Cinco mineras concentran casi un millón de hectáreas de salares, un ecosistema clave
Detrás del litio, las promesas de divisas y progreso económico, existen millones de hectáreas de un singular ecosistema: los salares. Humedales con lagos subterráneos ubicados en las zonas más áridas del país. De ellos dependen mucho más que poblaciones humanas aledañas, la fauna y la flora local. Son captadores de dióxido de carbono, reguladores climáticos e hídricos. Sin embargo, la mayoría de ellos tiene dueños.
Argentina es uno de los cuatro productores mundiales de litio y sus derivados. Junto a Chile y Bolivia integra el “triángulo del litio”. Sólo Argentina tiene el 20,5% de las reservas mundiales de este mineral codiciado por los fabricantes de baterías para celulares, computadoras portátiles y, especialmente, autos eléctricos, la clave del norte global para cumplir con sus metas ecológicas. Sin embargo, la minería de litio reproduce las lógicas de la megamineria, de acuerdo con los expertos consultados.
En Argentina, Litica (Pluspetrol), Arcadium Lithium (Livent y Allkem), Integra Lithium (de Integra Capital), Ganfeng (y asociadas) y Río Tinto son las cinco mineras de litio que concentran la mayor cantidad de hectáreas de salares, de acuerdo a un relevamiento realizado por elDiarioAR en el marco de la iniciativa Proyecto Net Zero Argentina, un esfuerzo conjunto de Earth Journalism Network (EJN), Banco de Bosques, Claves21 y Periodistas por el Planeta.
Estas cinco empresas multinacionales tienen actualmente control –total o compartido con sus socias– casi un millón de hectáreas de salares en las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja. Como consecuencia, son también dueñas del agua en torno a estos salares.
El relevamiento fue realizado mediante la consulta a los reportes anuales que las propias mineras realizan para sus inversores, sitios oficiales de las provincias y las empresas, y consultas con las gobernaciones provinciales y las compañías. Se trata de un ranking en construcción, debido a la escasa información disponible y el hermetismo de la mayoría de las mineras y gobernaciones consultadas. El ranking se basa en la información que pudo ser obtenida hasta el momento.
Puesto 1
Litica es la división de litio de la petrolera multinacional Pluspetrol, propiedad de la empresaria argentina Edith Rodríguez, viuda del fundador de la compañía, Luis A. Rey. Se trata de la tercera petrolera del país, con operaciones en Vaca Muerta. Rodríguez es además la mujer más rica de Argentina y junto con su familia posee la octava fortuna del país, de acuerdo al ranking de la revista Forbes. La compañía nació en Argentina pero está radicada desde hace años en Holanda.
Litica se adjudica el control sobre 320.000 hectáreas de salares en territorio nacional, la mayor concentración de hectáreas de este ecosistema en una única compañía. Entre los humedales en los que la minera busca litio se encuentran Río Grande, Arizaro, Pocitos, Diablillos, Salinas Grandes, Guayatayoc, Palar y Pular, ubicados en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca.
De acuerdo a un relevamiento de mercado de la minera Integra Lithium, publicado en sus últimos reportes anuales, Pluspetrol adquirió 234.500 de dichas hectáreas a la empresa LSC Lithium por US$83.500.000 en enero de 2019, a un valor de US$356 la hectárea. Esto fue en el caso de cuatro de los salares que ahora están en poder de la compañía: Pozuelos, Pastos Grandes, Río Grande y Salinas Grandes.
Uno de estos salares es el más conflictivo del país. La exploración de litio en Salinas Grandes, provincia de Jujuy, se encuentra judicializada desde 2010, cuando un bloque de 38 comunidades indígenas frenaron el avance de las mineras en el gran salar, advertidos por científicos y organizaciones ambientalistas sobre los impactos medioambientales de la extracción de litio: la amenaza a la provisión de agua dulce para los habitantes y sus animales y cultivos. Además, las comunidades desarrollan otras actividad económicas en las salinas que se ven amenazadas por la minería: el turismo comunitario y la extracción de sal para consumo y usos industriales.
