de la educación pública”. Un mensaje diametralmente opuesto al enviado ayer, cuando hizo alarde de los “beneficios” que podría traerle la convocatoria al oficialismo.
El portavoz ratificó esta mañana que “jamás va a estar en la agenda del Gobierno cerrar una universidad pública”, al tiempo que remarcó la importancia de las auditorías sobre los fondos como parte de la defensa del sistema educativo. Sin embargo, a Adorni no le quedó otra que “felicitar” a los manifestantes que se expresaron “en paz y dentro del marco de lo que todos los argentinos pretendemos”. Y aclaró la intención oficial de que “el dinero público sea destinado a donde corresponde y que le llegue al alumno”. “Que alguien se niegue a una auditoría que va a transparentar la gestión a los ciudadanos, nos parece increíble”, insistió durante su conferencia matutina.
Un dato sorprendió a los funcionarios de La Libertad Avanza: el carácter extremadamente transversal de quienes se manifestaron en defensa de la educación pública, una causa considerada “noble” por Milei, pero que en otras oportunidades no dudó en calificar como un “lavado de cerebro”. “No vamos a ser cómplices del negocio que algunos hacen con la universidad pública. Vamos a garantizar los fondos para el funcionamiento de las universidades y vamos a auditar cómo se utilizan esos fondos”, enfatizó el Presidente en una publicación de su cuenta de X, luego de su posteo de anoche, en el que publicó una foto de un león sosteniendo una taza con la leyenda “Lágrimas de zurdos”.
Quien tampoco pudo quedar indiferente ante la magnitud del mensaje que dio ayer la calle fue la vicepresidenta Victoria Villarruel. “Soy hija de la universidad pública”, comenzó su mensaje en la red social X. “Ayer al ver la marcha multitudinaria, pensé en que está muy bien luchar por la Universidad pero de calidad, libre, y para todos, donde pienses y no te bochen por decir lo que pensás”, continuó la titular del Senado en un escrito en el que remarcó que la educación pública “es un derecho”, pero al igual que Milei puso el foco en la auditaría de sus fondos. “Garantizar transparencia una obligación”, remató.
Es que, más allá de los posicionamiento públicos de las principales figuras del oficialismo, la demanda de actualización del presupuesto de la educación superior continúa en el centro de la escena. Todos los ojos se posan ahora sobre el principal interlocutor del Gobierno con las universidades, Alejandro Álvarez, el subsecretario de Asuntos Universitarios. Él había sido el encargado de convocar a los rectores nucleados en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para una reunión que se haría el próximo 30 de abril, pero que todavía no fue confirmada oficialmente.
En el oficialismo repiten que el tema presupuestario está saldado desde la semana pasada y que no existe desfinanciamiento alguno. El envío de fondos para el funcionamiento de las universidades, con un aumento del 140%, fue reconocido como un avance por el CIN. Sin embargo, aclararon que el presupuesto para esas partidas sigue perdiendo frente a la inflación acumulada desde enero de 2023.
PL/JJD
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