Milei esconde su proyecto de Ficha Limpia y crecen las críticas aliadas en el Congreso
Un fantasma recorre los pasillos del Congreso: el fantasma del show distractivo libertario. A pocos días de que comiencen las sesiones extraordinarias, entre los legisladores predomina la convicción de que Javier Milei no podrá aprobar casi ninguna de sus iniciativas. La desconfianza predomina, incluso, entre los propios que, al día de hoy, ni han sido convocados por Martín Menem para emprender el regreso de las vacaciones. Hay alarmas encendidas por la ausencia del proyecto Ficha Limpia, una promesa del Ejecutivo a Silvia Lospennato tras el boicot oficialista del año pasado. Todavía no tiene cuerpo ni forma.
El gobierno nacional puso al ministro de Defensa, Luis Petri, detrás de la redacción formal del proyecto que pretende prohibir la candidatura de personas condenadas por delitos de corrupción. Una decisión sorpresiva, vinculada al trabajo parlamentario previo de Petri cuando era diputado, pero que igual hizo levantar algunas cejas en La Libertad Avanza. Originalmente, Milei había encomendado la tarea al abogado Alejandro Fargosi. Fue la primera reacción autodefensiva de la Casa Rosada tras el fracaso de la sesión a fines de noviembre que pretendía, a modo de mecanismo de reducción de daños, acallar por un rato las críticas opositoras.
Y es que el backlash luego del vaciamiento a la sesión por Ficha Limpia que había impulsado el PRO incomdó a los libertarios. En esa sesión hubo desmayos, llantos, gritos, denuncias de pactos espurios e, incluso, el rumor de una descompostura que habría explicado la ausencia de ocho diputados libertarios. Pero lo que no hubo fue quórum, por lo que la oposición ex cambiemita tuvo la oportunidad ideal para vaciar una ráfaga de recriminaciones institucionalistas sobre el Gobierno.
La solución de Milei, entonces, fue comunicarse con Lospennato, la autora intelectual del proyecto de Ficha Limpia, para asegurarle que estaban trabajando en otra iniciativa que tendría la firma del Ejecutivo. Fue así que comprometió primero a Fargosi y, luego, a Petri, en un juego de responsabilidades que generan suspicacias en el radicalismo, el pichettismo de Encuentro Federal e, incluso, algunos macristas. “Todo este show es para llevársela a Lospennato y que lo deje a Macri y haga el salto a las Fuerzas del Cielo”, ironiza un dirigente pichettista.
Hasta ahora, según pudo averiguar elDiarioAR, ningún diputado oficialista u opositor tuvo acceso al proyecto del Ejecutivo. “No hay señales de vida”, afirma un “radical con peluca” y lo mismo repiten legisladores de LLA, la Coalición Cívica, el PRO y el peronismo. En el Congreso nadie tuvo acceso al borrador y más de uno sospecha que este no existe. “Ellos no quieren Ficha Limpia porque están cómodos con el escenario de polarización con Cristina. Están haciendo un control de daños porque se dieron cuenta que pagaron un costo político con el electorado intermedio, pero no hay intención de tratarlo”, insiste un radical del ala opositora que rompió con el bloque que preside Rodrigo de Loredo.
En el Ministerio de Defensa sostienen, mientras tanto, que hasta la semana próxima no habrá novedades. Prometen un proyecto, pero se niegan a brindar detalles. Ni siquiera a los propios. “No nos cuentan nada. Nadie entiende tampoco por qué se lo pidieron a Petri”, se queja un diputado libertario.
Petri diputado
Petri, en sus tiempos de diputado del bloque radical, había presentado un proyecto de Ficha Limpia que inhabilitaba la candidatura a cargos públicos de cualquier persona que haya sido condenada por algún delito doloso que figure en el Código Penal. Es decir que no lo restringe a los delitos por corrupción, aunque sí hace una diferenciación. En el caso de los delitos dolosos -puede ser, por ejemplo, un crimen contra la integridad sexual o asesinato-, su texto exigía que Casación Penal ratifique la condena.
En el caso de los delitos vinculados a la corrupción, en cambio, Petri proponía que con una condena en primera instancia. Es decir, un proyecto mucho más laxo que el de Lospennato que implicaría que cualquier dirigente que sea condenado por corrupción podría, aún sin tener confirmación en segunda instancia, estar inhabilitado a ejercer cargos públicos.
Esta alternativa le permitiría al Gobierno evitar la acusación de proscripción de Cristina Fernández de Kirchner, ya que parecería menos hecho a la medida que a la condena en segunda instancia de la expresidenta. De aprobarse, sin embargo, CFK tampoco podría competir.
El show de extraordinarias
La ausencia de un proyecto concreto de Ficha Limpia representa, para varios legisladores de la oposición, la prueba cabal de que el Gobierno está utilizando la convocatoria a extraordinarias más como una herramienta comunicacional que como una política legislativa concreta. Los números en los recintos acompañan esta hipótesis, ya que ni la eliminación de las PASO ni los pliegos para la Corte Suprema de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla tienen hoy el respaldo suficiente para aprobarse en el Congreso.
“El show de extraordinarias es para esconder las negociaciones por la Corte. El resto es cumplir con Patricia (Bullrich) y la eliminación de las PASO que no tienen el número”, señala uno de los alfiles de la oposición cuyo voto es clave. En efecto, en el caso de las PASO, el Gobierno logró anotarse el acompañamiento de gran parte del PRO, pero todavía encuentra resistencia en Unión por la Patria. En el bloque peronista que comanda Germán Martínez hay grandes diferencias internas y, si bien los diputados que responden a los gobernadores presionan para acompañar la eliminación de las PASO, el cristinismo aún no definió postura. Y sin La Cámpora y el kicillofismo el Gobierno tendrá difícil hacerse con la mayoría especial de 129 votos.
En el Senado, mientras tanto, los pliegos de Lijo y Mansilla duermen en la comisión de Acuerdos. Si bien Lijo ya cuenta con el respaldo de una parte del cristinismo -corporizado en la firma de Lucía Corpacci-, el peronismo continúa insistiendo en una ampliación de la Corte Suprema que les permita colocar a uno “propio” en el Tribunal. Una reforma que el Gobierno insiste en aplazar para más adelante.
Frente a este escenario, la oposición duda. La mayoría sigue de vacaciones y ninguno ha sido convocado aún por Menem para reunirse para empezar a trabajar sobre las iniciativas. Muchos menos en el Senado en el caso de Victoria Villarruel. Luego del fracaso de varias agendas legislativas propuestas por el oficialismo -que fueron enunciadas y, después, nunca tratadas- algunos legisladores comienzan a percibir el temario de extraordinarias como el Día de la Marmota.
MC/MC
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