Puede ser que las mineras utilicen de manera ambigua el término concesión, pero muchas veces sólo tienen permisos exploratorios.
Sin embargo, Litica consiguió el aval de dos comunidades de los pueblos originarios de la zona de Salinas Grandes y la Laguna de Guayatayoc para comenzar a operar: Sauzalito y Quera y Agua Caliente, según pudo corroborar elDiarioAR con fuentes del mercado minero. La compañía no respondió en qué estado se encuentran sus proyectos en Salinas Grandes, considerada la séptima maravilla de Argentina.
Puesto 2
El segundo puesto del ranking es de Arcadium Lithium, recientemente nacida de la fusión de dos mineras de capitales extranjeros, la estadounidense Livent y la australiana Allkem. La fusión transformó a la nueva compañía en la tercera productora de litio del mundo.
Junto con otras mineras asociadas, Arcadium Lithium lidera dos proyectos en el mercado del litio argentino y opera en al menos 232.637 hectáreas de salares, de acuerdo a las cifras publicadas por Allkem. Es la segunda concentración de hectáreas de salares en el país.
Arcadium Lithium opera los únicos proyectos que producen y exportan actualmente litio y sus derivados (carbonato y cloruro de litio) en Argentina: Fénix, en el salar de Hombre Muerto, en Catamarca; y Sales de Jujuy, en el salar de Olaroz, Jujuy.
Estas mineras son propiedad de cuatro de los mayores fondos de inversión del mundo y se montaron sobre un complejo entramado de accionistas, de acuerdo a la investigación “Los dueños del litio”, del equipo periodístico Ruido y Fundeps.
“La fusión de Livent con la empresa Allkem en Arcadium Litium, que fue reciente y todavía está pendiente su aprobación por parte de la Comisión Nacional de la Competencia, genera cierta concentración en lo que es la producción de litio en el país”, afirmó a elDiarioAR Víctor Delbuono, investigador en Economía Minera, Políticas Públicas, Litio y Minerales para la transición energética (Fundar). Delbuono fue director de Economía Minera en la Secretaría de Minería Nacional.
Se ven empresas que acumulan hectáreas solicitando pedimentos mineros para luego difundir que cuentan con yacimientos de los que se puede extraer carbonato de litio de alta pureza y vender dichos proyectos a grandes empresas con capacidad de explotarlos.
El investigador explicó que el mercado mundial del litio también es oligopólico, concentrado en un grupo de empresas canadienses, australianas, norteamericanas, la chilena SQM y la creciente participación de empresas chinas.
Allkem y Livent están en la mira de la Justicia. Las compañías rechazaron los cargos. La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) denunció a la minera Galaxy Lithium, absorbida por Allkem en 2021. Fue acusada de presunta evasión simple y evasión agravada por presentar una declaración jurada que sería “engañosa” con respecto a su explotación de litio en Catamarca.
Livent acumuló entre 2022 y 2023 causas y expedientes administrativos por dos hechos distintos: el derrame de ácido clorhídrico en la mina del Proyecto Fénix y la presunta maniobra de subfacturación en la exportación de carbonato de litio para pagar menos derechos al Estado. También mantiene conflictos con las comunidades que habitan cerca del salar que controlan. “Hace 25 años que Livent saca litio del Salar del Hombre Muerto. Cualquiera que se acerque puede constatar que las comunidades denuncian hace tiempo que la vera del río Trapiche está seca”, explicó a elDiarioAR Melisa Argento, doctora en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires) e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). También integra el grupo de estudios en Geopolítica y Bienes Comunes y el Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial.
“Estamos destruyendo un ecosistema único que tiene información biológica sobre el origen de la vida. La zona de Catamarca, donde están estos estromatolitos, es considerada lo más parecido a Marte por la composición, por los climas”, aseveró la investigadora.
elDiarioAR intentó comunicarse con voceros de Livent pero no obtuvo respuesta hasta el momento.
