¿Cuánto impactan en los precios de bienes y servicios los aumentos de la nafta y el gasoil?
En lo que va del año, la nafta y el gasoil tuvieron cuatro aumentos, con lo que acumulan un incremento de entre el 11% y el 12%. En el Ejecutivo calculan que este aumento de precios de los combustibles impacta en forma directa en 0,48 puntos porcentuales de inflación. Y que, por el efecto del encarecimiento de los fletes de todo tipo de mercaderías, se agrega otro 0,48%. En total, 0,96%, casi un punto, en un contexto en que se prevé que el Índice de precios al consumidor (IPC) acumule un 7% de ascenso en el primer bimestre, entre el 4% de enero y un eventual 3% -optimista- en febrero, como lo prevé María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos.
El economista Jorge Neyro, de la consultora ACM, consideró que las consecuencias de esas subas sobre los precios generales son mayores a las asumidas en el Gobierno y alcanzarían entre el 0,7% y el 0,8% de secuela directa y entre el 1,5% y el 2% de resultado final. Otros expertos consideran imposible calcular el efecto indirecto de la suba de los combustibles en la inflación y sólo cuantifican el directo. La Fundación Libertad y Progreso calcula un 0,69%. Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Ecolatina, habla de un 0,5%. Hernán Hirsch, de FyE Consult, de entre 0,5% y 0,6%. Andrés Borenstein, de Econviews, de 0,45%. Marina Dal Poggetto, de Eco Go, de 0,5%. El citado Castiglioni, de 0,77%.
Aumentos y razones
El Gobierno no le pone un ancla al dólar, pero desacelera su alza. Por ahora mantiene congelados la luz, el gas, el agua potable, el colectivo y el tren. También sostiene los Precios Máximos en supermercados. Pero permite que suba el precio de la nafta y del gasoil.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchener “tolera” los aumentos de YPF porque la considera su “bandera”. Renuente a los aumentos de tarifas, para ella sí es clave sostener los ingresos de la YPF que reestatizó en 2012, según reconocen tanto en su entorno como altos funcionarios cercanos a Alberto Fernández.
En YPF, a su vez, señalan que no sólo suben los combustibles sino muchos otros rubros. Aducen, también, que su producto básico, el petróleo, se encarece en el mundo por la reactivación de la economía, como las demás commodities, y que sus surtidores venían con precios rezagados durante año y medio hasta septiembre pasado.
Además apuntan a que sus competidores aumentan más los precios que ellos. En las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Córdoba, La Plata y Mendoza, los combustibles cuestan en general más baratos en la petrolera estatal que en Axion Energy y Shell, con la excepción de la nafta en los surtidores platenses, donde valen menos en las estaciones de la británica BP, la china CNOOC y los Bulgheroni.
En la petrolera estatal alegan, también, que los valores de los combustibles en la Argentina son de los más baratos de la región y que la empresa sufría problemas de caja que requerían “microaumentos”. No obstante, aclaran, no se prevén más alzas “en la medida en que se acerquen las elecciones”.
Quien se muestra reticente al alza de combustible, quizá por su impacto en la inflación, es el ministro de Economía, Martín Guzmán, según deslizan en su entorno. El año pasado advertía que YPF no podía pagar su deuda a costa de aumentos en sus productos y, por eso, fue uno de los impulsores de que la compañía reestructurara su pasivo (y financiara de esa manera su inversión).
Finalmente, y para su enojo, YPF debió ceder ante los acreedores para llegar al reciente acuerdo. Es que, a diferencia del Estado -que puede evitar embargos de bonistas por la inmunidad soberana-, la empresa petrolera corría serios riesgos de congelamiento de activos en caso de juicios por default.
AR
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