Puesto 3: el caso de Integra Lithium
Integra Lithium es la división litífera de Integra Capital, la compañía de José Luis Manzano, propietario de una parte de Edenor, Metrogas, la petrolera Andes Energía (hoy Phoenix Global Resources), la eléctrica Andina PLC, así como del canal América, Radio La Red y El Cronista Comercial, entre otras compañías. Fue ministro de Interior del ex presidente Carlos Menem en la década de 1990.
La minera Integra Lithium informa en su último reporte anual (publicado en enero de 2024) que, además de operar 163.000 hectáreas en salares de Jujuy y Catamarca, sumó a su portfolio 333.000 hectáreas en los salares Altos Sapitos y Mascasin, en La Rioja.
La cifra de hectáreas en La Rioja ubicaría a Integra Lithium primera en el ranking de las mineras que concentran la mayor cantidad de hectáreas en salares, con 496.000 hectáreas. Sin embargo, ante la consulta de elDiarioAR, la secretaría de Minería de la provincia respondió que en el caso de La Rioja sólo se trata de un permiso de exploración que Integra Lithium comparte con la minera provincial EMSE y que la propiedad de las hectáreas es de la empresa estatal, gracias a una reforma legal realizada por la provincia.
Estamos destruyendo un ecosistema único que tiene información biológica sobre el origen de la vida.
“Puede ser que las mineras utilicen de manera ambigua el término concesión, pero muchas veces sólo tienen permisos exploratorios”, explicó a elDiarioAR Ivanna Guardia, secretaria de Minería de La Rioja.
En La Rioja, el litio fue declarado recurso estratégico en diciembre de 2022, una decisión que cambió las condiciones para la exploración y explotación del mineral.
elDiarioAR consultó sobre esta desavenencia a Integra Lithium pero la compañía prefirió no responder sobre este punto.
Integra Lithium no sólo busca litio en los salares. También, en 77.000 hectáreas de roca, de acuerdo a su último reporte anual.
Puesto 4
La empresa china Ganfeng y sus asociadas en Argentina tienen control sobre al menos 122.432 hectáreas de salares en Salta y Jujuy, de acuerdo a información publicada por la compañía, medios de comunicación y el gobierno de Salta. Sus permisos de exploración les permiten buscar litio en los salares Llullaillaco, Pozuelos, Incahuasi, Cauchari-Olaroz y Sal de la Puna.
La fusión de Livent con la empresa Allkem en Arcadium Litium, que fue reciente y todavía está pendiente su aprobación por parte de la Comisión Nacional de Competencia, genera cierta concentración en lo que es la producción de litio en el país.
En julio de 2022, la minera adquirió 32.000 de esas hectáreas en los salares Pozuelo y Pastos Verdes por US$962.000.000, arrojando un valor de US$30.063 por hectárea, la cifra más alta registrada por hectárea de salar en el relevamiento de mercado realizado por Integra Lithium.
elDiarioAR se comunicó con Ganfeng y su minera local, EXAR, pero las compañías no respondieron las consultas.
Puesto 5
Río Tinto es la minera del quinto puesto del ranking, con 83.000 hectáreas en el Salar del Rincón, Salta, de acuerdo a una publicación de la cámara empresaria británica en Argentina, BritCham.
La minera adquirió las hectáreas por unos US$825.000.000, en marzo de 2022, de acuerdo a la misma publicación y a la información relevada por Integra Lithium. La hectárea en el Salar del Rincón costó US$9.940.
La compañía se preparaba en enero último para iniciar la construcción de una planta de procesamiento con capacidad de 3.000 toneladas anuales de litio, publicó Ámbito Financiero.
Acumular hectáreas
Las concesiones y permisos de exploración muestran un alto porcentaje de salares en manos extranjeras, aunque formalmente estén a nombre de empresas conformadas en Argentina. Por ejemplo, Ganfeng opera a través de EXAR, inscripta en el país. “Las mineras extranjeras generan una subsidiaria local con domicilio en Argentina, que compra la tierra, pero los verdaderos dueños son capitales extranjeros”, explicó Argento.
Argento explica también que no todos los salares son iguales. “No todos tienen el mismo nivel de concentración de litio, por ejemplo. Hay condiciones climáticas, condiciones de composición del salar y condiciones en las que se halla el litio, y cuán fácil es o no separarlo. Estas dimensiones hacen que cada salar sea diferente”, afirmó.
Además de las características del salar, hay otras variables que inciden en el precio de las hectáreas y en la factibilidad de los proyectos. “Tienen que ver con la logística, el acceso a infraestructura, si hay una ruta cerca, si hay una conexión eléctrica, el acceso a una red de alta tensión, a un gasoducto”, explicó Delbuono.
No todas las mineras informan qué cantidad de hectáreas de salares tienen concesionadas o qué superficie se encuentran explorando. Las que sí lo informan tampoco hacen distinción entre áreas que efectivamente tienen concesionadas y las superficies en las que sólo poseen permisos de exploración, por lo que no pudo ser posible diferenciarlos. No informarlo “es una cuestión de marketing”, explicó una fuente del sector minero.
Existe otro fenómeno con respecto al litio y los salares. Durante años, en La Rioja muchos salares permanecieron cautivos, en poder de privados que obtenían permisos de exploración y conseguían sucesivas prórrogas pero nunca exploraban realmente el área en busca de minerales, afirmó Guardia, secretaria de Minería de la provincia.
“En la minería de litio, como en otros tipos de minería, se ven empresas que acumulan hectáreas solicitando pedimentos mineros para luego difundir que cuentan con yacimientos de los que se puede extraer carbonato de litio de alta pureza y vender dichos proyectos a grandes empresas con capacidad de explotarlos”, coincidió Ariel Slipak, coordinador del Área de Investigación de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). “Constituye un negocio especulativo especialmente fomentado por el tipo de régimen minero de la Argentina”, explicó.
“Existen diferentes actores en Argentina. Muchas mineras canadienses y australianas son pequeñas mineras que hacen el trabajo de exploración, evalúan cuánta cantidad de litio se podría extraer, cómo se puede sacar. Luego estos permisos se venden y compran todo el tiempo”, afirmó Argento. “Con los permisos, las hectáreas cambian de manos”, agregó. Surge así un problema: “La normativa minera permite comprar y vender facilitando una lógica altamente especulativa sobre los proyectos y flexibilizando los controles y regulaciones ambientales”.
Agua y territorio
“En la minería del litio lo que más importa es el agua”, aseguró Argento. “Estos ecosistemas son humedales, captadores de dióxido de carbono, reguladores climáticos e hídricos. Su destrucción no sólo afecta a las comunidades locales sino al conjunto de la ciudadanía”, agregó la investigadora. Son, además, cuencas endorreicas, cerradas. Funcionan como una olla.
Los salares están formados también por salmueras, lagos subterráneos que se ubican debajo de las costras salinas y que son ricos en litio, potasio, magnesio, calcio, boro y otros elementos químicos, explican Argento, Slipak y Puente en un capítulo del libro La transición energética en Argentina (Siglo XXI).
Casi la totalidad de la superficie de los salares y territorios que se encuentran a la vera de los salares ha sido “pedimentado” (solicitado para exploración) en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca, afirman los autores.
“Hay que desmitificar la idea de que el salar es territorio vacío. No está vacío, allí vive gente. Gente que dice hace años que en estos territorios se violan todos los derechos ambientales, sociales y humanos. Que se organiza en resistencias para enfrentarse en una profunda asimetría de poder con el capital”, destacó Argento, quien ha recorrido el territorio copado por las mineras del litio.
Aún no hay investigaciones sobre cuánta población ha sido desplazada. Pero existen testimonios de quienes han debido dejar sus tierras frente al avance de las mineras del litio. Argento ha obtenido esos testimonios de primera mano.
Ante la extensión ganada en las concesiones y permisos de exploración, la investigadora advierte que “lo que termina sucediendo es que la minera hace sus caminos, con tranqueras, que prohíben el paso de la gente que dice que es la dueña de estos territorios” y lo hacen con “el aval de las fuerzas de seguridad que las protegen”.
*Este artículo se realizó en alianza con Diálogo Chino.
Nota: se corrigió el nombre del salar Mascasin el 9 de baril a las 10:41.
ED/MG
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